Cinco grandes consejos para hacer mejores fotos a tus hijos (de parte de una increíble fotógrafa)

Cinco grandes consejos para hacer mejores fotos a tus hijos (de parte de una increíble fotógrafa)
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Hace cosa de un año os hablamos de una madre que hacía fotos increíbles a sus hijos, en muchas ocasiones compartiendo espacio con animales. Según explicaba, por el día les fotografiaba y por la noche, tranquilamente ante el ordenador, las iba retocando hasta conseguir imágenes que te obligan a detenerte a mirar. Imágenes casi mágicas.

Fue tal el éxito de sus fotos que en poco tiempo llegó a ser conocida en todo el mundo. Millones de personas vieron sus fotos y disfrutaron con su habilidad para adentrarnos en mundos preciosos. Muchos sintieron hasta nostalgia, muchos contactaron con ella para darle las gracias, para explicar que se habían hasta emocionado, pues las trata de un modo que te hace evocar tiempos pasados, como si nosotros fuéramos esos niños reviviendo nuestras infancias.

Y lo más especial, es que no son fotos de sus hijos posando para la cámara, sonriendo, como las que hacemos los padres cuando decimos a nuestros hijos "¡mira a la cámara, sonríe!". Así que para que podamos acercarnos un poco a su manera de hacer las fotos y lograr resultados más naturales, ella, Elena Shumilova, ofrece sus trucos, sus cinco grandes consejos para hacer mejores fotos a tus hijos.

1. Hazles fotografías todos los días

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Suele suceder que las fotos las hacemos en momentos puntuales, en celebraciones, en días importantes. En otras ocasiones, las hacemos cuando vemos que el momento es perfecto: "están de foto", pensamos. Están fuera jugando y riendo, la luz es perfecta y ves que es el momento de hacer una foto. Te acercas con la cámara, ellos la ven y de repente se ponen rígidos, empiezan a posar, a sonreír y entonces el momento ya se ha perdido. Esa no es la foto que querías hacer.

Para que no suceda, es importante hacerles fotos a menudo, si puede ser, todos los días. Que la cámara sea un elemento común más. Que no la vean como una incitación a sonreír, posar o hacer muecas. Si se acostumbran a tu presencia y a la cámara al final siguen con sus vidas y sus juegos sin hacerle caso, y ahí es cuando puedes hacer las mejores fotos, esas que recordarás siempre porque, además, son las que capturan momentos de su infancia, cosas que hacen, juegos... son las fotos que se convierten en recuerdos.

2. Usa ropa con colores neutros

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Los niños suelen vestir con ropa colorida, que llama mucho la atención, que centra la atención del espectador de la imagen desviándola de lo que es importante, de lo que sucede en realidad. La ropa no debe ser protagonista, sino una cosa más que permita que podamos fijarnos en el resto de la foto. Para ello, lo ideal es hacer uso de colores neutros.

Cuando ella empezó a hacer fotos todos los días empezó a sustituir la ropa de los niños evitando las típicas camisetas con personajes de dibujos estampados. Ahora visten con ropa más lisa y así tiene claro que en cualquier momento les puede hacer fotos que puedan quedar bien finalmente.

En nuestro caso, como no nos vamos a dedicar profesionalmente, siempre podemos alternar días de ropa "normal" con días de ropa "fotografiable", pues imagino que tampoco tenemos tanto tiempo como para andar haciéndoles fotos a todas horas (ni probablemente queramos cambiar todo el vestuario de nuestros hijos).

3. Adáptate a la edad de cada niño

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Mucha gente le suele preguntar cómo lo hace para conseguir que su bebé esté tranquilo al hacerle las fotos. La respuesta es que como es su madre y está las 24 horas del día con él, sabe cuándo llora y cuándo no, y se adapta a sus ritmos para escoger los mejores momentos. Digamos que el consejo general es: no hagas las fotos cuando a ti te vaya bien, sino cuando a ellos les vaya bien. Si están nerviosos, corriendo mucho, nada quietos, o si es bebé y está intranquilo, deja la cámara. Sácala de nuevo cuando estén en un momento de tranquilidad, hablando o jugando de manera más calmada. Así que si hablamos de bebés, lo mejor es seguir el instinto y hacer las fotos cuando sepamos que va a ser el mejor momento.

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Si hablamos de niños de 2 a 4 años no hay mucho problema, porque son edades en las que su comportamiento tiene poco que ver con lo que sucede alrededor. Se preocupan poco de que les estés mirando, de que les apuntes con la cámara y en general de lo que estén haciendo los demás. Ellos son libres, probablemente es el momento de sus vidas en que más libres se sienten, porque hacen lo que quieren cuando quieren. Por eso son los niños que mejor quedan en las fotografías. No se preocupan por ti y tú no te tienes que preocupar demasiado por que sean naturales, pues ya lo son.

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A partir de los 5 años la cosa se empieza a complicar un poco. Empiezan a ser conscientes de tu presencia, de la cámara y empiezan a posar, o a sonreír, o a modificar su juego por el hecho de estar tú mirando. La clave aquí es ser muy paciente. Dejarles jugar mientras vas "desapareciendo" de su escena, mientras se van olvidando de que estás ahí con la cámara. Las mejores fotos suelen ser las últimas que les hace, pues son las que corresponden a los momentos en que ya no piensan que ella está ahí.

4. Si quieres añadir animales, estudia sus movimientos y su comportamiento

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De igual modo que no todos los niños se comportan igual ante una cámara, los animales, las mascotas, tampoco hacen lo mismo. Esto quiere decir que no hay una fórmula mágica que funcione con todos los animales. Ella suele pasar horas mirando a sus animales, imaginando qué ángulos son mejores, viendo cómo se mueven, etc. Durante un tiempo probó a añadir comida, pero no fue buena idea, porque no hay manera de hacer una buena foto mientras mastican o engullen, así que opta por dejar que niños y animales interaccionen de la manera más natural posible y ella simplemente está ahí, de espectadora, tratando de captar el momento más bonito que, indirectamente, puedan ofrecerle.

5. No te rindas

Esta es la foto más famosa de todas las que ha hecho. Más de 10 millones de personas la ha visitado en su sitio original y, ese día, por poco no coge la cámara:

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Según explica, antes de esa foto su confianza estaba por los suelos. Llevaba 14 intentos de conseguir una foto con su hijo y su perro, y no se refiere con ello a 14 fotos, sino a 14 días, 14 sesiones completas sin lograr la foto que quería lograr. Empezó a pensar que no valía para eso, que era demasiado torpe para hacer una buena foto. Luego pensó que igual era cosa del perro, que no era el adecuado para hacerle fotos, o que su hijo tampoco era fotogénico. Estaba tan desesperada que ese día no quería coger de nuevo la cámara.

Pero algo le dijo que tenía que cogerla y ese día consiguió esa instantánea que ahora ha hecho famosos a su perro y su hijo. Ese día el perro quedó genial, y gracias a todos los días anteriores se dio cuenta de que es un perro difícil de fotografiar con quien los ángulos pueden malbaratar una foto. Dicho de otro modo, las 14 sesiones anteriores, que tanto le desanimaron, le sirvieron en realidad para aprender cómo hacer fotos tanto al perro como al niño.

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Además, es importante no sentirte frustrado porque si es así empiezas a sentir que el mundo te debe una buena foto, el mundo, o tus hijos. Y ellos no te deben nada, ni tienen culpa de que no logres captar una imagen perfecta. Ellos solo son niños jugando, haciendo su vida, y tú un espectador de lujo. Quítate la presión y simplemente hazlo, inténtalo, disfruta. Si consigues una gran imagen, perfecto. Si no, al menos habrás podido verles jugar libres, tal y como son, y muchas de esas fotos servirán de recuerdo para el futuro. Un magnífico recuerdo.

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