Cariño, ¿buscamos el segundo?

Cariño, ¿buscamos el segundo?
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El día que me percaté de la ternura con la que mi padre me miraba fue el día que supe que yo también querría tener hijos. Que yo también quería mirar así. Lo que no tenía -ni tengo- nada claro, es si esa mirada iba a posarse en varios pequeñajos o en uno solo.

Pero como eso era problema de mi yo futuro, y mi mujer tenía las mismas dudas que yo, empezamos por el principio, es decir, por tener el primero y “luego ya se verá”. Lo que ocurre es que nuestra hija acaba de cumplir 18 meses, y ese “luego” ha ido cristalizando en un pregunta cada vez más presente: cariño, ¿buscamos el segundo?

Vaya por delante que lo vais a leer a continuación no van a ser argumentos ni a favor ni en contra de tener uno, dos, tres o una decena de hijos. Es más bien una recopilación de todas las dudas y sentimientos encontrados que se agolpan en mi cabeza cada vez que hago (o me hacen) la susodicha pregunta.

De hecho, ni siquiera voy a separarlos por “a favor” o “en contra”, porque ni siquiera sé definir qué es favor y contra. Así que, empezamos:

Mi hija será más feliz con un hermanito o hermanita

O al menos, eso creo. Yo me crié con un hermano dos años menor que yo y hemos compartido y compartimos muchos momentos juntos. Desde juegos y travesuras en la infancia hasta fiestas, amigos y confidencias en la adolescencia y la juventud. Aunque hay épocas que nos veamos más y otras menos, sé que siempre estará ahí cuando lo necesite.

Segundo Hijo 2

Si a duras penas podemos con una, ¿cómo vamos a poder con dos?

Es un pensamiento un tanto egoísta, pero cuando me paro a pensar en todos los momentos en que el cuidado de la pequeña nos supera, no quiero ni imaginar lo que puede ser tener dos. ¿Desaparecerán los pequeños reductos de intimidad y tiempo para uno mismo que nos quedan? ¿Sincronizarán sus llantos y enfados? ¿Se pelearán mucho?

Me apetece mimar a la que ya tenemos

A veces miro a mi hija hacer tonterías y monerías y se me cruza la idea de no tener más hijos y mimar esta hasta el infinito. Sé que en realidad eso no hará que sea necesariamente más feliz, y que mi amor no se dividirá en dos por tener otro hijo, sino que se multiplicará. Pero ahí está ese pensamiento.

¿De verdad quiero renunciar a volver a sentir a mi bebé en brazos?

Aunque a un hijo se le quiere infinito toda la vida, creo que no hay nada comparable a ese sentimiento de adoración que te embarga cuando tienes en brazos a tu bebé que no llega al medio metro y sientes que debes protegerlo de todo lo malo del mundo. No tener más hijos sería renunciar a volver a sentirme así, y es algo que me aterra.

Buscar el segundo hijo

¿Tengo fuerzas para volver a criar a otro bebé?

Ahora que tiene año y medio la verdad es que nuestra pequeñita prácticamente se "cuida sola". Sí, hay que cambiarla, vestirla, bañarla, ayudarle a comer, vigilarla, andar a su ritmo errático por la calle, calmarla cuando se encuentre mal, dormirla... Pero ya pasa muchos ratos jugando "sola", apenas llora, duerme toda la noche y casi siempre sabe decirte qué quiere o qué le duele.

Por eso, pensar en volver a pasar por sus seis primeros meses, que son una nebulosa de llantos incesantes y noches interminables, se me hace bastante cuesta arriba.

¿Cabemos cómodamente en casa?

Bueno, esta es un poco una pregunta del primer mundo, porque caber, lo que es caber, cabemos de sobra. Podrían compartir habitación o yo renunciar a mi despacho. Es más bien un sentimiento similar al que uno siente cuando decide tener el primero: ahora que tengo mi vida más o menos organizada, ¿voy a cambiarlo todo otra vez?

Cuando nosotros no estemos, ¿quién la cuidará?

Es uno de los motivos que más me empujan a que mi hija tuviera al menos un hermanito o hermanita. Cuando pienso en que algún día mis padres no estarán, y lo duro que será, siempre me consuela pensar que al menos tengo un hermano y que nos apoyaremos mutuamente. Y quiero que ella también tenga alguien así en su vida.

Buscar el segundo hijo

¿Nos lo podemos permitir?

Si la economía familiar ya se resiente cuando nace el primer hijo, que supone un gasto importante, con dos los gastos se multiplican. Es cierto que al principio puede “heredar” muchas cosas del primero, pero más adelante habrá muchos gastos por duplicado y habrá que “abrocharse el cinturón”.

¿Es ético traer más hijos al mundo? ¿Y no hacerlo?

Este es mi pensamiento favorito, porque resume perfectamente el cacao mental que tenemos mi mujer y yo, así que lo voy a usar de cierre. Porque por una parte pienso que la superpoblación a nivel mundial es un problema: somos como una plaga que arrasa con todo y lo que podamos hacer por minimizar nuestro impacto parece lo correcto. Pero por otro lado, la baja natalidad en España es también un problema, la población envejece y cada vez tenemos menos hijos, y a largo plazo eso es insostenible. Reduciéndolo a una afirmación de barra de bar: ¿quién pagará mi pensión si no tenemos hijos?

Así que sea cual sea la respuesta ante la pregunta: ¿buscamos el segundo? Tengo el consuelo de que cualquier decisión que tome podrá parecerme la correcta.

Imágenes | Kevin Gent, Steven Libralon, Echo Grid, y Joshua Clay. En Bebés y más | Cuando dudas sobre tener o no un segundo hijo

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