El misterioso secuestro de 55.000 Kit Kat de sabores raros valorados en 230 mil euros

El misterioso secuestro de 55.000 Kit Kat de sabores raros valorados en 230 mil euros
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Un cargamento desde Japón con nada menos que 55.000 Kit Kat de sabores raros que sólo se venden en el mercado nipón tenía como lugar de entrega Nueva Jersey, Estados Unidos, pero los chocolates nunca llegaron a destino.

La misteriosa desaparición de la mercancía valorada en 230 mil euros ha causado intriga y preocupación dentro de la industria, ya que la falta de seguridad de estos grandes envíos implican pérdidas importantes. El cargamento había costado 110.000 dólares, pero la empresa que los vende esperaba obtener alrededor de 250.000 dólares en ingresos totales.

Con sabores raros. El pedido tenía una peculiaridad, y es que estos chocolates no se pueden encontrar en otros países del mundo. Sólo se comercializan en Japón, -algunos por tiempo limitado o en una región limitada-, y son muchos los fanáticos estadounidenses que están dispuestos a pagar cifras considerables por sabores únicos como melón, matcha latte y daifuku mochi.

Son sabores de culto. En Estados Unidos, los obsesivos los compran como si fueran artículos de colección, los desenvuelven y publican vídeo reseñas en redes sociales, comparándolos con otros snacks japoneses.

kitkat.japon

Se le perdió la pista a los Kit Kat. Danny Taing es el propietario de Bokksu, una empresa que vende cajas de snacks japoneses por suscripción, incluido Kit Kats. El empresario pidió los Kit Kat a Japón, que llegaron sanos y salvos a Estados Unidos. Pero cuando llegó el momento de enviarlos desde California hasta el almacén de su empresa en Nueva Jersey, ahí es donde las cosas se pusieron complicadas.

Taing había contratado a la compañía de transportes del empresario Shane Black, quien a su vez encargó el trabajo a otra empresa llamada HCH Trucking, en la que trabajaba un empleado llamado Tristan.

Pero el cargamento nunca llegó a destino. Según informa  The New York Times, se trata de un "robo estratégico". Hay detrás un fraude en la cadena de suministro que involucró robo de identidad y cuentas de correo electrónico y camioneros fantasmas., explica el medio neoyorkino.

El desenlace. Los chocolates en el limbo. El empresario Black descubrió que Tristan le había engañado y este confesó donde había guardado los Kit Kat, en otro almacén a solo 50 kilómetros del original en California. Pero cuando Black intentó recuperar la carga no se lo permitieron al no figurar su nombre sino el de un tal Harry Centa: "Sin prueba de que usted sea el verdadero propietario y sin el pago del almacenamiento, no podemos liberar la carga". Tampoco pudo reclamar un seguro porque se le negó la cobertura debido a la naturaleza peculiar del robo.

Un mal negocio para el señor Taing, que da por perdidos los Kit Kat, ya que tampoco podría venderlos porque han pasado dos semanas y no se han refrigerado. Según el diario, ha sido víctima de una "recolección ficticia", un tipo de delito cibernético en el que se intenta extorsionar a alguien a través de una "carga rehén" que desaparece si no se cumplen las exigencias del ladrón.

Foto | Portada (Bebés y Más con DALL·E 3)

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