La voz en los niños

La voz en los niños
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La voz en los niños es un aspecto a tener en cuenta en su desarrollo. No hay que olvidar que una de las características importantes que nos define es nuestra capacidad para comunicarnos mediante un sistema lingüístico; para ello usamos el aire como medio para transmitir los mensajes y la voz como el canal que lo traspasa.

Ya hacia los seis meses de embarazo, el feto ha desarrollado el sentido del oído, siendo capaz de distinguir con mayor intensidad la voz de la madre que otros sonidos de su entorno.

El bebé comienza la comunicación con el intercambio de miradas junto a diferentes vocalizaciones. El descubrimiento de la acción que tiene la voz sobre el otro es un avance que fija el valor comunicativo que poseen las producciones sonoras. Ya sea con el llanto, con balbuceos o con ronroneos, el bebé percibe que éstos son el desencadentante de una interacción con el adulto. Ese sonido que sale de su boca y que puede controlar es un activador de respuesta en el otro. El bebé descubre así el poder de la voz.

En los primeros meses de vida el bebé aprende a identificar los contenidos de la voz de sus padres y a cargar con mensajes sus primeras vocalizaciones. Así, los padres los interpretan y dotan de contenido, dándole al bebé un papel de hablante.

Con su uso, el bebé discrimina la carga comunicativa que lleva su voz, aún sin decir palabras como tal. Gracias al timbre y a la entonación, comprende las intenciones comunicativas de la persona con la que está y descubre distintos estados de ánimo. Así, aprende a usar esas marcas en su propia voz, por lo que la madre reconoce también en sus voalizaciones las intenciones y estados del bebé.

Hay que tener en cuenta que la voz es una herramienta de identidad. El niño toma conciencia de su voz antes que de su imagen. Tiempo después, el niño sabe que es diferenciado de otras personas por su voz, y ésta adquiere un valor único y personal.

El bebé descubre su voz y juega con ella; distingue pronto las voces de uno y otros (por ejemplo, la voz de un desconocido no sirve para calmar el hambre o el sueño, mientras que la voz de la madre es la cura para grandes males) La voz informa de quiénes somos y cómo somos.

La expresión oral es una de las características singulares de los humanos. Podemos representar, establecer contacto, expresar emociones y sentimientos... Una parte importante del mensaje expresivo está en la voz. El tono, intensidad, timbre o la melodía que lleva cada mensaje son contenidos en si mismos.

Hay voces que hacen sentir bien y otras que, por el contrario, hacen sentir nervios; la voz puede generar estados de ánimos en el oyente, sea adulto o bebé. Si el efecto es agradable facilita la relación interpersonal. Pero, si no lo es, puede generar rechazo y/o malestar. Por eso, la voz puede ser, en parte, origen de dificultades de relación.

La voz está presente desde antes del nacimiento, formándonos como seres que nos comunicamos y expresamos nuestros sentimientos y emociones. La voz nos configura, identifica, expresa y canaliza nuestros mensajes, crea estados de ánimo. Por todo esto, no debemos olvidar que la voz en los niños es algo más que aire que sale de ellos y que nos permite entender si si quieren comer o si han visto un perro.

Foto | bfhhoyt en Flickr En Bebés y más | La voz de la madre es la mejor voz de alarma, La forma de comunicarse de los bebés

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