Un viaje en coche con los niños

Un viaje en coche con los niños
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Un viaje en coche con los niños puede ser especialmente cansado para todos los miembros de la familia. Para ellos, porque teniendo que estar quietos y sin muchas posibilidades de juego se aburren muy rápidamente. Para los mayores, porque puede que, si no planificamos las cosas con cuidado y no nos armamos de paciencia, podemos ponernos nerviosos con el consiguiente peligro.

La diversión

Una manera de preparar un viaje en coche con los niños es calcular previamente el tiempo que nos va a llevar y contar con que, aproximadamente cada 15 minutos, tendríamos que poder proponerles una actividad nueva.

Valen juegos, pinturas, adhesivos, canciones, sorpresas, meriendas deliciosas, música, adivinanzas, lo que sea que se nos ocurra que puede hacer que el rato se les pase más rápido y con variedad. Eso supone un trabajo previo de preparación pero os aseguro que vale la pena luego el esfuerzo y que todos vais a disfrutarlo.

Los libros de cuentos son el mejor aliado de un viaje en coche con los niños. Ocupan poco y pueden ofrecer mucho placer, pero tenemos que ir leyendo un adulto para que los niños no se cansen. Si nuestros hijos ven vídeos o juegan a la consola, es un buen momento para ser liberal con su uso. Es más, pactar que su uso será mayor en estos días especiales los hará mucho más llevaderos.

Las paradas

Otra cosa todavía más importante son las paradas. Debemos hacernos una idea de que es preciso adaptarlas a las necesidades de los niños. Si llevamos un bebé habrá que parar si llora, si necesita un cambio o si quiere el pecho, sin enfadarse por ello. A los niños un poco mayores no es que el coche les vaya a ser más liviano, pero pueden distraerse un poco más.

De todos modos, si paramos cada hora mejor que si lo hacemos cada dos, y desde luego pasar más de dos horas sin un descanso puede ser peor al final que el prepararnos para hacer esos descansos que necesitan los niños.

Responsabilidad

Para los niños a partir de cuatro años hay oportunidades para hacerlo partícipes de la importancia de su colaboración en el viaje. Podemos dejarles elegir o echar a suertes los sitios, siempre siendo mejor el turnarse a medio viaje si tenemos más de un hijo y disputan entre ellos por un lugar en concreto.

También podemos explicarles el tiempo que va a durar, lo que nos espera a la llegada e incluso ver mapas juntos para que sean conscientes de todo el trayecto.Por supuesto, todas estas diversiones siempre serán seguras y no podemos dejar a los niños ni un segundo fuera de sus asientos de seguridad.

Y es que, aunque viajemos con niños, hay normas de seguridad básicas que no podemos saltarnos y que hay que enseñarles a ellos a que las respeten también. Debemos, en cuanto sea posible para ellos, hacerles entender que no se debe molestar al conductor, pero eso para los menores de cuatro años es dificil de asimilar, por lo que, siempre que podamos, haremos los viajes con un adulto que pueda distraerlos.

Los hermanos tienen que saber que no pueden pelearse ni gritar en el coche y que si hay un bebé a bordo es indispensable guardar silencio mientras duerme. Son normas sencillas que los niños a partir de cuatro año pueden asimilar y respetar siempre que preveamos momentos de expansión también para ellos, como los que hemos visto previamente.

Intendencia

Además de alimentos y bebidas no debemos olvidarnos las toallitas y lo pañuelos de papel, además de bolsas de plástico para lo que sobre y una toalla por si alguno vomitase. Ropa de cambio en una bolsa a mano siempre va a venir bien. Zapatillas de estar por casa para que se cambien el calzado incómodo en el viaje y ropa cómoda para que no les moleste son otras medidas que nos harán más sencillo enfrentar cualquier eventualidad.

Los bebés

Los bebés no van a poder negociar, dependen de sus necesidades y no comprenden nada de lo que impongamos. Estar atados sin moverse, sin brazos, puede resultarles insoportable. Hay quien es partidario de dejarlos que lloren hasta que se duerman o evitar parar en lo posible, para que vayan aceptando la silla como inevitable. Yo creo que es mejor aceptar que un coche no es un lugar demasiado natural para un bebé y entender que esté furioso o desesperado y llore. No siempre vamos a poder pararnos.

Lo que si tenemos que hacer, aunque nos cueste, es ser inflexibles en el uso del sistema de seguridad. Incluso a poca velocidad un frenazo o un golpe pequeño, si llevamos el bebé en brazos, hará que su peso se multiplique por la velocidad que llevásemos, y nos sería imposible retenerlo.

Para que el bebé vaya poco a poco aceptando la silla si podemos hacer algunas cositas, trucos que harán que se acostumbre sin sufrir. Lo primero, ser flexibles con las paradas. Lo segundo, tratar siempre que sea posible que su madre o un familiar al que quiera mucho, vaya a su lado en los trayectos.

Además algunas cosas pueden distraerlo y hacer que no se desespere: música que conozca, móviles de colores brillantes, dibujos hechos por nosotros con colores primarios y formas sencillas, muñecos y juguetes... todo eso, además de una planificación ajustada sus horas de siesta pueden hacernos pasar esos viajes iniciales con menos agobios.

Con estas ideas sencillas podemos preparar bien un viaje en coche con los niños y hacerlo agradable para todos.

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