Qué llevar a un viaje con bebés y niños: el botiquín

Qué llevar a un viaje con bebés y niños: el botiquín
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Continuamos con nuestro Especial Viajar con niños en Bebés y más hablando un poco más acerca de aquellas cosas que debemos llevar pensando en los niños. Hoy nos centraremos en el botiquín, puesto que la salud de los niños se desestabiliza más fácilmente que la nuestra y no siempre sabemos dónde acudir ni siempre tendremos un sitio cercano al que acudir.

Lo que tengamos que llevar dependerá en gran parte del lugar de destino, ya que no es lo mismo ir a Mallorca que ir a algún país en vías de desarrollo porque hay lugares en los que podremos encontrar de todo y otros en los que no y porque hay lugares donde hará calor y algunos medicamentos podrían no conservarse bien.

Creo que lo más oportuno es hablar de todo lo que podría ser interesante llevar, sea cual sea el destino y, si consideráis que es demasiado, porque vais cerquita o a algún país desarrollado, vais quitando cosas (que os sobrarán unas cuantas).

Botiquín para niños

  • Paracetamol y/o Ibuprofeno: para la fiebre o para el dolor...
  • Suero fisiológico en monodosis: que nos puede servir tanto para curar alguna heridita, como para echar en los ojos si ha entrado algo o en la nariz si aparecen los moquitos.
  • Antibiótico oral de amplio espectro: sólo si vamos a ir a algún país en vías de desarrollo y vamos a estar bastantes días... mejor si no hay que reconstituirlo con agua ni guardarlo en la nevera, claro (y difícil que nos lo receten, en cualquier caso).
  • Sobres de rehidratación oral: por si aparecen las diarreas. Habrá que prepararlos con agua embotellada. También podemos encontrar bricks con el suero ya preparado, que podremos llevar en el avión siempre que no pasen de 120 ml.
  • Crema con corticoides: muy útil para los eccemas, para reacciones alérgicas locales o para reducir los habones de los mosquitos.
  • Crema antibiótica: por si alguna herida o picadura se empieza a infectar
  • Crema de protección solar: evidente... no suele ir en el botiquín, pero por si acaso la ponemos también.
  • Repelentes de insectos: no hay mucho que decir, mejor prevenir que curar.
  • Termómetro: el gran olvidado. No solemos acordarnos de él porque no cura ni trata, pero sin él difícilmente podremos saber cuán grave puede llegar a ser una fiebre
  • Tiritas: ahora las hay hasta de los personajes favoritos de los niños, así que no hay excusa para utilizarlas si queremos tapar alguna pequeña herida.
  • Gasas estériles y esparadrapo: dejan pasar el aire más que las tiritas, así que lo ideal para no macerar la piel suele ser una gasa con esparadrapo alrededor (aunque ya digo que si la herida es pequeñita, puede ir bien una tirita).
  • Tijeras, pinzas y vendas: para curar con lo anterior.
  • Antiséptico no yodado: el mejor es la clorhexidina. El Betadine no se recomienda ya porque el yodo se absorbe muchísimo y puede ser peligroso para la tiroides.
  • Crema para el pañal: supongo que quien lleva pañales ya cuenta con ello, pero por si acaso puede ser muy útil llevar cremita para el culito por si se le irrita.

Pero siempre que se pueda, acudir al médico

Todo lo comentado son posibles soluciones a posibles problemas que pueden darse durante un viaje y que responden a la necesidad de tratar alguna afección, básicamente mientras damos con algún médico. La automedicación puede ser peligrosa y más en niños, que no siempre son capaces de explicar lo que sienten.

Por eso siempre que sea posible y siempre que creamos que es necesario (en caso de fiebre, diarreas, infecciones,...) deberemos acudir a un centro de salud para constatar que el tratamiento que hacemos es el adecuado o para que nos recete lo más adecuado en cada caso.

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