Más ideas para que los niños coman verduras

Más ideas para que los niños coman verduras
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Os ofrecemos ahora más ideas para que los niños coman verduras aunque no les gusten. Las preparaciones más viscosas o demasiado crujientes pueden esperar, no es necesario empeñarnos en que coman de todo de todas las formas posibles.

Uno de los mayores problemas que tienen los niños con la verdura es su textura, y para conseguir que esos niños las incorporen a su dieta la mejor estrategia es que se acostumbren a su sabor y las coman, pues ni es conveniente hacer de la comida una batalla ni podemos dejar de darles estos alimentos tan importantes.

Cremas y purés

La primera posibilidad son las cremas, sopas y purés con verdura como primer plato. Podemos alternar infinitas variaciones.

Si hablamos de cremas, son muy apetitosas las de calabacín o calabaza, las de guisantes y las de puerro. Para que les gusten más podemos añadirles patata cocida que suaviza su sabor, bechamel o un poco de nata. Además, si les ponemos por encima costrones de pan, jamón york o queso rallado seguro que les apetecen mucho.

Caldos y sopas

Los caldos y la sopa son otras preparaciones en las que las verduras se pueden disimular. Hagamos para la sopa habitual un caldo con muchas verduras (que luego podemos aprovechar para purés o comérlas nosotros en trozos si el niño no las quiere).

En el caldo de verduras se pueden poner cebollas, patatas, zanahorias, repollo, judías verdes, puerro, apio, nabo y chirivía. Luego, a la hora de poner los fideos o el arroz a cocer, podemos batir algunas verduras con el caldo, pocas al principio para que siga quedando muy suave.

Una vez han aceptado las verduras batidas en el calgo podemo ofrecerles una sopa juliana muy picadita, mezclando las verduras con los fideos adornada al principio con algo que les entusiasme (jamón serrano, trocitos de pollo, huevo picado).

Las socorridas croquetas y empanadillas

Partamos de la base de que las croquetas y empanadillas industriales sería mejor no ponerlas en la mesa. Mejor que no las prueben o que lo hagan cuando ya se hayan acostumbrado a los platos caseros.

Las croquetas que solemos hacer con jamón, atún o carne pueden llevar también verdura como complemento o como relleno único. Cuanto antes empecemos a ponerlas en estos platos, mejor.

La cebolla fritita es indispensable, pero también van a quedar muy bien la zanahoria, la lombarda, los guisantes o las espinacas, aunque al principio, si el niño tiene problemas con las texturas, las tendremos que picar muchísimo.

El relleno de las empanadillas también va a poder llevar, además de la cebolla y el ajo muchas verduritas: champiñones, setas, calabaza, tomate, calabacín o berenjena. Las podemos hacer solo de verduras o añadirles carne, pollo, atún, huevo cocido o queso. Si no sabemos hacer la masa podemos usar la que ya viene preparada y, si queremos hacerlas más suaves, meterlas en el horno pintadas con un poco de huevo.

Rollitos chinos

¿Les gustan a vuestros hijos los rollitos chinos? Pues adelante, no temáis que no os salgan bien en casa. Se venden obleas de harina de arroz aunque también podéis hacerlos con las mismas que se comercializan para las empanadillas. Yo uso las segundas, porque las primeras, aunque quedan deliciosas y lijeras, son muy delicadas.

Yo les pongo zanahoria, cebolla, ajo y col muy picaditas y previamente pasadas por la sartén un minuto. Podéis ponerles carne, pollo o jamón york dentro también. Aunque el sabor es más auténtico con el aceite de girasol yo uso de oliva y también son muy sabrosos.

Hamburguesas

Las hamburguesas vegetales son uno de los platos en los que más sencillamente se pueden incorporar verduras y las posibilidades son casi infinitas. La idea básica es hacer una masa que se pueda freir. Si tenemos un niño con problemas con la textura las verduras crudas las picaremos en la un-dos-tres hasta que queden reducidas a un puré. Podemos añadir legumbres remojadas en crudo también para que quede más denso.

Luego, a ese puré se le añade huevo y harina hasta conseguir la textura adecuada. A veces hay que dejar la masa en la nevera un rato para que esté más dura al hacer las hamburguesas o podemos echarla a cucharadas en la sartén, pero con un poco de cuidado podemos hacerlas con la misma forma que las habituales de carne.

Para darles sabor es bueno añadirles cebolla pochada también picada, ajo o usar los condimentos en polvo. La verdad es que no he conocido a ningún niño que se resista a este plato.

Patés y salsas

Preparar salsas densas o patés en las que los niños puedan mojar colines, bastoncitos de pan o extenderlas sobre unas tostaditas es otra fórmula para que coman verduras sin que se resistan por la textura. El secreto es que la pasta nos quede sin grumos y densa, bien sabrosa. Podemos hacerlas de garbanzos, lentejas o judías cocidas, guisantes o champiñones con un poco de maicena, tomate crudo batido mezclado con yema de huevo cocida, pepino con yogurt y hasta de zanahorias, remolacha o calabaza. Y por supuesto, con aguacates. Un plato de apetitivos vegetales a los que nadie se resiste es este.

Verdura bebida

Ya os proponía el hacer zumos naturales de fruta a los niños, pero es que también podemos darles zumos de verduras, que quedan deliciosos. Podemos usar la licuadora o batirlas, ofreciéndoselas bien fresquitas mezcladas con sus frutas favoritas.

La zanahoria, por ejemplo, se hermana perfectamente con la naranja o el mango. El apio (en pequeña cantidad pues es muy aromático), la lechuga, el pepino y el tomate son otras variedades de verduras que, solas o mezcladas, dan muy buen resultado. Importante, eso si, batir bien y colar si fuera necesario, para que no queden fibras que puedan encontrar cuando beban.

Espero que estas ideas os ayuden, si las anteriores fallan, para que vuestros hijos coman todas las verduras que necesitan, incluso si tienen problemas con la textura.

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