"No hables con extraños": cómo transmitir este mensaje a los niños sin asustarlos ni hacerlos desconfiados

"No hables con extraños": cómo transmitir este mensaje a los niños sin asustarlos ni hacerlos desconfiados
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Hay niños que son muy sociables y que hablan con todo el mundo. Otros que no temen a nada, o que son más inocentes... lo que les puede llevar también a hablar con cualquier persona que se les acerque.

Y está bien ser extrovertido y no tener miedos, pero también es importante enseñar a los niños a ser prudentes, a protegerse y a poner límites a los demás para evitar entrar en situaciones potencialmente dañinas para ellos.

En este artículo ofrecemos algunas pautas para transmitir a los niños el mensaje de no hablar con extraños pero sin alarmarles, con algunos ejemplos que te pueden servir.

Cómo enseñar a los niños a no hablar con desconocidos

1. Escoge las palabras adecuadas: no infundas miedo

Se trata de explicar qué significa exactamente este mensaje pero de forma clara y adaptada a la edad de los niños. Para ello, escoge bien las palabras que vas a utilizar, para evitar que los niños le tengan miedo a personas que no deben temer, por ejemplo, o para evitar que se alarmen o se preocupen sin necesidad.

Se trata de informar, no de infundirles miedo sin darnos cuenta; así, no utilices palabras alarmantes y evita utilizar un tono amenazante (debe ser contundente pero neutro).

Por ejemplo, en lugar de decir "no hables con extraños", puedes optar por: "si alguien que no conoces te viene a hablar, compártelo con papá y mamá antes de hablar con esa persona" [o con el adulto de referencia que esté en ese momento]).

2. Delimita el concepto de "extraño"

El concepto de "extraño" puede ser difícil de comprender para los niños a según qué edades. ¿Quiénes son extraños? ¿Todo aquel a quien no conoce? Si les decimos "extraños" sin más, pueden pensar que los niños del cole a quien no conocen aún lo son, o los niños del parque (y sí, pero el significado es otro). Por ello, delimita qué significa exactamente una persona extraña; explícale esta diferencia entre un niño del parque y un adulto.

Por otro lado, no es lo mismo alguien desconocido que se acerque al niño sin ninguna razón aparente y le diga "¿quieres venir conmigo?", que el hecho de que un trabajador del centro comercial, vestido con el uniforme, le pregunte "¿dónde está papá o mamá?", "¿necesitas ayuda?" o "¿te has perdido?", al verle solo por los pasillos.

Como vemos, el contexto es diferente; así, explícale también estas posibles situaciones en las que se puede encontrar con alguien que se acerque a él.

3. Especifica cómo actuar

Los niños necesitan información concreta sobre lo que deben y no deben hacer en determinadas situaciones. Decirles "no hables con extraños" es una información que es directa y específica, sí, pero también genérica, y si nos fijamos, con esta frase solo les decimos lo que "no" deben hacer.

¿Y lo que sí deben, o pueden, hacer? Conviene especificar qué alternativas de conducta tienen. En este caso, podemos animarles a pedir ayuda; por ejemplo, diciéndoles "si alguien a quien no conoces se te acerca y te dice algo, busca a tu [papá, mamá, profesora...]".

Y en el caso de que les ofrezcan algo (por ejemplo: caramelos, chocolate...), también es importante que no lo acepten, y que lo consulten siempre antes con su adulto de confianza o el referente del momento.

Tan importante es delimitar qué no deben hacer como explicar qué sí (es decir, qué alternativas tienen a la hora de actuar, cómo pedir ayuda...).

4. ¿Y si mi hijo se pierde?

Siguiendo con el ejemplo mencionado de la tienda, no debemos olvidar que hay situaciones en las que personas desconocidas hablarán con nuestro hijo, no para hacerle daño, sino para ayudarle; por ejemplo, si lo ven perdido en una tienda.

Para casos como estos, es importante enseñarles también a pedir ayuda, ya que es muy difícil que un niño asustado tenga juicio para confiar en alguien. Podemos optar por explicar que si le ocurre algo así, deberá permanecer en el edificio y pedir ayuda a un trabajador de la tienda para que le ayuden a encontrar a sus papás.

También es recomendable que lleve en algún sitio vuestro nombre y número de teléfono, así como su nombre completo (por ejemplo, en una tarjeta, pero que no sea visible, para evitar que alguien que no lo conoce se dirija a él por su nombre y vuestro hijo confíe en él).

5. Explica por qué es importante protegerse

También debemos explicar por qué no deben hablar con personas desconocidas. Los niños necesitan entender el por qué de las cosas y además, explicárselo puede ayudarles a no tener miedo, simplemente a protegerse y a estar precavidos ante cualquier posible situación.

Además, si a los niños les falta información sobre algo, "rellenan" esa laguna mental con información que a veces es errónea, basada en su imagnación o invención, y que a veces les puede generar más miedo aún. Por ello, expliquémosles bien por qué no deben hablar con extraños o por qué, si alguien se les acerca, deben decírselo a su persona de referencia en ese momento.

Por ejemplo: "en el mundo te encontrarás con personas de todo tipo; la mayoría son personas buenas, pero es importante que hablemos con las personas que conocemos bien, y que si alguien a quien no conoces te dice que vayas con él/ella, le digas que no y se lo cuentes a papá y mamá".

Podemos explicarles también que hay personas que no son tan buenas que pueden actuar de mala fe (aquí deberemos ajustar la información proporcionada a su edad).

La importancia de fomentar la asertividad y la autonomía

La seguridad de los niños depende de los padres, lógicamente, y por ello debemos velar por su seguridad y protección. Sin embargo, y sobre todo a medida que se hacen mayores, los niños también deben aprender a protegerse, a poner límites y a ser asertivos (saber decir "no", saber cómo decir las cosas que les molestan...).

Y sobre todo, aprender a no confiar en todas las personas y a no ponerse en riesgo. Por ello, enseñar a los niños a protegerse ante los extraños también es una forma de trabajar su autonomía y su autocuidado.

Insistimos, esta labor es de los padres, pero no está de más que los niños aprendan a protegerse, sobre todo cuando, por X motivos, deben pasar tiempo sin los papás (por ejemplo: en una salida escolar, en unas colonias, en las vacaciones....).

Fotos | Portada (Freepik)

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