La muerte súbita del lactante (o el síndrome de muerte súbita del
lactante-SMSL), es aquella muerte que sucede de imprevisto en un
lactante de menos de un año (habitualmente durante el sueño), sin enfermedad previa conocida y que, tras realizar un examen exhaustivo,
(incluida una autopsia), sigue sin encontrarse la causa.
Es una de las causas de muerte más frecuente entre el mes y el año de vida en los países desarrollados.
¿Por qué se produce?
Como acabamos de decir, en la propia definición de la muerte súbita del
lactante se indica que es aquella muerte para la que no se encuentra
explicación, por tanto, no se sabe por qué se produce. Se barajan
diferentes hipótesis: factores genéticos, defecto de autorresucitación
durante el sueño, procesos inflamatorios e infecciosos, alteraciones del
sistema inmune...
Sin embargo, aunque no se conoce la causa exacta, sí hay estudiados varios factores de riesgo de la muerte súbita y varios factores protectores.
Factores de riesgo para el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)
1. - La forma de dormir del bebé
La posición del bebé durante el sueño es el principal factor de riesgo modificable. Se ha demostrado que dormir boca arriba disminuye claramente la muerte súbita del lactante. Antiguamente, los bebés eran colocados boca abajo para dormir. En aquellos países en los que se llevaron a cabo campañas para cambiar la posición de los bebés durante el sueño y acostarlos boca arriba se vieron disminuciones de entre en 30 y el 50% en la incidencia de muerte súbita del lactante. La posición de lado tampoco se considera segura.
2. Ambiente en el dormitorio
Otros factores de riesgo que se han relacionado con la muerte súbita son dormir sobre una superficie blanda (colchón blando, sofá...), arropar excesivamente a los bebés (especialmente si tienen la cabeza cubierta) y/o sobrecalentamiento de la cuna o dejar en la cuna accesorios sueltos como edredones, peluches, cojines...
3. Factores de la madre y el padre
El tabaquismo materno es probablemente el más relevante. Si la madre fuma, tanto durante la gestación como tras el nacimiento del bebé, el riesgo de muerte súbita del lactante aumenta.
También se ha visto mayor riesgo si el padre fuma. El riesgo es especialmente alto si el bebé comparte cama (colecho) con un adulto fumador. Además del tabaquismo, el consumo de drogas durante la gestación y/o tras el nacimiento del bebé también se han relacionado con la muerte súbita del lactante.
Por último, el bajo nivel socioeconómico, ser madre joven (menor de 20
años) o tener más de tres hijos, también se han relacionado con el síndrome
de muerte súbita del lactante.
4. Colecho
La cohabitación (dormir en la misma habitación que el bebé) ha demostrado ser un factor protector de SMSL; sin embargo, dormir en la misma cama (colecho) se ha asociado en algunos estudios con un mayor riesgo de muerte súbita. Este riesgo es mayor r si el bebé es menor de 3 meses, la madre es fumadora, duermen sobre una superficie blanda (por ejemplo un sofá), o se comparte la cama con otros miembros de la familia (ejemplo hermanos)
Muchos de estos estudios son antiguos y otros estudios más recientes . Se , (por ejemplo éste en 2014) no encuentran aumento de SMSL si se colecha en en ausencia de otros factores. Por otra parte, el colecho puede favorecer la lactancia materna, y sabemos que ésta es un factor protector de SMLS.
Dado que la relación del colecho con el SMSL permanece poco clara, especialmente en lactantes amamantados, de acuerdo con el comunicado de IHAN-España se deberá informar en estos casos a los padres de la evidencia para que puedan decidir y de cómo realizar un colecho seguro.
Deberán evitar colechar sobre superficies poco seguras (colchones blandos, sofás o sillones o con edredones o almohadas en la cama) o si los padres fuman o toman alcohol, drogas o medicación para dormir.
Además, no se debe compartir la cama con otras personas que no sean los padres. La Academia Americana de Pediatría no recomienda compartir la cama con el bebé y la Asociación Española de Pediatría, a través de su Comité de lactancia materna, recomienda no hacerlo en menores de 3 meses, prematuros o con bajo peso al nacimiento, además de en las situaciones que acabamos de mencionar.
5. Antecedente de hermano fallecido por SMSL
Haber tenido un hermano que falleció de muerte súbita aumenta el riesgo entre 2 y 10 veces según diferentes estudios.
6. Bajo peso al nacer y/o prematuridad
El peso al nacer tiene una correlación inversa (a menor peso, mayor riesgo), especialmente los que nacieron con un peso menor a 2500 gramos.
Factores protectores de la muerte súbita del lactante
1. Lactancia materna
Existe evidencia más que suficiente de que la lactancia materna previene la muerte súbita de lactante. Es importante prolongar la lactancia materna durante al menos los primeros 6 meses de vida, que es cuando el síndrome de muerte súbita del lactante es más frecuente.
2. Uso de chupete
No se conoce el mecanismo, pero los estudios demuestran que el uso de chupete previene la muerte súbita del lactante. En los lactantes amamantados, se recomienda comenzar a ofrecerlo cuando ya esté establecida la lactancia materna (en torno al mes de vida), por la posibilidad de que aparezca el síndrome de confusión tetina-pezón.
3. Cuidar el sueño del bebé
Ponerle a dormir boca arriba, en la misma habitación que los padres y en su cuna, que debe tener un colchón firme y estar completamente libre de objetos (nada de peluches, chichoneras, cojines, edredones...); si se comparte cama con el bebé (colecho), cumplir los requisitos de un colecho seguro. Mantener la habitación a una temperatura agradable (18-21ºC durante el sueño) y ventilar a diario.
4. Controles en el embarazo
Llevar un seguimiento adecuado durante el embarazo ha demostrado ser en algunos estudios un factor protector de la muerte súbita del lactante.
5. Vacunas
Aunque no hay mucha evidencia en este campo, sí parece que llevar al día el calendario vacunal puede proteger frente a la muerte súbita del lactante.
Resumiendo, ¿Cómo prevenimos la muerte súbita del lactante?
Como hemos visto, hay algunos factores de riesgo "inevitables" (por ejemplo, ser madre joven, nacer prematuro o tener un hermano que falleció de muerte súbita del lactante). Sin embargo, hay muchos de ellos que sí son modificables.
De lo más importante, cuidar el sueño del bebé: ponerle a dormir boca arriba, en una superficie dura y libre de objetos u accesorios, evitar el sobreabrigamiento y mantener una temperatura agradable en el cuarto, compartir habitación con él/ella y, si se comparte cama, que sea un colecho seguro. Fundamental también tratar de dar lactancia materna a demanda, al menos hasta los 6 meses de edad, y evitar el tabaquismo (así como alcohol y drogas), tanto durante la gestación como tras el nacimiento.
Otras medidas que también han demostrado tener un papel protector sobre el SMSL serían llevar un adecuado control de la gestación, vacunar al bebé, y ofrecer el chupete para dormir (si toma lactancia materna, ofrecerlo cuando ésta ya esté establecida).