¿Puedo comer y beber si me he puesto de parto?

¿Puedo comer y beber si me he puesto de parto?
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A medida que se acerca el momento del parto es normal que nos asalten todo tipo de dudas y preguntas, especialmente si es nuestra primera vez. Una de las cuestiones que se nos plantean es si podemos comer y beber una vez comienzan las primeras señales de parto, o si debemos dejar de hacerlo de inmediato por estar contraindicado con el proceso que vamos a vivir o incluso con el uso de la epidural.

Según las recomendaciones de la OMS para una experiencia de parto positiva, la ingesta de líquidos y alimentos durante el trabajo de parto no solo no estaría prohibida, sino que es aconsejable para las mujeres con bajo riesgo. Ahora bien, ¿existe alguna consideración que deba tenerse en cuenta? ¿Qué ocurre en el caso de las cesáreas y partos programados? ¿Qué margen de tiempo se considera 'seguro' para comer y beber durante el trabajo de parto?

Hemos revisado la evidencia publicada hasta la fecha y también hemos consultado con María José Remesal, matrona del Hospital Universitario Virgen del Valme de Sevilla y estas son las recomendaciones al respecto.

Comer y beber durante el parto, ¿sí o no?

La ingesta de comida y bebida durante el trabajo de parto genera mucha controversia. De hecho, hay mujeres que afirman que no se les permitió comer ni beber nada, mientras que otras pudieron hacerlo casi hasta el final.

La matrona nos explica que la prohibición de comer y beber durante el parto se debe a que en caso de presentarse una urgencia y tener que utilizar anestesia general, existiría un riesgo de aspiración de contenido gástrico (cuando pasa contenido del estómago a los pulmones).

Pero el riesgo de que esto suceda es muy bajo, además de que el uso de la anestesia general tampoco es frecuente. Por eso, en su opinión, si el parto está transcurriendo con normalidad, prohibir a la embarazada comer y beber si le apetece no tendría sentido.

parto

Si revisamos algunos de los estudios científicos realizados hasta la fecha, vemos que en 2008 se llevó a cabo una investigación publicada en The British Medial Journal sobre el efecto de la ingesta de alimentos durante el trabajo de parto. En él se concluyó que comer durante el parto no suponía ningún riesgo ni alteraba el proceso en duración y recuperación.

Otra revisión de estudios publicada en Cochrane no identificó efectos beneficiosos ni daños asociados a la restricción de alimentos y líquidos durante el trabajo de parto en mujeres con bajo riesgo de necesitar anestesia. Por ello, concluye que no hay justificación para prohibir a la mujer comer y beber si no presenta complicaciones.

Por su parte, la revista Portales Médicos recabó la información publicada en fuentes como Cochrane, Medline, la OMS o la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), y concluyó que no hay evidencia que justifique el ayuno durante el trabajo de parto.

¿Hasta qué momento es seguro que la madre coma y beba durante el parto?

Desde el momento en que comienzan las primeras manifestaciones de parto y hasta que el bebé nace pueden transcurrir muchas horas. Por eso es normal preguntarse si a partir de un determinado momento deja de ser seguro ingerir comidas y bebidas.

Según la matrona, en la mayoría de los hospitales se permite a la mujer comer hasta que inicia la fase activa de parto y beber siempre que le apetezca.

¿Qué tipo de alimentos puede ingerir la embarazada durante el trabajo de parto?

En general, se recomienda a la embarazada tomar dieta blanda hasta que comience la fase activa de parto y se suspenda la ingesta de alimentos. No obstante, en la mayoría de las ocasiones es la propia mujer quien escoge alimentos suaves.

¿Qué tipo de líquidos son los recomendados?

En cuanto a los líquidos, se recomiendan que sean claros (agua, infusiones, bebidas isotónicas, agua de coco, caldos filtrados...), evitándose líquidos densos como leche, néctar de fruta, bebidas carbónicas...

Siempre que se trate de líquidos claros no existe ninguna restricción en su ingesta, de manera que la mujer podrá beber cuando le apetezca y durante todo el proceso de parto (también durante la dilatación)

Las excepciones: parto inducido y cesárea programada

Hasta ahora hemos estado hablando de partos que se desencadenan de forma espontánea y que a priori no tienen riesgos. Pero existen excepciones en el caso de tratarse de un parto inducido (es decir, la mujer ingresa en el hospital para que le provoquen el parto) o una cesárea programada.

Si hablamos de inducción, la matrona nos explica que la ingesta de alimentos queda prohibida en el momento en que se pone la medicación para la inducción. Puede seguir tomando líquidos claros sin restricciones.

También se recomienda que antes de ingresar en el hospital la mujer haga una comida variada y abundante, eligiendo siempre alimentos saludables y evitando grasas, azúcares o alimentos que causen pesadez o ardor.

"Pensemos que la inducción puede llegar a ser larga, por lo que es aconsejable que la mujer haya desayunado o comido todo lo que pueda antes de llegar al hospital, para  afrontar el proceso con más energía"
inducción al parto

En caso de tratarse de una cesárea programada, la mujer debe ir en ayunas de comida y líquido ocho horas antes de la intervención. En el hospital se garantizará su hidratación mediante suero intravenoso.

Como decíamos al inicio, esta recomendación se hace en base al riesgo que existe de broncoaspiración de contenido gástrico en caso de ser necesaria una anestesia general, porque con la epidural este riesgo no existe.

¿Y si el parto acaba finalmente en cesárea?

También podría ocurrir que el parto no progrese y acabe finalmente en una cesárea o que se presente alguna complicación vital que indique la práctica de una cesárea de urgencia, como un desprendimiento de placenta.

En estos casos es muy probable que la mujer no haya guardado las ocho horas de ayuno recomendadas, pero tal y como explica la matrona, prima más la urgencia de hacer la cesárea para salvar a la madre y al bebé que el bajo riesgo de aspiración por haber comido o bebido.

En resumen...

Puesto que no hay evidencia que diga lo contrario, siguiendo las recomendaciones de la OMS la mujer podrá comer y beber durante el trabajo de parto, siempre que se trate de un parto sin complicaciones.

Los alimentos que ingiera deben ser suaves, y generalmente dejar de comer cuando se inicia la fase activa de parto. Sí está permitido beber líquidos claros durante todo el trabajo de parto, pues ayuda a la mujer a sentirse más cómoda y a estar correctamente hidratada.

Si existen complicaciones que aconsejen la inducción al parto, la mujer deberá dejar de comer en el momento en que se le administre la medicación para la inducción.  Y en el caso de cesárea programada, se debe guardar un ayuno de comida y bebida ocho horas antes de la intervención por el riesgo que existe de aspiración de contenido gástrico si tuviera que utilizarse anestesia general.

Foto de portada | Freepik

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