Al comienzo de la pandemia hubo preocupación sobre si el contacto con el bebé de madres infectadas podría favorecer el contagio, pero en estudios recientes realizados no se encontró un mayor riesgo de contagio entre bebés que realizaron piel con piel tras el nacimiento y permanecieron junto a sus madres, en comparación con bebés separados de sus madres y que no realizaron estas prácticas.
Una nueva investigación de la OMS y sus socios muestra que la pandemia de COVID-19 está afectando gravemente la calidad de la atención brindada a los recién nacidos pequeños y enfermos, lo que resulta en sufrimientos y muertes innecesarios.
Un estudio publicado en The Lancet EclinicalMedicine destaca la importancia fundamental de garantizar que los bebés recién nacidos tengan un contacto cercano con los padres después del nacimiento, especialmente para los que nacen demasiado pequeños (con bajo peso al nacer) o demasiado pronto (prematuros).
Sin embargo, en muchos países, si se confirman o sospechan infecciones por COVID-19, los bebés recién nacidos son separados rutinariamente de sus madres, lo que los pone en mayor riesgo de muerte y complicaciones de salud de por vida.
Este es especialmente el caso de los países más pobres donde se produce el mayor número de nacimientos prematuros y muertes infantiles. Según el informe, las interrupciones en el cuidado de la madre canguro, que implica un contacto cercano entre un padre, generalmente una madre, y un bebé recién nacido, empeorarán estos riesgos.
Que no os separen
Se podrían salvar la vida de hasta 125.000 bebés con una cobertura completa del cuidado materno canguro. Para los bebés prematuros o con bajo peso al nacer, el cuidado de madre canguro (contacto temprano y prolongado de piel a piel con uno de los padres y lactancia materna exclusiva) es particularmente crítico.
Entre estos bebés, se ha demostrado que el cuidado de madre canguro reduce las muertes infantiles hasta en un 40 por ciento, la hipotermia en más de un 70 por ciento y las infecciones graves en un 65 por ciento.
“Las interrupciones en los servicios de salud esenciales durante el COVID-19 han afectado gravemente la calidad de la atención brindada a algunos de los bebés más vulnerables, y esto incluye su derecho al contacto que les salve la vida que necesitan con sus padres”, dijo el Dr. Anshu Banerjee, Director de Materia, Salud y Envejecimiento del Recién Nacido, Niño y Adolescente en la OMS.
"Las décadas de progreso en la reducción de las muertes infantiles se verán en peligro a menos que actuemos ahora para proteger y mejorar los servicios de atención de calidad para las madres y los recién nacidos, y ampliar la cobertura de intervenciones que salvan vidas como la atención madre canguro".
"Se necesita mucha más atención para garantizar que los profesionales de la salud y los legisladores de todo el mundo sean conscientes de la necesidad de mantener juntos a las madres y los bebés en estos primeros días críticos, especialmente para los bebés que nacen demasiado pequeños o demasiado pronto", dijo Queen Dube, directora de salud Ministerio de Salud de Malawi , uno de los autores del informe.
“Kangaroo Mother Care es una de nuestras formas más rentables de proteger a los recién nacidos pequeños y enfermos. Según nuestro análisis, estos riesgos superan con creces la pequeña posibilidad de que un bebé recién nacido contraiga una enfermedad grave por COVID-19 ".
“El cuidado materno canguro es una de las mejores intervenciones para mejorar las posibilidades de supervivencia de un bebé prematuro o con bajo peso al nacer, especialmente en los países de bajos ingresos”, agregó.
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