
A priori, coger las verduras de la nevera de congelados en lugar de comprarlas en la verdulería puede no parecer lo más sano del mundo. Sin embargo, las bolsas de alimentos congelados pueden ser un salvavidas en muchas ocasiones, y nutricionalmente, incluso mejores que los frescos.
El Ministerio de Sanidad destierra el mito de que los alimentos congelados sean menos saludables. Señala en su web que el proceso de congelación no altera las cualidades de los alimentos, por lo que un pescado o una carne congelada tienen las mismas propiedades que si los comemos frescos. Respecto a las verduras congeladas, la proporción de vitaminas que éstas tienen después del cocinado, es similar a la que puedan tener las verduras frescas tras ser cocinadas.
Lo mismo opina Maya Feller, nutricionista dietista de Brooklyn. "Aunque los paquetes de bloques de frutas y verduras duras y frías pueden no parecer tan atractivos como las coloridas vitrinas de frutas y verduras frescas, hay muchas razones para amar las opciones congeladas".
Estas son algunas de las ventajas de los alimentos congelados que los expertos en nutrición destacan.
Pueden ser más nutritivos de lo que crees
Un estudio de 2015 analizó los niveles de cuatro vitaminas en ocho tipos de frutas y verduras en ambas presentaciones y encontró que algunas variedades congeladas tenían más vitaminas que sus equivalentes frescos.
Por ejemplo, el maíz, las judías verdes y los arándanos congelados contenían más vitamina C que sus versiones frescas. De igual manera, las espinacas, guisantes y arándanos congelados tenían niveles superiores de vitamina E.
Esto se debe a que las frutas y verduras congeladas se recolectan en su punto óptimo de maduración y se someten a un proceso de congelación rápida, preservando sus nutrientes. En cambio, los productos frescos pueden perder parte de su valor nutricional a medida que pasan días en los estantes del supermercado o en casa.
Esta diferencia se acentúa fuera de la temporada de cultivo. Un melocotón comprado en invierno, por ejemplo, probablemente haya sido transportado desde largas distancias, perdiendo parte de sus nutrientes en el trayecto.
Son más económicos
Otra ventaja de los alimentos congelados es su precio. Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analizó los precios de 20 alimentos, y concluye que la verdura y el pollo son un 44% y un 21% más baratos si son congelados y de marca blanca.
Además del costo inicial, los congelados ayudan a reducir el desperdicio de comida, ya que duran meses sin estropearse. Para conservarlos mejor, es recomendable sacarlos de su empaque original y almacenarlos en bolsas herméticas con la menor cantidad de aire posible.
Son más prácticos y fáciles de preparar
Los alimentos congelados también ahorran tiempo en la cocina. Muchas verduras, como el brócoli, ya están parcialmente cocidas antes de ser congeladas, por lo que requieren menos tiempo de cocción. Otras, como el mango en cubos o las espinacas, ya vienen peladas y troceadas, listas para usar en cualquier receta.
Uno de los pocos inconvenientes es el cambio de textura que pueden experimentar ciertos productos al descongelarse, como las fresas, que se vuelven más blandas. En estos casos, se recomienda usarlas en batidos o para hornear.
Para lograr una textura crujiente al cocinar verduras congeladas, un truco es enjuagarlas con agua tibia, escurrirlas bien y secarlas antes de asarlas o saltearlas. Algunas opciones, como el brócoli, la coliflor o las coles de Bruselas, pueden cocinarse directamente en el horno o la sartén sin necesidad de descongelarlas previamente.
En definitiva, los alimentos congelados no solo son una alternativa práctica y accesible, sino que también pueden ofrecer un gran valor nutricional. Aprovecharlos correctamente puede ser una excelente estrategia para mantener una alimentación equilibrada durante todo el año.