Encuentran contaminantes como el mercurio y el arsénico en más del 80% de la leche materna

Encuentran contaminantes como el mercurio y el arsénico en más del 80% de la leche materna
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Científicos de Granada han analizado muestras de leche materna de madres donantes y ha pedido su monitorización constante después de encontrar en casi la totalidad de ellas arsénico, con niveles más elevados que en otros puntos de Europa, y en más de un 80% restos de mercurio.

Un equipo formado por expertos del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA) ha analizado la presencia de contaminantes ambientales en la leche materna, datos vinculados a la alimentación, el entorno o los hábitos de la madre.

Contaminantes ambientales en la leche materna

El estudio, publicado en el International Journal of Hygiene and Environmental Health, ha utilizado muestras del Banco de Leche del hospital Virgen de las Nieves de Granada para analizar la concentración de mercurio, plomo, cadmio y arsénico en 242 muestras de leche obtenidas entre 2015 y 2018 de 83 madres donantes.

Asimismo, han recogido factores sociodemográficos, reproductivos y de estilo de vida y hábitos de higiene de estas mujeres, según informa la Universidad de Granada.

Se han detectado niveles de arsénico más elevados que los encontrados en otros estudios en España y Europa y niveles similares de mercurio.

Los metales estudiados son contaminantes ambientales comunes a los que está expuesta la población general principalmente a través de la dieta, y están asociados con diversos problemas de salud, sobre todo cuando la exposición ocurre durante el embarazo o los primeros años de vida. Por lo tanto, las mujeres embarazadas y los niños y niñas son especialmente vulnerables a estas exposiciones.

Según explica el jefe de grupo del CIBERESP en el ibs.GRANADA, Nicolás Olea, “la leche materna es, por consenso, la mejor fuente de alimentación para el bebé, aportando numerosos nutrientes y beneficios para el lactante; pero también podría ser una vía de exposición infantil a contaminantes ambientales presentes en el organismo de la madre”.

En este estudio se observó que la mayoría de las muestras (97%) presentaba arsénico, el 81% mercurio, la mitad (51%) plomo y un 38% cadmio.

Las concentraciones de arsénico fueron mayores en leche materna de donantes primíparas, mientras que las de mercurio fueron más elevadas en donantes con mayor consumo de pescado graso y carne y menores en muestras de mujeres con mayor consumo de productos lácteos y en aquellas recogidas después de un posparto más largo.

La detección de plomo, mayor en exfumadoras

Asimismo, la detección de plomo fue mayor entre las donantes multíparas, las que ganaron peso después del embarazo y las exfumadoras, y fue menor en las muestras recogidas más recientemente y de donantes con mayor consumo de carne roja y huevos. La detección de cadmio fue mayor en las muestras de donantes que reportaron mayor consumo de fritos y comida enlatada y fue menor en las muestras de donantes que consumían pan con más frecuencia.

Ante estos resultados, Nicolás Olea considera que “tal y como sugiere la iniciativa europea en Biomonitorización Humana (HBM4EU), dada la vulnerabilidad del lactante y muy especialmente de bebés prematuros hospitalizados que reciben leche del banco, sería necesario monitorizar de forma rutinaria la presencia de estos tóxicos ambientales en la leche y dar recomendaciones sobre hábitos saludables a las madres donantes”.

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