Esta es la edad a la que el bebé sonríe por primera vez: etapas de la sonrisa

Esta es la edad a la que el bebé sonríe por primera vez: etapas de la sonrisa
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Todos los hitos en la vida de nuestro bebé son especiales, pero si hay uno que realmente es un mimo para el alma de los padres es la primera sonrisa que esboza mirándonos a los ojos y demostrándonos todo su amor.

Es el mejor regalo que podemos recibir durante las primeras semanas de vida de nuestro retoño, esa sonrisa sincera, inocente y amorosa que nos da la vida y tenemos la responsabilidad como padres de que sea un gesto habitual durante la infancia de nuestros hijos.

La primera sonrisa, la sonrisa angelical

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Hay bebés que sonríen dentro del útero, e incluso algunos que nacen con una sonrisa en la cara aún unidos al cordón umbilical, o bebés que sonríen con escasos días de vida como la preciosa sonrisa de esta bebé prematura a los cinco días de nacer, que parecen mostrar su felicidad por haber llegado al mundo.

Durante el primer mes, es habitual también verlos hacer una mueca de sonrisa mientras duermen o hacerlo despiertos de forma espontánea por causas desconocidas. Es lo que se conoce como sonrisa angelical.

En realidad se trata de un reflejo del recién nacido, no es una sonrisa intencionada. Es un movimiento de labios espontáneo y reflejo que el bebé hace cuando se siente feliz y relajado. No se trata de un estímulo de respuesta social aún.

El bebé te mira y sonríe

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Es cumplido el primer mes de vida, aproximadamente entre la cuarta y sexta semana de vida, cuando el bebé sonríe como respuesta a un estímulo, generalmente a las palabras y miradas cariñosas de sus padres. Es cuando nos regala su primera sonrisa "de verdad".

Sin duda, es un momento muy bonito en el que se establece una conexión mágica con tu bebé. A partir de ahora, además del llanto, las sonrisas se convertirán en una nueva forma de comunicación.

A partir de ahora, si le hablas y le sonríes a una distancia de entre 20 y 40 cm, el bebé cambiará la expresión de su rostro, de sus ojos y abrirá sus labios para esbozar una sonrisa.

Al principio sonreirá a todos los que le hagan una sonrisa, como una respuesta de cortesía, pero poco a poco se convertirá en una sonrisa selectiva. Comenzará a discriminar las caras y las voces que le resulten familiares para regalarles sus mejores sonrisas.

Es importante corresponder su sonrisa. Cada vez mirará con mayor interés y durante más tiempo a los rostros que le rodean, y su cerebro reaccionará con mayor actividad eléctrica en el momento en el que mamá, papá o un familiar cercano interactúa con él, respondiéndoles con una sonrisa.

Poco a poco, como respuesta a los estímulos, mimos y caricias irá añadiendo sonidos a la sonrisa y la acompañará con un movimiento de manos y piernas.

También te sonreirá esperando tu respuesta y comenzará a observar con máxima atención los gestos de tu cara que muy pronto imitará.

Esta comunicación mimos-sonrisa beneficia enormemente el vínculo entre el bebé y los padres, además de favorecer su desarrollo como ser social.

Foto de portada | Marina Abrosimova en Unsplash

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