Mi bebé camina raro, ¿debo preocuparme? Alteraciones de la marcha en niños

Mi bebé camina raro, ¿debo preocuparme? Alteraciones de la marcha en niños
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La mayoría de los bebés comienzan a caminar entre el año y los 18 meses de edad. La forma de andar de los bebés difiere mucho de la de los adultos y niños más mayores. Su anatomía se va modificando, sus músculos y tendones se alargan y el hueso va cambiando.

Esto hace que puedan tener una forma de caminar diferente a la de los adultos: caminar metiendo los pies, o caminar con los pies mirando hacia fuera, meter las rodillas...

Algunas de estas alteraciones de la marcha son propias de la edad y otras, en cambio, requieren ser valoradas por un especialista. Mi bebé camina raro, ¿debo preocuparme?

¿Cuándo empiezan a caminar los bebés?

Cada niño lleva su ritmo y no todos los niños alcanzan los hitos del desarrollo a la misma edad. Sin embargo, existen unos márgenes de la normalidad; si el niño no ha conseguido un hito pasado ese margen, debemos valorarlo.

Entre los 9 y los 12 meses, los bebés comienzan a ponerse de pie, inicialmente con apoyo, y posteriormente ellos solos. Luego comenzarán a dar pasitos agarrados a algo y más adelante, a caminar solos. Los niños caminan sin ayuda, de media, a los 13 meses. El margen de la normalidad es de 8 a 18 meses. Un niño mayor de año y medio (18 meses) que no camina solo, sin apoyo, debe ser valorado por el pediatra.

Pies planos

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Los niños pequeños tienen lo que llamamos pie plano flexible. Cuando se ponen de pie y cuando caminan, el pie se ve plano, no se aprecia arco plantar, apoyan toda la planta en el suelo.

Los pies parecen volcarse hacia dentro y los talones dirigirse hacia fuera.  Sin embargo, si les pedimos que se pongan de puntillas, sí apreciaremos arco. Esto se debe a que los niños pequeños tienen gran elasticidad en las articulaciones y mucho tejido graso en la cara interna de  la planta del pie. El arco durante la marcha va apareciendo progresivamente, según crecen, hasta la preadolescencia.

Genu varo o cuando las rodillas se separan

Las piernas de los lactantes están típicamente en genu varo. Esto quiere decir que si les juntamos los tobillos, las rodillas están separadas.

Cuando comienzan a ponerse de pie y a caminar, esta "deformidad" se exagera y suele mantenerse hasta los 18-24 meses. Si esta deformidad aparece en mayores de dos años o sólo en una pierna, debemos consultar.

Piernas en X o genu valgo

En algunos niños observamos que las rodillas se meten hacia dentro, juntándose y los pies quedan muy separados. Es lo que conocemos como genu valgo.

Hacia el año y medio o dos años, las piernas, que estaban en genu varo (tobillos juntos, rodillas separadas) siguen el camino contrario, evolucionando a genu valgo.

Este genu valgo tiene su máxima expresión en torno a los 3-4 años y progresivamente se irá corrigiendo, reduciéndose por completo a los 7-8 años.

Si esta deformidad es simétrica y bilateral, es decir, sucede en las dos piernas por igual, y se trata de niños pequeños, no hay que hacer nada. Sin embargo,  si tenemos un adolescente o preadolescente con las piernas en X o la deformidad sucede únicamente en una pierna (unilateral) debemos consultar.

Camina con los pies hacia dentro

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Este es un motivo de consulta muy frecuente. Lo más probable es que tenga su origen en el fémur (anteversión femoral aumentada) o en la tibia (torsión tibial interna) o una mezcla de ambas.

  • Anteversión femoral aumentada. El ángulo que forma el cuello del fémur con el fémur se llama ángulo de anteversión femoral. En los adultos está en torno a 15º, en la infancia puede ser mucho mayor; se considera una variante de la normalidad. En niños, el cuello del fémur se inclina demasiado hacia delante haciendo que los pies se metan para dentro.

Es más frecuente en niñas y entre los 3 y los 10 años (más marcada en niños pequeños y va mejorando con la edad). Esta es la razón por la que algunos niños se sientan con facilidad con las piernas en W, y en cambio los adultos estamos mucho más cómodos si nos sentamos a lo indio. Si más allá de los 9-10 años sigue metiendo los pies para dentro, debemos consultar, pues esa anteversión femoral puede seguir aumentada.

  • Torsión tibial interna. La tibia está como retorcida hacia dentro. Los bebés nacen así, pero a veces no nos percatamos hasta que comienzan a caminar. Con el crecimiento, las tibias se van alineando, generalmente en torno a los 6-8 años pero a veces puede tardar hasta la adolescencia. La torsión tibial interna, por tanto, se considera también una variante de la normalidad en niños.

Caminar de puntillas

Cuando los bebés comienzan a caminar lo hacen con una marcha insegura e inmadura que irán perfeccionando poco a poco. Así, es frecuente que caminen a veces de puntillas aunque sí se lo pedimos son capaces de apoyar el talón. Esto se considera normal antes de los 2-3 años de edad, que es cuando la mayoría de los niños ya adquiere el patrón normal de talón-punta.

Si por encima de los tres años caminan de puntillas, el pediatra debe realizar una buena historia clínica y una exploración física completa para descartar posibles enfermedades. Lo más frecuente, sin embargo, es que se trate de una marcha idiopática de puntillas, que no se asocia a ningún trastorno neurológico y que se resuelve sin tratamiento en la mayoría de los casos (el 60% desaparece a los 5 años y el 80% antes de los 10 años).

Cojera en la infancia

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La cojera es una marcha anormal, con dolor, debilidad muscular y/o deformidad de los miembros. Puede tener diferentes causas: de nacimiento (congénito), infeccioso, neuromuscular...

La causa más frecuente de cojera aguda (que aparece de repente) entre los 3 y los 10 años de edad es la sinovitis transitoria de cadera. Se trata de una inflamación de la membrana sinovial de la cadera (la capa más superficial) que hace que se acumule líquido en la articulación, apareciendo dolor y limitación para moverla. Es frecuente en los niños entre 3 y 10 años y en general sólo afecta a un lado.

Los niños más pequeños muchas veces no saben expresar con claridad qué les pasa, y cojean o rechazan andar. Los más mayores pueden referir dolor en la rodilla, el muslo o la ingle. Aparte de esto, los niños tienen buen estado general y no hay fiebre. Es típico que unos días antes hayan tenido un cuadro catarral. La sinovitis transitoria de cadera es un cuadro benigno que cura  en 7-10 días. Se trata con antiinflamatorios (ibuprofeno) y se recomienda reposo (dentro de lo posible, a veces en los niños más pequeños resulta difícil).

La fractura toddler o fractura de los primeros pasos es una fractura de la tibia típica de los niños menores de tres años, cuando están empezando a caminar. Tras un traumatismo leve comienzan a cojear o incluso rechazan apoyar esa pierna. Las infecciones osteoarticulares (artritis y osteomielitis), también son más frecuentes en esta franja de edad, en concreto en los menores de 5 años.

En los adolescentes varones, más frecuentemente en obesos, una causa frecuente de cojera es la epifisiolisis idiopática de la cadera. La cabeza del fémur se desliza y no conecta adecuadamente con la cadera. Estos niños presentan cojera y dolor en la ingle, el muslo y/o la rodilla.

Lo que no es normal: cuándo debemos consultar

Como hemos visto, algunas de las alteraciones de la marcha en los niños son fisiológicas, es decir, normales en esa franja de edad. Sin embargo, si algo os preocupa de la marcha de vuestros hijos, no dudéis en consultar al pediatra.

Y muy especialmente en situaciones que no son normales:

  • Siempre que una alteración sea asimétrica (es decir, suceda sólo en un miembro o sucede en uno mucho más que en el otro).
  • Si asocia dolor.
  • Si la alteración no es propia de la edad que tiene por ejemplo, caminar de puntillas en mayores de 3 años o es mayor de 8 años y sus piernas están en X
  • Si aparece cojera.

Fotos | iStockphoto y pch.vector - www.freepik.es


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