Estos son los artículos para recién nacidos que los pediatras no recomendamos (y el por qué)

Estos son los artículos para recién nacidos que los pediatras no recomendamos (y el por qué)
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Cuando un bebé está en camino, siempre hay cosas que preparar. Además de la cuna y el carrito, surgen muchas otros artículos que no siempre son necesarios y podrían, incluso, ser contraproducentes.

A continuación traemos una lista con siete objetos que los pediatras no consideramos, en absoluto, que sean necesarios para un recién nacido.

1. Esterilizador de biberones

esterilizador

Siempre que se desee y sea posible, la alimentación ideal del recién nacido es la lactancia materna. Sin embargo, a veces no se puede dar directamente y hay que dar la leche materna en biberón (se conoce como lactancia materna diferida), o directamente damos fórmula de inicio en biberón.

Al igual que a nadie se le ocurriría esterilizarse el pecho, como norma general no es necesario esterilizar el biberón; es suficiente lavarlo con agua y con jabón (a mano o en el lavavajillas). La esterilización puede estar indicada antes del primer uso, y puede hacerse metiéndolo unos minutos en agua hirviendo.

2. Termómetro de chupete

Sujetar un termómetro en la axila a un bebé hasta que "pita" puede ser un suplicio. Por ello, se han desarrollado otros termómetros que miden la temperatura de forma más rápida. Sin embargo, no todos ellos son igual de fiables y tienen sus limitaciones.

Los termómetros de chupete, por ejemplo, no se consideran fiables. Los de infrarrojos (para la frente, el oído) van siendo cada vez más precisos pero pueden tener mayores variaciones de temperatura. Los de oído, en concreto, no se recomiendan en menores de dos años, pues tienen el conducto auditivo muy estrecho.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), recomienda que los padres midan la temperatura a sus hijos en la axila con un termómetro digital.

3. Tacatá o andador

andador

Desde hace muchos años, los pediatras desaconsejamos los tacatás y andadores. Por un lado, no se ha demostrado que ayuden en la adquisición de la marcha; no son necesarios, los bebés sanos aprenden a andar sin necesidad de ayuda (tampoco es necesario que les demos las dos manitas que lo hagan). De hecho, se ha visto que los niños que usan andador o tacatá inician la marcha liberada (sin ayuda), más tarde.

Por otro lado, han demostrado un claro aumento de accidentes en el hogar: según la Asociación Española de Pediatría, cuadriplican el riesgo de caída por una escalera, duplican el riesgo de fractura por caída por una escalera y además adelantan la edad de caída por una escalera de los doce a los ocho meses; también aumentan el riesgo de quemaduras y de intoxicaciones pues tienen mayor acceso a objetos que no deberían estar a su alcance.

En Canadá, por ejemplo, están prohibidos desde 2004. En nuestro medio, la Asociación Española de Pediatría lo dice claro: "El mejor andador es el que no se usa".

4. Aspirador de mocos

aspirador-nasal

La presión de succión de los aspiradores de moco pueden causar daño y sensaciones molestas en el oído. Además, pueden inflamar y resecar la mucosa de la nariz y esto podría ocasionar mayor producción de moco.

Por ello, la mejor manera de limpiar el moco de la nariz cuando éste incomoda al bebé, es realizar un buen lavado nasal con suero fisiológico.

5. Cojín antivuelco

El uso de los cojines antivuelco está tremendamente extendido. Para muchas familias es un artículo imprescindible y lo preparan a juego con el nórdico y las chichoneras de la cuna (tampoco recomendables).

Sin embargo, para prevenir la muerte súbita del lactante, la Asociación Española de Pediatría y la Academia Americana de Pediatría, entre otras, recomiendan la cuna vacía así como la posición boca arriba para dormir. Tanto las posiciones de lado y boca abajo, como la presencia de objetos en la cuna son, entre otros, factores de riesgo para la muerte súbita del lactante.

6. Humidificador

El humidificador es un sencillo aparato que aumenta la humedad del ambiente. Hubo un tiempo en el que estaban muy de moda, y eran ampliamente usados en las habitaciones infantiles, especialmente si los niños estaban acatarrados. En la actualidad, la OMS desaconseja su uso para los catarros, pues no hay evidencia de que mejoren los síntomas y, sin embargo, puede haber infecciones debido a una limpieza deficiente del aparato. Por otro lado, tampoco se recomienda usarlos en algunas patologías como asma, rinitis alérgica o una neumonía.

En el caso de las laringitis, el aire húmedo mejora claramente la tos y el estridor; también es beneficioso para la congestión nasal y las dermatitis atópicas. La humedad ideal se encuentra entre 40-60%; si tenemos el ambiente más seco, podría ser útil un humificador, pero no es imprescindible. Podemos usar un humificador de radiador o, simplemente, colocar unos recipientes con agua debajo de los radiadores.

7. Zapatos y manoplas

manoplas

No es raro ver a bebés recién nacidos con manoplas durante los primeros días de vida. La razón principal suele ser para evitar que se arañen. Sin embargo, los bebés necesitan poder tocar y sentir con sus manos, por eso es recomendable que no las usen.

Por otro lado, los pies deben poder moverse libremente para favorecer su correcto desarrollo. Lo ideal es que estén descalzos, incluso cuando ya caminen, y sólo entonces colocar un zapato para evitar que se dañen en determinadas superficies (por ejemplo en la calle).

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