Los 'Cuentos de Hadas' de los hermanos Grimm, no siempre fueron aptos para niños

Los 'Cuentos de Hadas' de los hermanos Grimm, no siempre fueron aptos para niños
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Si alguno de vosotros piensa que el cuento de la Cenicienta es cruel, que Blancanieves no se merece el trato dispensado por su madrastra, o que dos niños pequeños no deben andar solos por el bosque (Hansel y Gretel), podéis relajaros. Resulta que cualquiera de estos en su versión original es completamente inapropiado para niños, reflejando aspectos de la realidad de la época en la que fueron escritos.

Hoy se cumple el 200 aniversario de la primera publicación de los ‘Cuentos de Hadas' de los hermanos Grimm, y Google les rinde homenaje con el ‘doodle’ que llevamos todo el día viendo cada vez que hacemos búsquedas. Yo misma pienso que incluso las versiones que conocemos podríamos (a veces) evitárselas a nuestros hijos, ¿o no? Hay padres que me dicen ‘es que hay cuentos clásicos tan crueles’. De acuerdo, tienen razón, a mí no me gusta Rapunzel (yo no hubiera negociado jamás con una bruja por mis hijos), pero ¡hay tantos otros cuentos clásicos moderados, divertidos, y de los que aprender!, fijaros si no en ‘Los músicos de Bremen’ o ‘Alí Babá y los 40 ladrones’.

Pero volvamos con los hermanos Grimm, ‘sus’ cuentos les hicieron famosos, a pesar de que no eran los verdaderos autores. Ellos simplemente tenían interés por mantener la tradición alemana de cuentos populares, y debieron realizar algunas adaptaciones a fin de que fueran aptos para niños.

Y sin embargo, alejándome un poco de la crueldad manifiesta, cuando he tenido que leer uno de los cuentos de Grimm a mis hijos (¡vete tú a saber por qué el grande quiso que le relatara Cenicienta sistemáticamente durante los meses que siguieron al nacimiento de su hermana!), he procurado extraer enseñanzas que nos sirvieran a todos. ¿Un ejemplo? estoy casi segura de que ha habido algún momento de la historia en que en lugar de decir ‘no te fíes de los desconocidos que te dan dulces’, los padres contaban ‘Caperucita Roja’ a los niños.

Estos cuentos han sido traducidos a 170 idiomas, y su primera edición forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. Durante todo el año 2013, en Alemania tendrá lugar el Añó Grimm, situándose el centro de las actividades en Kassel (ciudad de residencia de los hermanos Grimm).

Los cuentos más importantes de la Literatura Infantil son nacidos en una tradición oral que no escatimaba en sadismo, sexualidad explícita y altas dosis de violencia. Antes de los Grimm, a ningún padre (creo) se le hubiera ocurrido explicar La Bella Durmiente, Blancanieves, Cenicienta, Hansel y Gretel, Pulgarcito o Caperucita Roja, a sus hijos.

Resulta que la madrastra de Blancanieves no era si no su madre biológica, y que las celosas hermanastras de Cenicienta se amputan el pie para poder lucir ‘el zapato’, resulta también que Rapunzel de tanto subir el príncipe a la torre se queda embarazada de gemelos...

Pero ya os digo, estos cuentos han cambiado bastante hasta llegar hasta nuestros días, y desde luego no fueron los hermanos Grimm los autores originales (aunque lo veáis escrito en la portada), sino que recogieron historias de boca de personas que les rodeaban (sobre todo mujeres), hasta conseguir el material deseado y adecuarlo a los oídos y mentes de niños pequeños e inocentes.

El hambre de la época, las miserias, la insatisfacción humana, la preservación de la virtud, y los sistemas de organización familiar, fueron los inspiradores de historias que a finales del siglo XVIII y principios del XIX se relataban las personas para hacerse eco de lo que pudiera haber sido una realidad social.

Imagen | Paul Lowry En Peques y Más | La historia de Pulgarcito contada de otra manera: Cayo Martínez ha hecho posible esta versión del clásico, G4M3 Studios presenta Blancanieves, un nuevo cuento bilingüe interactivo

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