Durante los primeros meses, quizá incluso años, es muy habitual que nuestros peques duerman en la misma habitación que nosotros. Los despertares frecuentes hacen que sea más cómodo tenerlos a mano que andar rondando por casa hasta su habitación. Pero conforme va pasando el tiempo, se les hace necesario un espacio propio y personal. Un lugar donde descansar, sí, pero también donde jugar, explorar y correr todo tipo de aventuras.
Su dormitorio es su castillo, es ese sitio en el que se sienten cómodos, en el que tienen todos sus juguetes preferidos, en el que pueden dar rienda suelta a su imaginación. Pero también es el espacio en el que se sienten seguros, donde pueden dormir con tranquilidad, quizá después de leer un cuento con papá y mamá. Y, cuando sean algo mayores, también debe ofrecer esa misma comodidad a la hora de hacer deberes, estudiar o simplemente pintar, dibujar, escribir…
La importancia de crear un entorno como este es considerable. IKEA cuenta con todo lo que necesitas para crear el dormitorio de tus niños desde cero, pero no solo eso. Especialmente preocupados por la higiene del sueño y conscientes de la importancia que tiene en edades tempranas, cuenta con la Sociedad Española del Sueño como colaborador y sigue sus recomendaciones para ofrecer productos y mobiliario que permitan dar forma a espacios perfectos para el descanso.
Con esto en mente, y con el resto de funciones que debe cumplir un dormitorio infantil, vamos a repasar algunos consejos que nos permitan diseñarlo con facilidad, sin complicaciones y con una perspectiva de uso a largo plazo.
1. Cuenta con ellos (cuando sea posible)
Su dormitorio tiene que gustarle. Esto es absolutamente clave. Si diseñamos su espacio teniendo en cuenta simplemente nuestros gustos, veremos cómo termina por ser un lugar que rehúya, en vez de convertirse en su "centro de operaciones".
Por eso es importante que tengamos en cuenta sus gustos y preferencias, como decíamos, en la medida de lo posible. Acotar las decisiones que puede tomar nos ayudará, por un lado, a darle capacidad de elección y, por otro, a que escoja entre opciones que a nosotros nos encajen.
2. La cama, el centro neurálgico
Un buen descanso es fundamental para su salud. Solo tienes que verlos los días que no han dormido bien: están más alterados, más gruñones o más distraídos. La calidad del sueño es clave para su desarrollo, por lo que debemos prestar atención al tipo de colchón que elegimos, así como a los textiles y a la almohada —en caso de utilizarla— que preparemos.
Los últimos estudios de la SES, de los que IKEA se hace eco y toma como referencia, indican que un colchón de firmeza media se correlaciona con una mejor calidad del sueño. Nos ofrecen la firmeza justa para no curvarse en las distintas posiciones del cuerpo, y minimizan los movimientos innecesarios durante el sueño.
Cumpliendo con estas pautas podemos encontrar el colchón ÖMSINT de IKEA (139 €). Compuesto por una gruesa capa de espuma y muelles embolsados individualmente, se adapta bien al contorno del cuerpo sin hundirse.
Además, al ser extensible, nos permite acoplarlo en una cama de estas características, otra de las recomendaciones más interesantes a tener en cuenta. Las camas extensibles de IKEA nos permiten tener una cama adaptada a la edad y tamaño de nuestro peque sin que sea necesario reemplazarla.
De esta manera, cuando sean más pequeños no se encontrarán con una excesivamente grande, ni tendremos que cambiarla conforme pasen los años porque crezca y se le quede pequeña. La estructura MINNEN de IKEA (97 €) es un buen ejemplo. Tiene un diseño muy armonioso y puede ir incrementando su longitud conforme vayamos necesitándolo.
3. Textiles cómodos y divertidos
Dependiendo de cómo sea el clima de tu lugar de residencia y de la época del año en la que nos encontremos, podrás elegir diferentes tejidos con el fin de garantizar que el sueño de tu peque sea tranquilo, cómodo y a la temperatura perfecta.
Así, el algodón tiene una gran capacidad para absorber la humedad y es uno de los tejidos más agradables y cómodos en la composición de la ropa de cama. Por ejemplo, la funda nórdica DJUNGELSKOG de IKEA (19 €) está fabricada con algodón 100% sostenible y no contiene substancias, ftalatos, ni productos químicos que puedan suponer un riesgo para la piel de los peques.
Las fibras huecas, por su parte, están formadas por filamentos transpirables que ofrecen una temperatura estable durante el sueño. De esta manera, no hay momentos de excesivo calor ni otros en los que se pueda notar el frío. El edredón GRUSBLAD de IKEA (19,99 €) está compuesto por este tipo de fibra, es calentito y puedes lavarlo a 60º, la temperatura a la que mueren los ácaros del polvo. De esta manera lo podrás mantener en las mejores condiciones.
4. No descuides la iluminación
IKEA recoge algunas recomendaciones a tener en cuenta respecto a la iluminación del dormitorio infantil, con la finalidad de favorecer el descanso ofreciendo una intensidad determinada en cada momento.
Por ejemplo, podemos instalar una luz ambiental difusa que no supere los 75 luxes de intensidad, para que durante esas horas previas al sueño el cerebro de nuestro peque vaya bajando revoluciones. Además, si se despierta por la noche, puede encenderla sin que le resulte molesta.
La lámpara UPPLYST de IKEA (14,99 €) tiene todos estos ingredientes, queda perfecta en cualquier rincón del dormitorio —como luz de noche o varias, distribuidas a diferentes alturas—, y le da un punto muy dulce a la decoración.
Aquí es importante, como en el resto de mobiliario y decoraciones que emplees, que estén a su alcance para que pueda gestionar cuándo quiere encenderla y cuándo apagarla. Todo el dormitorio, en general, debe seguir esta pauta: es su espacio y debe poder disfrutarlo y hacer uso de él sin que sea necesaria nuestra asistencia.
5. Organiza áreas diferenciadas
Tener claro qué sucede en cada zona del dormitorio les da estructura y les ayuda a respetar cada una de esas zonas para el uso que le asignamos. El área de la cama ya la hemos tratado en profundidad, pero hay otra que no debemos descuidar.
Si bien el descanso es una de las partes fundamentales de la vida de nuestros peques, lo cierto es que quizá ellos estén en desacuerdo y crean que jugar es aún más importante. Y no andan del todo desencaminados.
El juego es una clave en su desarrollo y debemos hacer lo posible por favorecerlo, creando entornos donde puedan jugar libremente y sin la típica preocupación de que "algo se rompa" o "tiren algo". De ahí la importancia de tener un espacio dedicado al juego en su dormitorio.
Si la habitación no es muy grande, no te preocupes. No se trata de tener metros y metros cuadrados donde dar rienda suelta a la aventura, sino de que puedan tener un rincón asociado al juego, sea del tamaño que sea. Las alfombras, por ejemplo, nos permiten esta delimitación de manera sencilla y, además, les aportan comodidad para que jueguen en el suelo.
La alfombra HIMMELSK de IKEA (35 €) está fabricada con fibras sintéticas, lo que la hace muy fácil de lavar y resistente a las manchas. Tiene base de goma, para evitar resbalones, y además no contiene ningún producto químico o elemento que pueda resultar dañino para la piel de tu peque.
Conforme vayan cumpliendo años, es posible que queramos preparar un pequeño espacio en el que puedan sentarse a dibujar, colorear o incluso hacer alguna tarea del colegio. De nuevo, lo ideal sería que esta zona estuviera diferenciada de la del descanso y la de juego.
La mesa FLISSAT de IKEA (69 €) no solo les ofrecerá una superficie firme, sino que es regulable, con lo que podemos adaptarla a tres alturas distintas, y tiene soporte para rollo de papel de dibujo MÅLA. Perfecto para que hagan sus primeros pinitos artísticos.
Como puedes ver, con algunas pautas muy sencillas y con las soluciones integrales de IKEA, puedes diseñar un dormitorio infantil en el que, sobre todo, tus peques descansen con comodidad, pero también uno en el que les apetezca estar, ya sea para jugar, para hacer sus tareas o para dormir. Porque al final se trata de eso: crear ambientes en los que estar, valga la redundancia, como en casa.