Música clásica divertida para niños (II)

Música clásica divertida para niños (II)
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En nuestro recorrido por la música clásica divertida para niños traemos otra selección ideal para disfrutar con los más pequeños. Porque toda la música puede ser divertida, tan solo tenemos que escucharla en el momento apropiado. Y esta música clásica descriptiva puede convertirse en un juego al tiempo que desata la imaginación de pequeños y mayores.

En esta selección de clásicos divertidos, unos fuegos artificiales, un bullicioso París, una noche veraniega o un divertido trabalenguas nos esperan.

Un día de fiesta: fuegos artificiales en Debussy

De nuevo nos volvemos a detener en una composición del francés Claude Debussy, que nos hizo movernos al ritmo del mar, jugando con las olas, y nos mostró el hipnótico canto de las sirenas. Esta vez nos vamos de fiesta con el último de los veinticuatro "Preludios" para piano (que quedan divididos en dos libros de doce cada uno), titulado "Feux d'artifice", "Fuegos de artificio".

De todos los preludios, puede que este sea el más difícil de interpretar, ya que exige del pianista un gran dominio técnico del instrumento. Y todo para reflejar la atmófera que se vive ante la contemplación de un castillo pirotécnico: luces de bengalas, cohetes que se inflaman, carcasas que trazan regueros luminosos. Disfrutad del espectáculo.

Un gato bailando el vals

Leroy Anderson, el compositor estadounidense del que ya os hablamos en la anterior entrega, nos deja otra obra divertida aparte de "La máquina de escribir" o "El reloj sincopado". Se trata de "Waltzing cat", "El gato valseador", que nos permite escuchar a ritmo de vals los maullidos de un gato. Nos imaginamos perfectamente el baile de una pareja de felinos enamorados...


Un americano en París

"An american in Paris" es una obra de música clásica sinfónica del compositor George Gershwin, creada y estrenada ante el público en 1928. Además de los instrumentos habituales de la orquesta sinfónica, Gershwin utilizó en algunos momentos bocinas de coche, que podemos escuchar al principio de la obra. Para el estreno, el compositor se trajo de París claxons de taxis.

Gershwin dijo de su composición: "Mi propósito aquí es retratar las impresiones de un estadounidense que visita París; mientras pasea por la ciudad, escucha varios ruidos callejeros y absorbe el ambiente francés... La primera parte está desarrollada en un estilo típicamente francés, a la manera de Debussy".

La obra comienza con un paseo por los Campos Elíseos y una riña con un taxista. Seguro que reconocéis esta música, ya que fue utilizada como banda sonora de una conocida película con el mismo título, que fue dirigida en 1951 por Vincent Minelli y protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron. Fue galardonada con seis Oscars, entre ellos el de mejor película y el de mejor banda sonora adaptada.

Los gritos en el mercado

Seguimos en París, pero viajamos en el tiempo a un mercado antiguo. Clément Jannequin es un autor francés del Renacimiento, que destaca por haber compuesto más de 250 chansons, muchas de las cuales son programáticas, es decir, su música refleja de forma descriptiva el contenido del texto, utiliando, en bastantes ocasiones, sonidos onomatopéyicos. Así, encontramos cantos de pájaros en Le chant des aiseaux, mujeres "parloteando" en Le caquet des femmes o alarmas de guerra en La guerre, una de sus más famosas piezas.

En la obra que nos ocupa, encontramos el ruido propio de un mercado callejero. En "Les Cris de Paris", "Los gritos de París", después de comenzar con una pregunta dirigida a la audiencia, "¿Queréis oir los gritos de París?", Jannequin nos transporta a un mercado de la capital francesa en el siglo XVI, en el que somos bombardeados por los gritos de los vendedores de los distintos puestos ofreciéndonos de todo, desde vino hasta piñones, pasando por mostaza, nabos...

¿Una canción o un trabalenguas?

Durante la época victoriana el libretista W. S. Gilbert y el compositor Arthur Sullivan escribieron juntos 14 operetas entre 1871 y 1896, de las que destaca "The Pirates of Penzance". Dentro encontramos "La canción del general", un divertido trabaleguas imposible de reproducir a tanta velocidad. Por eso, aparte del vídeo que aparece bajo estas líneas, donde vemos interpretada el aria (a partir del minuto uno empieza con el conocido "I Am the Very Model of a Modern Major-General"), os dejo también el enlace a este otro en el que se va leyendo la letra.

El grillo de Josquin

Josquin des Prés fue un compositor franco-flamenco del Renacimiento. Además de la música sacra, Josquin escribió numerosas "chansons", algunas de las cuales fueron muy populares y circularon por toda Europa, llegando hasta hoy. Muchas de ellas son cantadas regularmente por grupos vocales a capella.

"El Grillo" explota las posibilidades onomatopéyicas que ofrece el insecto. Es posible que mediante esta canción el autor se mofara de un cantante milanés llamado Carlo Grillo. Aquí podéis escuchar la interpretación, y abajo tenéis el vídeo con la letra en italiano y en inglés: "El grillo es un buen cantante, que canta durante mucho tiempo..."

Espero que esta nueva entrega de la mejor música clásica para niños os haya resultado interesante. Volveremos con nuevas visiones de la música clásica descriptiva ideal para disfrutar con los más pequeños.

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