No dejes a tu hijo con un desconocido nunca (ni aunque sepas que no le va a pasar nada)

No dejes a tu hijo con un desconocido nunca (ni aunque sepas que no le va a pasar nada)
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Me decía ayer mi mujer que muchos días lo tiene muy difícil con los niños para hacer cualquier cosa porque claro, una vez está fuera de casa, en la calle, debe entrar con los tres ahí donde esté. Si por casualidad le da por entrar en una tienda de ropa y se quiere probar algo, tiene que llevarse a los tres al probador y "¡a veces no cabemos!", que ya no es solo cuestión de caber o no, es que además le mueven la cortina y la historia se hace imposible.

También le ha pasado alguna vez tener ganas de ir al lavabo, ella sola con los tres. ¿Qué haces en su situación? Pues o te aguantas hasta llegar a casa o los metes en el lavabo y lo haces con la puerta entreabierta, a riesgo de que decidan entrar y salir y volver a entrar y volver a salir, y los hombres lo tenemos fácil, pero las mujeres no tanto.

En situaciones así, y en otras que ahora os comentaré, hay quien prefiere hacer las cosas rápido pero bien y dejar al niño un momentito con algún adulto que inspire confianza, en el caso del lavabo con alguna mujer que esté esperando también en plan "¿me los vigilas un momento?" y en el caso de la tienda de ropa con la dependienta, algo así como "¿me los miras un momento que me lo pruebo a toda velocidad?". Puede parecer un gesto inofensivo y totalmente seguro. Puede parecer normal hacer algo así, pero es un error. Lo es porque no debemos dejar nunca a nuestro hijo con un desconocido, ni aunque sepamos que no le va a pasar nada (y ahora os diré por qué).

¿Dejarías sola a tu hija en el cine?

Hace un par de días leí una entrada de una mamá en su blog Madre no hay más que 1 en que explicaba que habían ido a ver Maléfica ella y su hija de 3 años y que a la niña le estaba gustando tanto, estaba tan absorta, que decidió ir a comprar más bebida dejándola a cargo de una mamá que había al lado. Ella lo explica así:

Permaneció callada todo el rato. Muy atenta. Es más, se nos terminó la coca cola que compartíamos y le dije que si se quedaba sola un momento que iba a comprar otra. Y se quedó sin problema. Se lo dije a la mamá que estaba a mi lado que le echase un ojo por si acaso. Nada, ni enterarse.

El gesto me llamó la atención porque yo como padre no lo haría. Pensé que igual el problema era mío, quizás podría ser más protector (o sobreprotector) de lo normal. Digamos que tenía la sensación de que no había peligro alguno en ello, pero que por alguna razón no debía hacerlo, que yo no habría obrado igual.

¿Es peligroso dejar a los niños cuando sabes que no pasará nada?

¿Que podría pasarle a la niña? Nada. Está en un cine, hay decenas o cientos de personas, sólo hay una salida y tú vas a comprar una bebida con la que volverás enseguida a tu butaca. No puede pasarle absolutamente nada. ¿Qué puede pasarle a unos niños si los dejas un momento con la dependienta de la tienda mientras te pruebas algo? Nada, absolutamente nada. La dependienta no se va a ir corriendo con ellos calle abajo ni justo en ese momento va a entrar a la tienda un secuestrador de niños para llevárselos. ¿Qué puede pasarle a unos niños si los dejas un momento a cargo de la señora que quiere ir al lavabo detrás de ti? Pues nada tampoco, la mujer solo tiene interés en vaciar su vejiga y por deferencia te los vigila, pero tampoco se los va a llevar ni va a hacerles nada mientras tú vacías la tuya durante unos segundos tras una puerta que ni tiene candado. No, la cuestión no es esa. No es peligroso, o no lo es en el 99,9% de las ocasiones, que siempre puedes dar con algún loco o loca.

¿Entonces, cómo proceder?

Volviendo al caso de esta madre, a la bebida y al cine, veo tres posibles opciones:

  • Le dices a tu hijo/a que se ha acabado la bebida y que habrá que esperar a que la película se acabe para ir a por más (algunos padres, como yo, solemos llevar un botellín de agua en el bolso muy útil en caso de emergencia).
  • Le dices a tu hijo/a que se ha acabado la bebida y que si quiere más y no puede esperar, tenéis que ir a comprar bebida los dos, que os vais a perder un trozo de la peli pero que si vais rápido estaréis de nuevo en las butacas enseguida.
  • Le dices a tu hijo/a que espere un momento, que vas a comprar bebida y que vuelves enseguida. Le dejas solo/a y le dices a la persona de al lado que le vigile un momento.

Por si acaso era una cuestión mía y ciertamente soy una persona demasiado protectora con mis hijos planteé esta pregunta en mi muro de Facebook. Todos los padres y madres eligieron la primera o la segunda opción. Algunos me dieron otras opciones como "no comprar más bebidas azucaradas" y cosas así, y alguna madre eligió la tercera opción por tener hijos más mayores (más de 7 años).

Estaba yo leyendo sus opiniones cuando de repente apareció una bombilla sobre mi cabeza, encendida, claro, y entonces supe qué era lo que me hacía rechazar la última opción. Repito, sabía que no corría peligro, aun con 3 años de edad, pero en su situación nunca lo habría hecho. Si me lo preguntáis antes de la iluminación diría: "pues porque no sé, no me fío, es que... no sé, solo tiene 3 años", pero después de ponerme en el lugar de la niña, argumentaría muy diferente.

El mensaje que como padres damos a nuestros hijos

Niños y desconocidos

Un niño puede estar solo en una habitación de casa, porque nosotros estamos ahí cerca y no hay desconocidos. Un niño puede estar solo en el parque, jugando con otros niños, porque sabemos que está con niños, no con adultos, y porque estamos ahí mirando cómo juega. Pero un niño no puede estar solo, ni debe, con adultos extraños y sin nuestra vigilancia, nunca.

Desde que son pequeñitos les decimos que no deben confiar en los extraños, que no hablen con desconocidos, que no acepten nada que les regalen, que no se fíen de ellos. Es un mensaje claro que no admite ambigüedad. Un mensaje que debe quedar tan marcado en ellos que no podemos hacer concesiones. Ni una. ¿Qué mensaje le damos a un niño si le dejamos, ni que sea un minuto, con una persona desconocida, como si lo normal fuera confiar en gente que no conocemos? Los niños deben tener claro que no pueden quedarse, ni irse, ni confiar en nadie a quien no conozcan.

Nosotros somos capaces de hacer un juicio rápido de un vistazo. Vemos a la persona, vemos la situación, sabemos cuánto vamos a tardar y tenemos claro que no hay peligro alguno. Y ojo, que en los juicios a primera vista a veces también nos equivocamos... poned cualquier programa de sucesos en la televisión y veréis que los vecinos del peor de los delincuentes siempre explican que "ninguno nos lo esperábamos, era un chico de lo más amable y normal". Bien, a lo que voy. Nosotros somos capaces de sentir cuándo hay riesgo y cuándo no, pero los niños no. A ellos les basta con una sonrisa, con unas palabras amables y cualquier regalo para dar la mano a un desconocido. Mirad este vídeo del que hablamos hace un tiempo y seguimos con el tema:

¿Qué os parece? ¿Os dais cuenta de qué poco hace falta para ganar la confianza de un niño? Pues a eso me refiero. No podemos generarles la duda, no podemos dejar que entiendan (o crean entender) que algunos desconocidos sí son de fiar. No podemos porque si ellos lo ven así, no tendrán problema en irse con cualquiera que sepa cómo engañar a un niño.

Por eso si vas a comprar ropa te tienes que meter en el probador con todos, o desistir y volver otro día con tu pareja o la abuela para que se quede con ellos mientras tanto. Por eso si vas al lavabo tienes que hacerlo con la puerta abierta, siempre viéndolos, o aguantarte hasta llegar a casa. Por eso si vas al cine, por mucho que le esté gustando la película a tu hija, tienes que esperar a que se acabe o ir corriendo con ella a comprar otra bebida y por eso, que esto lo comentó también una madre en mi muro, no puedes dejar a tu hijo en el parque a cargo de otra madre porque vas a comprar agua a la tienda de al lado.

No es el riesgo del momento, es el mensaje que nuestros hijos captan de ello.

PS: A la mamá de la que hablo ya le dejé un mensaje en su blog para explicarle mis sensaciones al leer su entrada. Obviamente, le dije que lo haga como considere mejor y que mis palabras solo son un consejo que puede coger o rechazar libremente, pero me pareció importante dejarle la reflexión. Al fin y al cabo todos queremos lo mejor para nuestros hijos.

Vídeo | Youtube
Fotos | Thinkstock En Bebés y más | "Los monstruos de mi casa", documental sobre el maltrato infantil, Abusos a menores en españa: las cifras malditas, Mucho cuidado: ¿con quién dejamos a nuestros hijos?

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