No sólo del método Estivill duerme el niño

No sólo del método Estivill duerme el niño
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El método Estivill para reeducar los hábitos de sueño, es un método que como menciona Dolores sigue causando muchas controversias. Está basado en la psicología conductual, pero no sólo es la única técnica que existe dentro de esta teoría.

Yo compré el libro decidida a aplicarlo, pero no tuve corazón, ni siquiera intenté hacerlo y hasta hace poco mi hijo necesitaba que me quedara tumbada junto a él para dormirse.

Apliqué lo que se conoce como “Economía de fichas”, técnica también de la psicología conductual. Consiste en reforzar mediante una ficha (puntos, estrellas, caras sonrientes, pegatinas), el comportamiento que deseamos, en nuestro caso que el niño se fuera a la cama solo.

Elaboramos un calendario con los días de la semana y cada vez que se acostara sin la presencia de mamá o papá ganaría una estrella que colocaríamos en el calendario cada mañana. Si reunía las estrellas durante quince días seguidos le regalaríamos un juguete que él deseaba mucho. ¡Magia! Lo logramos, más fácil de lo que pensábamos. Actualmente después de un cuento se queda durmiendo él solito, ha ganado su juguete y la conducta está totalmente “instalada”. Claro el reforzamiento con las fichas debe ir acompañando de abrazos, elogios, besos para que una vez retirada la recompensa material la conducta siga exhibiéndose.

Esto funciona para los niños más grandes, pero también hay que tener en cuenta que muchos niños no pueden esperar un periodo de tiempo prolongado para obtener la recompensa, además si son muy pequeños no han alcanzado el desarrollo necesario para que la recompensa sea satisfactoria.

Es más o menos como el niño que reúne barajitas, al final tendrá un premio. Para aplicarla hay que ser constante, planificarlo bien y explicarle al niño lo que vamos a hacer en mutuo acuerdo, que él se sienta parte de la estrategia.

También hay otra técnica de la psicología conductual llamada Desensibilización, que es efectiva en niños de más de tres años. Cada noche en vez de acostarse en la cama con el niño, el papá o la mamá deben sentarse en una silla al lado de la cama. Cada día alejarla más y paulatinamente acercarla a la puerta hasta quedar fuera de la habitación con la puerta semiabierta. En pocas semanas y con constancia el niño habrá aprendido a dormir solo. Cuando lo consiga también es bueno recompensarlo con algo que a él le guste mucho: una salida al cine, un juguete etc.

Estás son técnicas de modificación conductual, comprobadas científicamente y que dan resultados en la mayoría de los casos si son aplicadas al pie de la letra. Pero, recuerda que cada niño es único con necesidades e intereses diferentes y que es importante evaluar cada situación personal y familiar.

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