Me gusta ver siempre el vaso medio lleno, por eso, a pesar de las circunstancias, creo que es una consecuencia positiva que los papás cuidan más de los niños debido a la crisis.
El desempleo afecta más a los hombres que a las mujeres, y uno de los efectos colaterales de que ellos no trabajen fuera de casa o trabajen menos, es que en muchas familias los papás han pasado a ocuparse ellos mismos de los niños.
Recogen a los niños en el colegio, le ayudan con los deberes, les llevan al pediatra, dan paseos, juegan, preparan la comida, acuden a reuniones en la guardería o en el colegio…
En definitiva, se ocupan más de sus hijos y pasan más tiempo con ellos que cuando trabajaban fuera de casa.
Habrá todo tipo de situaciones, y no quiero decir que quedarse sin trabajo sea para alegrarse, pero en algunas familias han debido adaptarse a una nueva situación que redunda en el beneficio emocional de los hijos.
La crisis es, sin duda, una época de adaptación. La clave está en saber acomodarse a la nueva realidad intentando sacar algo positivo.
Además, los niños son una excelente terapia para sobrellevar los tiempos de crisis. Pasar tiempo juntos, implicarse en sus juegos y estar más pendientes de ellos ayuda a desconectar y a reducir el estrés y las preocupaciones.
Por tanto, la situación es beneficiosa para ambas partes. Dedicar más tiempo a los hijos es positivo para los niños, que necesitan de sus papás, pero también lo es para ellos, pues los niños les ayuda a superar mejor los tiempos de crisis.
Al fin y al cabo, puede que no sea tan malo que los papás cuiden más a los niños debido a la crisis.
Foto | Geomangio en Flickr
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