Quemaduras solares en niños y bebés, qué hacer y qué remedios aplicar

Quemaduras solares en niños y bebés, qué hacer y qué remedios aplicar
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Todos sabemos de la necesidad de proteger la piel de nuestros niños de los efectos nocivos del sol. En cuestiones de sol y niños la prevención es, sin duda, nuestra mejor arma pero a veces, pese a nuestras mejores intenciones, es posible que alguno de nuestros hijos se queme al sol. Ante las quemaduras solares en niños y bebés debemos saber qué hacer y qué remedios utilizar.

Antes de entrar en materia merece la pena recodar cuánto y cómo debemos proteger la piel de nuestros pequeños ya que una correcta protección de la piel en la infancia reduce el riesgo de cáncer de piel en el futuro.

¿Cómo reconocer una quemadura solar?

Una quemadura solar es el enrojecimiento de la piel después de una exposición solar u otro tipo de luz ultravioleta.

Los síntomas de una quemadura solar dependen de la gravedad de la misma. Una quemadura leve se presenta como un enrojecimiento de la piel que además está caliente al tacto. Puede estar acompañado de dolor y/o picor en la zona afectada.

Si la quemadura es más severa pueden presentarse además dolor más agudo, cosquilleos, hinchazón, ampollas, erupción cutánea, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, mareos, fiebre y escalofríos.

Si su hijo presenta cualquiera de los síntomas de una quemadura severa o si la superficie afectada es muy extensa, es decir, el niño tiene gran parte del cuerpo quemado, es necesario acudir al médico cuanto antes para que pueda evaluar la gravedad de la misma y establecer el tratamiento más adecuado a seguir.

Los síntomas y efectos de las quemaduras pueden tardar hasta seis horas en presentarse y son más agudos a las 24 horas de la exposición solar. Varios días después la piel puede empezar a pelarse.

¿Qué hacer si nuestro hijo se quema al sol?

Lo primero ante una quemadura solar es retirar al niño del sol. No es suficiente con aplicar más protector, hay que dar por concluido el día de playa o piscina y llevar al niño a un lugar protegido y fresco.

A continuación hay que duchar o bañar al niño en agua fresca, no demasiado fría y nunca caliente. Es mejor no utilizar jabón ya que puede aumentar la irritación de la piel.

También pueden aplicarse compresas húmedas tan a menudo como sea necesario para aliviar al pequeño.

No se debe frotar la piel para secarla sino dar leves golpes con la toalla para no irritar más la piel.

Un niño que ha sufrido una quemadura solar tiene más riesgo de padecer deshidratación por lo que es importante que beban abundantes líquidos durante los dos o tres días después de sufrir la quemadura solar. El agua debe ser siempre nuestra primera opción para hidratar a nuestros hijos.

Si el niño tiene mucho dolor se le puede dar ibuprofeno en las dosis recomendadas. Si se presenta mucha inflamación es posible también que el pediatra recete una crema con hidrocortisona.

Una vez el calor y la rojez de la piel empiecen a remitir se pueden aplicar lociones hidratantes.

Debemos así mismo vestir al niño con prendas de algodón que no sean demasiado ajustadas para que no le rocen la piel enrojecida. Evitar la lana y los materiales sintéticos sobre la piel afectada.

¿Cuáles son los mejores remedios contra las quemaduras solares?

Existen algunos remedios que pueden ayudarnos a paliar los efectos y las molestias de las quemaduras solares.

El yogur tiene propiedades calmantes que ayudan a reducir la quemazón. Después de la ducha fresca podemos aplicar yogur frío, natural y sin azucarar, sobre la piel quemada durante quince o veinte minutos.

Otros lácteos como la leche también pueden ayudar a aliviar los síntomas. Para eso podemos aplicar compresas humedecidas en leche húmeda sobre la piel durante media hora y repetir cada dos o cuatro horas durante las horas posteriores a la sobreexposición solar.

En cuanto a las lociones hidratantes que podemos aplicar es importante que éstas no contengan benzocaína, lidocaína o petrolatum. No es conveniente tampoco aplicar anestésicos locales.

Las cremas o con vitamina E o Aloe Vera serán nuestros mejores aliados puesto que además de hidratar y refrescar ayudarán en el proceso de regeneración de la piel dañada.

También podemos contribuir a la regeneración celular de la piel del niño dándole alimentos ricos en Vitamina A como zanahorias, brócoli, leche y quesos.

¿Cuándo debemos acudir al médico?

Hay que llamar a un médico inmediatamente si el niño

  • Es menor de un año.
  • Presenta una quemadura extremadamente dolorosa o con ampollas. En ningún caso hay que reventar la ampolla pues expondríamos a nuestros hijos a una infección.
  • Tiene la cara o las manos hinchadas como consecuencia de la quemadura solar.
  • Tiene una gran parte del cuerpo quemada.
  • Tiene fiebre o escalofríos.
  • Tiene dolor de cabeza, está confuso o mareado, o se ha desmayado.
  • Presenta síntomas de deshidratación como mucha sed o sequedad de ojos y boca.
  • Tiene los ojos afectados por el sol. Si éstos están llorosos, enrojecidos e inflamados, debe verlos un médico.

¿Después de una quemadura solar qué hacer el resto del verano?

Es importante que la piel quemada no vuelva a exponerse al sol hasta que esté completamente regenerada y no presente ningún síntoma de quemadura. Para esto no es suficiente con un protector solar por muy alto que sea el factor de protección. Hay que recurrir a métodos físicos de protección como gorros y ropa adecuada.

Si la quemadura ha sido severa puede que la piel tarde entre tres y seis meses en regenerarse durante este periodo es conveniente que la piel no esté expuesta al sol en ningún momento.

Y ante todo prevenir, prevenir y más prevenír puesto que tras una quemadura solar es más fácil que el niño vuelva a quemarse.

Además, dado que el 90% de las quemaduras solares en niños se producen bajo la supervisión de sus cuidadores, es importante que sepamos qué hacer y qué remedios aplicar ante una quemadura solar en niños o bebés.

Foto | Bruna Camargo en Flickr En Bebés y más |Proteger del sol a los niños en verano: ¿cómo y cuánto?, Protegerles del sol en la infancia reduce el riesgo de cáncer de piel en el futuro, Vitamina D y protectores solares, ¿cómo encontrar el equilibrio?

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