El frío, los pies descalzos y el pelo mojado no harán que tu hijo enferme: una pediatra lo explica

El frío, los pies descalzos y el pelo mojado no harán que tu hijo enferme: una pediatra lo explica
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La creencia de que el frío entra por los pies, o que si uno sale a la calle con el pelo mojado se va a resfriar, está tremendamente arraigada.

Casi a diario durante el invierno escucho en la consulta algún comentario del tipo: “Claro, está malo porque ayer salió sin abrigo y se resfrió”. O: “no para de toser porque anda todo el día descalzo”. Pero, ¿hay alguna evidencia de que los niños que van descalzos o desabrigados se ponen más a menudo enfermos? ¿Entran las infecciones por los pies o por el pelo húmedo?

Los virus no entran por los pies (ni el pelo)

Empecemos por el principio, pues aquí está el quid de la cuestión. Los catarros son infecciones producidas por virus y cursan con tos, mocos y a veces fiebre, dolor de garganta y/o de cabeza. Los síntomas suelen durar unos días (7-10 días habitualmente, aunque la tos puede persistir incluso 2-3 semanas y no es raro que los niños encadenen un catarro con otro).

Los catarros se transmiten porque el niño enfermo, cuando habla, tose o estornuda libera pequeñas gotitas de saliva que contienen el virus y que pueden llegar a otro niño y contagiarle cuando respira. También puede contagiarse por contacto directo con las secreciones respiratorias (ya sabemos que los niños pequeños lo chupan todo).

Es decir, para que cojamos un catarro necesitamos que haya un virus y que entre por una mucosa (nariz, boca, ojos). Así que visto esto, parece evidente que los virus no entran por los pies o por el pelo.

¿Hay relación entre los catarros y el frío?

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Vale, parece que los virus no entran por los pies o por el pelo, pero es evidente que alguna relación guardan con el frío. De hecho, el catarro también se llama resfriado (de frío) y en inglés se traduce como common cold (cold=frío).

A nadie se le escapa que los catarros son infinitamente más frecuentes en invierno. Y hay diversas hipótesis para esto.

Por un lado, parece que los virus sobreviven y se multiplican mejor en ambientes fríos, a bajas temperaturas (no lo hemos visto así, sin embargo, con el SARS -CoV2, pues hemos tenido olas en todas las estaciones).

Además, parece que respirar aire frío produce vasoconstricción nasal (estrechamiento de los vasos sanguíneos de la nariz) y disminución de las defensas (menos leucocitos), así como menor movimiento de los cilios, que disminuyen el paso de gérmenes al aparato respiratorio lo que favorecería la infección.

La creencia de que el catarro puede cogerse por ir descalzo está tan extendida que hay estudios que han analizado la relación de los pies fríos con los catarros. Algunos muestran que el frío en los pies también desencadenaría vasoconstricción nasal. Pero repito, para que un niño se acatarre es necesario que sus mucosas entren en contacto con el virus (presente en partículas de saliva o secreciones respiratorias de otro niño que esté enfermo).

El frío (en los pies, en el cuerpo, en el ambiente) podría desencadenar el inicio de los síntomas si el virus estuviese ya presente en nuestro cuerpo o aumentar las posibilidades de que lo cojamos. Pero el frío, per se, no es responsable de la infección.

Por último, en los meses fríos pasamos mucho más tiempo en interiores, más juntos unos a otros y menos ventilados, lo que aumenta las posibilidades de que entremos en contacto con partículas de saliva o secreciones cargadas de virus.

¿Cómo evitamos entonces los catarros?

Si fuese cierta la teoría de que nos resfriamos si "cogemos frío", caminamos descalzos o vamos con el pelo mojado, la forma de evitar los catarros sería abrigándonos y secándonos el pelo.

Sin embargo, con el COVID se ha visto que las maneras de prevenirlo (tanto el COVID, como otras infecciones respiratorias que han desaparecido casi drásticamente durante la pandemia) son el lavado de manos (evitando así el contacto directo con secreciones), la mascarilla (evitando así que salgan estas pequeñas partículas de saliva y secreciones respiratorias) y la distancia social.

En nuestro día a día, lo que podemos hacer para evitar que nuestros hijos de acatarren (difícil, por otra parte, pues los catarros van casi implícitos en la edad), es enseñarles a lavarse frecuentemente las manos, taparse con el codo cuando tosen, usar pañuelos desechables y favorecer que pasen tiempo al aire libre.

Pero, ¿hay algún motivo por el que es mejor para los niños ir descalzos?

Vale, no se acatarran por ir descalzos pero, ¿les aporta algún beneficio? Pues sí. Parece que ir descalzo permite un mejor desarrollo del pie y de las habilidades motoras. Además, los niños tienen mejor equilibrio si no llevan zapatos.

Por otro lado, el pie del bebé tiene muchísimas terminaciones nerviosas y es gran receptor de información táctil y de posición, algo que no puede hacer si lleva zapatos. Incluso hay estudios que relacionan el ir descalzo con mayor inteligencia.

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