Alteraciones menstruales: por qué se producen y cómo pueden afectar a la fertilidad de la mujer

Habitualmente, el ciclo regular de la mujer tiene lugar cada 28 días, aunque también se considera normal el ciclo comprendido entre los 21 y los 35 días, contando siempre a partir del primer día de la regla y hasta la aparición de la siguiente. En cuanto a la duración de la regla, esta varía de una mujer a otra, e incluso de un ciclo a otro, considerándose normal una duración comprendida entre los tres y los siete días.

Cuando se producen síntomas anómalos en la regla o alteraciones en el ciclo menstrual, se debe consultar con el médico, pues podría ser signo de alguna patología que deba ser tratada y que afecte tanto a la fertilidad de la mujer como a otros ámbitos de la salud.

Alteraciones menstruales durante la vida fértil

Las alteraciones menstruales suelen ser más frecuentes en los dos extremos de la vida fértil; es decir, durante la adolescencia (poco a poco los periodos se irán volviendo más regulares) y después de los 40 años, conforme la mujer se acerca a la menopausia.

Estas alteraciones pueden incluir ausencia de la regla, variaciones en el tiempo transcurrido entre los ciclos, duración anormal del periodo o un exceso/escaso sangrado. Cuando una mujer que tiene la regla normalmente comienza a presentar alteraciones menstruales, es fundamental que sea valorada por un ginecólogo.

Pueden ser múltiples las causas por las que se produzca alguna de las alteraciones menstruales que acabamos de mencionar, pero entre las más frecuentes destacan:

Ciclos no ovulatorios

La anovulación se produce cuando hay un ciclo no ovulatorio, esto es, un ciclo durante el cual los ovarios no pueden lanzar un ovocito. Por lo tanto, la ovulación no ocurre.

Por lo general, la anovulación no presenta ningún síntoma ya que la mujer puede seguir menstruando como siempre, aunque en otras ocasiones sí pueden producirse alteraciones en el ciclo, pues este se acorta o se alarga de forma significativa, o incluso desaparece.

Los ciclos anovulatorios pueden deberse a:

  • Falta de secreción de GnRH y gonadotropinas, las hormonas que controlan el ciclo menstrual. Esto podría ser debido a trastornos ocurridos en el hipotálamo y la hipófisis (la parte del cuerpo encargada de secretar estas hormonas), ciertas enfermedades, estrés y ansiedad, sobrepeso o pérdida excesiva de peso, ejercicio físico intenso...

  • Ovarios poliquísticos

  • Fallo ovárico prematuro, que se sucede cuando los ovarios dejan de funcionar antes de haber alcanzado la edad media de la menopausia

¿Cómo se soluciona? Cuando la anovulación no está causada por problemas graves, es suficiente con controlar la dieta, reducir el estrés y llevar una vida saludable. Pero en otras ocasiones puede ser necesario el uso de fármacos hormonales para inducir la ovulación, e incluso una intervención quirúrgica para restablecerla.

Pólipos en el endometrio

Los pólipos endometriales son tumores benignos que se forman con tejido endometrial que no se desprende durante la regla, sino que se queda adherido a la pared uterina. Son relativamente frecuentes, y aunque la mayoría son asintomáticos, en otras ocasiones producen síntomas como reglas muy abundantes o pequeños sangrados entre reglas o después de mantener relaciones sexuales.

Además, los pólipos endometriales pueden afectar a la fertilidad de la mujer, y en un pequeño porcentaje de casos también podrían convertirse en cáncer. Por ello, es muy importante diagnosticarlos y hacer un seguimiento periódico o bien extirparlos mediante histeroscopia.

Endometriosis

La endometriosis es una enfermedad que afecta al 15% de las mujeres españolas en edad fértil. Se produce cuando el tejido de recubrimiento del útero (endometrio) crece fuera de éste, y afecta a otras zonas del organismo (ovarios, trompas de Falopio, el intestino grueso y los ligamentos que sostienen el útero), provocando en muchos casos problemas de fertilidad.

A la endometriosis se la conoce con el nombre de 'la enfermedad silenciosa', porque a menudo pasan entre cinco y 10 años hasta que se detectan los primeros síntomas. Los más habituales son dolor pélvico crónico, reglas muy dolorosas y abundantes, sangrados entre periodos o molestias en las relaciones sexuales.

¿Cómo se soluciona? Actualmente no existe cura para la endometriosis, pero sí tratamientos que pueden ayudar a controlar sus principales síntomas como el dolor o la infertilidad. Los tratamientos incluyen medicamentos, terapia hormonal y cirugía.

Miomas uterinos

Los miomas uterinos, fibromas o fibroides son una de las principales patologías del útero en mujeres en edad fértil. Se trata de masas no cancerosas formadas por células musculares y otros tejidos que crecen en la pared del útero y alrededor de esta.

Esta masa que se instala en el útero puede tener desde un centímetro de diámetro hasta un par de kilos de peso, ser uno solo o existir varios, y en ocasiones no provocan ningún síntoma, lo cual no favorece su detección.

Entre los síntomas más comunes se encuentra el sangrado menstrual muy abundante, dolor, pesadez en la zona baja del viente y en la zona pélvica, molestias durante las relaciones sexuales y aumento anormal del abdomen. En algunos casos, los miomas también podrían complicar el embarazo por lo que si se detectan antes será necesario valorar con el médico su extirpación.

Ovarios poliquísticos y 'síndrome de ovarios poliquísticos"

Los ovarios poliquísticos son ovarios que aumentan de tamaño y que tienen muchos folículos. La mayoría de los ovarios poliquísticos son asintomáticos, por lo que no están diagnosticados o su hallazgo se produce de manera casual. Cuando producen síntomas estos suelen ser reglas irregulares y ovulaciones dolorosas, y aunque pueden afectar a la fertilidad, no tienen la misma gravedad que el 'síndrome de ovarios poliquísticos', una patología diferente.

¿Cómo se soluciona? Los ovarios poliquísticos no son una enfermedad, sino una característica genética de la mujer. Según leemos en IVI, cuando afectan a la fertilidad pueden controlarse con medicamentos que faciliten la ovulación y un estilo de vdia saludable.

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un problema de salud frecuente que se suele diagnosticar entre los 20 y los 30 años. También se lo conoce como "Síndrome de Stein-Leventhal" o "enfermedad ovárica polifolicular". Está asociado a un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas y un aumento de las hormonas masculinas, y puede provocar síntomas como:

  • Ausencia de ovulación o anovulación
  • Problemas de fertilidad
  • Ausencia de menstruación o reglas irregulares
  • Tendencia a la obesidad, crecimiento excesivo del vello y acné
  • Quistes en los ovarios

¿Cómo se soluciona? Actualmente no se conoce una cura para el SOP, aunque hay tratamientos hormonales encaminados a lograr ciclos menstruales más regulares, así como anti-andrógenos y medicamentos para la diabetes que ayudarán a la paciente a mejorar sus posibilidades de gestación.

Alteraciones en la glándula tiroides

Entre otros muchos síntomas, las alteraciones en los niveles hormonales de la glándula tiroides (hipertiroidismo e hipotiroidismo) pueden provocar cambios en la menstruación, como reglas muy escasas o bien muy abundantes, ciclos irregulares o amenorrea. También pueden afectar a la ovulación y a la fertilidad de la mujer, o provocar problemas durante el embarazo.

El hipertiroidismo ocurre cuando la gándula tiroides fabrica más hormonas tiroideas que las que el cuerpo necesita, mientras que en el hipotiroidismo sucede justamente lo contrario. El tratamiento en uno y otro caso dependerá de la causa por la que se produzca esta alteración.

El hipertiroidismo se puede tratar con medicamentos, terapia con yodo radiactivo y cirugía de tiroides. Por su parte, el hipotiroidismo requiere de un tratamiento encaminado a aumentar la cantidad de hormonas tiroideas en la circulación sanguínea, mediante la toma de ciertos medicamentos.

Alteraciones menstruales en la adolescencia

La primera menstruación recibe el nombre de menarquia, y suele llegar precedida de un aumento del flujo vaginal. La menarquia llega después de la aparición del botón mamario (con un margen de entre un año y medio y tres años) y coincide con el final del estirón puberal.

En función de cuando hayan comenzado estos primeros indicios de pubertad, la regla llegará antes o después, estimándose un intervalo normal entre los 10 y los 15 años. En nuestro país, la edad más frecuente de aparición de la primera regla es los 12 años, pero esta edad puede variar de un país a otro.

Por lo general, si la primera regla no ha aparecido en torno a los 16 años, es necesario consultarlo con el médico. La amenorrea primaria puede deberse a una falta de hormonas, quistes en los ovarios o enfermedades congénitas que afecten al desarrollo normal del útero y la vagina. En otros casos también podría influir el peso, una nutrición inadecuada e incluso el ejercicio físico intenso (por ejemplo, en el caso de deportes de élite).

Durante los primeros meses tras el comienzo de la primera regla es frecuente que los periodos sean irregurales, aunque a medida que pasa el tiempo y el cuerpo va madurando, se irá alcanzando una regularidad (aproximadamente, entre uno y dos años después de esta primera menstruación). En caso de que esta regularidad no se produzca, podríamos estar ante alguno de los problemas arriba descritos, por lo que se debería consultar con el ginecólogo.

En resumen, ante cualquier alteración o síntoma anormal en la menstruación es necesario consultar con el médico, quien se encargará de realizar las pruebas pertinentes para diagnosticar el problema y poner la debida solución

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