La jornada escolar continua perjudica el rendimiento, fomenta las desigualdades sociales y agrava la brecha de género, según un estudio

Como medida temporal frente al COVID, en los últimos dos años un gran número de colegios en España han sustituido su jornada partida por una jornada continua o matinal, con el fin de minimizar el riesgo de contagio y exposición de los alumnos, así como para evitar en la medida de lo posible la reapertura de los comedores escolares.

Sin embargo, y a pesar de que la normalidad empieza a imperar de nuevo en los colegios, son muchos los centros educativos que han decidido adoptar este tipo de jornada de forma oficial.

Pero según un estudio llevado a cabo por EsadeEcPol, la jornada escolar continua no sería tan beneficiosa como muchos piensan, pues además de perjudicar a los alumnos, aumentaría la segregación social y agravaría la brecha de género laboral y salarial.

La encuesta, llevada a cabo entre más de 2.000 docentes de centros públicos de Infantil y Primaria de toda España, se ha realizado con el fin de conocer su opinión sobre la idoneidad de un tipo de jornada escolar u otra. También se han analizado otros datos disponibles de estudios anteriores, y estas han sido las conclusiones obtenidas.

La jornada continua afecta al rendimiento y al desarrollo social de los alumnos

Aunque no existe evidencia científica sólida sobre la relación entre el tipo de jornada y el rendimiento académico de los alumnos, algunos estudios correlacionales apuntan a que la distribución del horario escolar a lo largo de toda la jornada (jornada completa o partida) beneficiaría el aprendizaje y rendimiento académico de los niños.

Esto se debería principalmente a los ritmos de atención, pues los estudios parecen demostrar que la atención de los alumnos aumenta hasta media mañana, disminuye hacia el mediodía y vuelve a mejorar en mayor o menor medida a lo largo de la tarde.

El estudio también destaca el importante papel que juega el colegio en el bienestar y la felicidad del niño. De este modo, si tenemos en cuenta el impacto que ha tenido la pandemia sobre la salud mental de los alumnos, parece que lo más indicado sería aumentar y no reducir el tiempo que los niños pasan en las escuelas.

Por último, la investigación ha recogido datos sobre cómo beneficia a los biorritmos de los niños almorzar de forma temprana, un hábito que no es posible llevar a cabo en el caso de jornada escolar continua. Según los estudios, comer pronto y descansar después impactaría positivamente en la salud, ciclos de sueño y bienestar de los niños.

Fomenta las desigualdades sociales entre los niños

Como ya vimos durante la crisis del COVID y la educación a distancia, la jornada continua también favorecería las desigualdades educativas y sociales, pues se asocia a una menor participación en actividades extraescolares dentro del colegio, así como un menor uso del comedor escolar, especialmente en familias con rentas más bajas y zonas rurales.

Por otro lado, el estudio también señala que cuando el colegio público con jornada escolar continua convive con una oferta pública, concertada o privada de jornada completa o partida, se favorece la desigual social, debido a que las familias con mayores recursos y necesidades de conciliación tendrían más opciones a la hora escolarizar a sus hijos en centros donde oferten jornadas escolares amplias.

Agrava la brecha de género laboral

Por último, la investigación ha querido poner un especial foco en los problemas de conciliación que ha traído consigo la jornada continua escolar, pues al tratarse de un horario inferior al laboral, las familias han tenido que buscar alternativas para ocuparse de los niños.

"Cuando la escuela es a tiempo parcial, el empleo de las familias se resiente, pues dificulta que sus jornadas laborales puedan superar las 25 o 28 horas semanales", cita el estudio.

El impacto es especialmente grande para las madres, ya que las mujeres continúan siendo las que más se encargan del cuidado de los hijos, agravando la brecha de género ya existente.

Por el contrario, y siempre de acuerdo al estudio, el profesorado sería el colectivo que más se ha beneficiado de la jornada matinal continua, tanto en términos de bienestar como en posibilidades de conciliación. No en vano, en la encuesta realizada se muestra mayoritariamente a favor de este tipo de jornada escolar.

Siete de cada diez colegios públicos en España tiene jornada continua

Aunque es importante recalcar que la muestra de los participantes de la encuesta no es representativa de toda España (casi el 80% de los profesores que han respondido son de comunidades en las que la jornada continua no estaba extendida antes de la pandemia, como es el caso de Comunidad de Madrid, Navarra, Cataluña, País Vasco y Aragón), los datos sugieren que el modelo de jornada continua ha ido creciendo en los últimos dos años.

Así, durante el curso 2019/2020 (el curso del confinamiento), la jornada continua solo estaba presente en un 50,9% de los casos. En el curso 2020/2021, se amplió al 72,3% de los colegios, y en el curso actual (2021/2022) se mantiene en un 71,4% de los centros escolares.

Muchos colegios cuya jornada oficial era la partida o completa antes de la pandemia, no solo han modificado temporalmente su horario en los últimos dos años, sino que han activado procesos de votación para instaurarlo definitivamente.

No obstante, es difícil determinar cuántos colegios tienen actualmente este modelo de jornada en España, pues no existen estadísticas oficiales del Ministerio de Educación y FP.

Algunos estudios realizados hace una década hablan de que esta jornada estaría implantada en el 100% de los centros públicos de Educación infantil y Primaria de Baleares, Canarias, Extremadura y Murcia.

En Andalucía, Asturias y Catillas la Mancha el horario intensivo matinal estaría vigente en ocho de cada diez colegios, mientras que en Galicia, Castilla y León y la Rioja lo contemplarían seis de cada diez.

Las comunidades autónomas donde este modelo de jornada es menos común son la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Cantabria (entre el 20-25%), mientras que en Euskadi, Navarra y Cataluña seguirían conservando el modelo de jornada completa.

Pero como decimos, estos datos estadísticos han ido evolucionando en la última década, ganando especial impulso a partir de 2020 con la llegada de la pandemia.


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