Relactación: ¿cómo volver a amamantar tras el destete?

Relactación: ¿cómo volver a amamantar tras el destete?
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Sabemos que la lactancia materna exclusiva es lo mejor para el bebé durante los seis primeros meses, pero en ocasiones no se logra. Si por cualquier razón se ha interrumpido la alimentación al pecho en los primeros días o meses de vida del bebé, se puede intentar una relactación.

La relactación se define como el restablecimiento de la producción de leche materna por parte de una mujer que ha interrumpido el amamantamiento. Si el bebé deja de tomar el alimento materno, se incrementan las posibilidades de enfermedad (y en algunos países, de malnutrición y muerte).

Por eso es importante que las mujeres sepan que pueden relactar, si así lo desean, para dar el pecho a su propio hijo o uno adoptado, incluso si no ha habido otro embarazo.

Respecto a los hijos adoptados, las mujeres que nunca han estado embarazadas pueden también establecer la lactancia en lo que se denomina “lactancia inducida”. En estos casos la cantidad de leche producida a veces es mas limitada.

En la relactación, la primera leche aparece entre el segundo y el sexto día. Según la OMS, el tiempo que se requiere para que comience la producción de leche materna varía entre unos pocos días y unas pocas semanas, pero es difícil de predecir. Aproximadamente la mitad de las madres que relactan son capaces de amamantar a sus hijos de forma exclusiva en el término de un mes.

Consejos relactación

Consejos para relactar

Según los especialistas en el tema, hay dos requerimientos indispensables para la relactación: un fuerte deseo por parte de la madre biológica o adoptiva de alimentar al niño y la estimulación del pezón. Aun así, hay factores que afectan al éxito de la relactación. Veamos algunas recomendaciones para conseguir la relactación:

  • Que la madre este muy motivada y cuente con apoyos familiares, de amigos o de profesionales expertos en lactancia.

  • Para estimular el pezón y el pecho se hará mediante la succión del lactante, la extracción manual o mecánica, el contacto piel con piel.

  • Se le ofrecerá el pecho al niño igual que se hace con cualquier otro niño. Cuantas mas veces mejor y en los primeros días al menos ocho-diez veces al día. A veces los niños se agarran mejor cuando están somnolientos.

  • El contacto frecuente piel con piel de la madre con el niño ayuda a la relactación.

  • Los primeros días, hasta que la madre comience a tener leche, se suplementará al niño, pero la leche (artificial o materna donada) se le dará con vasito, cuchara o jeringa, nunca con biberón. Los suplementadores de lactancia están diseñados para proporcionar al lactante un flujo continuo de alimento suplementario mientras que está mamando y estimulando el pecho y el pezón.

  • Cuando la madre comience a producir leche se puede ir reduciendo el suplemento de leche de 50cc en 50cc cada tres días, controlando la ganancia de peso del niño.

  • Hay niños que no se agarran al pecho, para lograrlo se les puede proporcional la leche con un suplementador o ir echando gotitas de leche en la boca del niño (la técnica de "gotear y chorrear"), de este modo obtendrá leche al succionar y lo más probable es que poco a poco vaya aceptando el pecho. La madre también se puede estimular, como hemos apuntado anteriormente, con un sacaleches.

Incluso si se usan fármacos, que no están recomendados de manera rutinaria, es necesaria la estimulación completa de los pechos

  • Si los métodos fisiológicos no son efectivos o el niño no gana peso, deben considerarse los métodos farmacológicos. Los fármacos que ayudan a la secreción de leche se llaman galactogogos o lactogogos. Los fármacos usados son: preparaciones hormonales para simular el embarazo y ayudar a inducir la lactancia; fármacos que aumentan la liberación de prolactina (clorpromacina, metoclopramida). No obstante, no se recomienda el uso rutinario de galactogogos por varias razones.

En cualquier caso, no podemos terminar sin señalar que, si las madres reciben un buen apoyo que les permita amamantar óptimamente desde el nacimiento por parte de los servicios de salud y de la comunidad, rara vez debería ser necesaria la relactación. Pero como sí ocurre hay que revisar este apoyo.

Si la lactancia ha sido mal dirigida o interrumpida, la madre ha estado ausente o enferma, la relactación puede ser indicada. Hay varias circunstancias que pueden sugerir la posibilidad de relactación o de lactancia inducida (el manejo de lactantes enfermos o de bajo peso al nacer, situaciones de emergencia...).

La relactación, volver a amamantar tras el destete, es posible para casi cualquier mujer si está adecuadamente motivada y apoyada. La edad, la cantidad de hijos que ha tenido, la experiencia de amamantamiento previo y el intervalo de lactancia, son factores menos importantes. Pide apoyo en tu centro de salud y en las asociaciones de lactancia en tu entorno.

Más información | AEPED
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