Un grupo de científicos desarrolla mini-placentas para el estudio de las primeras fases del embarazo

Un grupo de científicos desarrolla mini-placentas para el estudio de las primeras fases del embarazo
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Los primeros momentos del embarazo, en los que el embrión se implanta correctamente en la placenta y forma un vínculo con la madre, son muy complejos y complicados. Si algo falla en esta primera fase o se produce una disfunción placentaria, las consecuencias para el desarrollo del embarazo son inmediatas.

Tras décadas de estudio, un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge ha conseguido cultivar en laboratorio mini-placentas en su fase temprana, lo que ayudará a los investigadores a saber más acerca del funcionamiento de este fascinante órgano.

Modelos funcionales en miniatura de la placenta temprana

La investigación, que ha sido publicada íntegramente por la revista Nature, comenzó hace más de treinta años, cuando ciéntificos de los Departamentos de Patología y Fisiología, y de Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge, comenzaron a estudiar los procesos celulares en las primeras semanas de embarazo.

A través de un complejo mecanismo, lograron aislar un tipo de célula placentaria llamada trofoblasto, que se forma durante la primera etapa del embarazo y tiene como misión proveer de nutrientes al embrión.

Esta técnica, combinada con el sistema de cultivo de organoides (tejidos tridimensionales que imitan la estructura y la función de un órgano), ha permitido a los invertigadores desarrollar modelos funcionales de placentas en miniatura en su fase temprana, con los que se podrá estudiar más a fondo su funcionamiento y desarrollo en los primeros momentos del embarazo.

El estudio de estas micro-placentas supone un gran avance, pues hasta la fecha, el conocimiento de la placenta humana era muy limitado debido a la falta de modelos experimentales funcionales que permitiera saber todo lo que ocurre en este complejo periodo inicial del embarazo.

La placenta, un complejo órgano que aporta oxígeno y nutrientes al bebé

La placenta es el órgano extraembrionario que sostiene al feto durante la vida intrauterina, y su correcto funcionamiento es vital para el desarrollo de la gestación. No en vano, son muchos los embarazos que no llegan a término o sufren consecuencias por un mal funcionamiento de la placenta.

Una semana después de haberse producido la fecundación, y en el mismo momento en que tiene lugar la implantación del embrión en la pared uterina, comienza a formarse la placenta, que se desarrolla a partir de las mismas células provenientes del espermatozoide y el óvulo.

Entre las muchas e importantes funciones que tiene la placenta, están:

  • Transmitir nutrientes y oxígeno al bebé

  • Transporta los desechos del bebé al torrente sanguíneo materno, para eliminarlo a través de los riñones

  • Actúa como un filtro que mantiene las sustancias nocivas alejadas del sistema orgánico del bebé. Pero no siempre es capaz de filtrar todo, de ahí la importancia de no consumir ciertos medicamentos, y otras sustancias como el alcohol, el tabaco y las drogas, así como evitar ambientes contaminados.

  • La placenta también protege al bebé frente a muchos microorganismos como bacterias y gérmenes, pero no es capaz de hacerlo frente a la mayoría de los virus, como el zika o el citomegalovirus, por ejemplo.

  • Es la encargada de la fabricación de hormonas, entre ellas la gonadotropina coriónica humana, que es la que permite que el embarazo siga delante. También sintetiza los estrógenos, que juegan un papel muy importante en la implantación del embrión, el desarrollo de las mamas y lactógeno placentario, que controla el metabolismo materno y estimula el crecimiento del bebé.
En definitiva, la placenta es un órgano de vital importancia para el crecimiento y la protección del feto en el seno materno, de ahí la importancia de continuar investigando sobre su desarrollo y funcionamiento.

Foto | iStock

Via | El Médico Interactivo

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