Por qué la canción 'Baby Shark' (y su vídeo) engancha tanto a los niños
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Por qué la canción 'Baby Shark' (y su vídeo) engancha tanto a los niños

A estas alturas seguro que ya habéis escuchado alguna vez, o varias veces, la canción de moda entre los más pequeños, Baby Shark. La pegadiza melodía se ha colado en el puesto 32 del 'Billboard Hot 100', la lista de las cien canciones más escuchadas de Estados Unidos, así como también llegó al Top 40 del Reino Unido. En los últimos meses se ha convertido en una de las canciones infantiles más escuchadas de la historia y no solo eso, sino que incluso arrasa en bolsa. ¿Qué tiene Baby Shark que engancha tanto a los niños?

El secreto del éxito de 'Baby Shark'

La canción no es nueva. El vídeo lleva dos años publicado en Youtube, pero ha sido este otoño cuando se popularizó hasta niveles insospechados y el vídeo se viralizó en todo el mundo. Actualmente cuenta con más de dos millones doscientas mil reproducciones en Youtube.

¿De dónde surgió? Baby Shark es una producción de la compañía coreana de entretenimiento Pinkfong, una filial de la compañía coreana SmartStudy, que se dedica a producir contenidos pedagógicos en línea y hacerlos virales.

Según la productora, se basa en un "canto tradicional" coreano que gracias a la popularidad de la canción y ya cuenta con más de 100 versiones diferentes en 11 idiomas. Pero, ¿cuál es el secreto de su éxito? No es uno, sino una conjunción de factores que os contamos a continuación:

Tiene una letra simple y estructurada

La canción tiene una letra muy simple, por lo que hasta los más pequeños que recién empiezan a hablar pueden memorizarla y reproducirla. Cuenta la historia de una familia de tiburones en la que se menciona a cada uno de sus integrantes (mamá, papá, abuelo, abuela, bebé... ), haciendo que la serie sea muy fácil de recordar.

Tiene un ritmo repetitivo

Con solo decir Baby Shark, es imposible que no se nos escape a continuación el pegadizo doo doo doo doo doo doo doo. El ritmo marcado por la interjección "doo" se repite nada menos que 162 veces en los 95 segundos que dura la canción.

Lo cierto es que esto no es casualidad. Hay una explicación científica para este fenómeno: el ritmo de algunas canciones provocan un impacto en nuestra corteza cerebral que hace que la canción se repita una y otra vez, y no podamos sacarla de nuestra cabeza.

Tiene una coreografía fácil de imitar

Tiene una irresistible coreografía con pasos sencillos que los niños pueden imitar. A la experiencia de sonido repetitiva y pegadiza se le une la experiencia física, el baile, algo que a los niños les encanta.

Es un fenómeno viral

El vídeo es uno de los 30 videos más vistos de la historia de YouTube. Tanto que a finales de 2018 la plataforma lo incluyó en Rewind, su vídeo del contenido más viral del año. Según Billboard, solo la semana pasada la canción fue vista 20,8 millones de veces. Sin duda, la viralidad es fundamental en el éxito mundial de Baby Shark.

El vídeo incluye niños

Ver niños bailar atrae a los más pequeños a bailar también. El vídeo está protagonizado por dos niños, un niño y una niña, que cantan la canción y bailan la coreografía, motivando a los niños a imitarlos.

Aporta color y alegría

Los colores brillantes que predominan en el vídeo y el "buen rollo" que transmiten los niños, sumado a la pegadiza melodía atrae millones de visitas de niños y adultos de todo el mundo.

Si todavía no la has oído (algo bastante improbable), debes saber que Baby Shark, una de las canciones infantiles más escuchadas de la historia, todavía tiene mucho recorrido por delante. En diciembre, la compañía lanzó una línea de juguetes de peluche y ropa inspirados en la familia de tiburones.

Y para acabar, no te pierdas la emoción de esta pequeña al escuchar por fin su canción favorita. Baby Shark, por supuesto.

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