¿Cómo se evalúa el dolor en los niños?: qué aspectos tener en cuenta si tu hijo te dice que le duele algo

Cuando nuestro hijo nos dice que le duele algo es normal que se nos acelere el pulso y nos preocupemos. Pero a veces también resulta desconectarte ver al niño jugar o saltar instantes después de quejarse de dolor de tripa o de cabeza, por poner solo algún ejemplo.

¿Significa esto que nos está engañando y realmente no le duele nada? ¿Quizá esté exagerando? ¿Cómo medir el dolor en los niños? ¿Cuándo debería preocuparme y consultar con el pediatra?

"¡Ay! Me duele mucho!"... Pero, ¿cuánto es mucho?

¿Qué padre o madre no ha sentido una punzada en el estómago cuando escucha a su hijo llorar de forma desconsolada porque se ha caído y se ha hecho daño? ¿Cómo saber cuánto dolor tiene?

Según la RAE, el dolor se define como sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo debido a una causa interior o exterior.

Realmente es muy difícil evaluar el dolor en los niños, pues ya de por sí el dolor es algo subjetivo que depende en parte de la sensibilidad de cada uno. Por otro lado, el hecho de que un niño llore con mayor intensidad no significa siempre que se deba a un dolor agudo.

Muchas veces el llanto de los niños se intensifica como fruto del susto (por ejemplo, cuando se caen o si ven sangre), como una llamada de atención ("me he caído y quiero que mi madre venga a darme un beso") o como respuesta a nuestra forma de reaccionar (cuando los padres estamos asustados, "se lo contagiamos" a los niños). Asimismo, en el caso de los niños más pequeños que no saben comunicar con palabras lo que sienten, el llanto es la única vía que tienen para hacerlo.

¡Pero ojo! El hecho de mantener la calma y no alarmarnos de buenas a primeras si nuestro hijo se queja de dolor no significa que debamos minimizarlo, ignorarlo o creer que exagera. Si un niño se queja siempre hay que prestarle atención, tratar de averiguar la causa de su dolor y actuar en consecuencia.

La importancia de fijarse en otras señales además del dolor

Es importante saber cuánto dolor tiene el niño, pues esto puede dar pistas al pediatra a la hora de identificar la gravedad de su dolencia así como para elegir el analgésico más acorde en su caso.

Pero para que los padres sepamos cuándo es necesario (pre)ocuparse y consultar, los pediatras recomiendan fijarse en otras señales, como por ejemplo la presencia de fiebre, malestar general, una herida con mal aspecto, cojera, si el niño se toca continuamente una parte del cuerpo....

Igualmente, es necesario prestar atención a su comportamiento y valorar si el dolor está afectando a sus actividades cotidianas. En este sentido, si nuestro hijo no quiere jugar, comer, está aletargado, el dolor le despierta o se comporta de una forma poco habitual, es necesario consultar rápidamente con el pediatra.

Las escalas para medir el dolor en niños

Según la edad del niño, el tipo de dolor que manifieste y la situación, los profesionales sanitarios utilizan diferentes escalas compuestas por colores, números o dibujos para intentar cuantificar la intensidad del dolor.

Así, según leemos en la web En Familia de la Asociación Española de Pediatría, existirían dos tipos de escalas según la edad del niño: subjetivas y objetivas.

Escala FLACC (escala objetiva)

Dentro de las escalas objetivas, la escala FLACC (Face, Leg, Activity, Cry, Consolability) es la más utilizada en niños pequeños. Evalúa los siguientes parámetros:

  • Cara: si hay expresión facial, muecas de dolor, tensión...
  • Movimiento de las piernas: si están relajadas, inquietas, patalea....
  • Actividad: si está tranquilo, si cambia de postura constamente, si se arquea o está rígido...
  • Llanto: no llora, gime de vez en cuando, grita y llora constantemente...
  • Capacidad de consuelo: se tranquiliza cuando lo tocan, no se calma con nada...

Cada una de estas categorías se valora en una escala de 0, 1 y 2, después se suman los puntos y se obtiene un resultado que va de 0 a 10.

Escalas subjetivas

Están pensadas para niños más mayores que ya pueden expresarle al médico dónde y cuánto les duele. Para ello, se utilizan sistemas de caritas (escala de Wong and Baker), colores o números acordes a la cantidad de dolor que sienten.

Así pues, son muchas las formas que tenemos los padres de evaluar el dolor en los niños, siendo la observación de su comportamiento una de las más importantes. En el caso de niños algo más mayores podemos probar también un sistema de caritas como el que utilizan los médicos, aunque en caso de dudas siempre es preferible consultar con el pediatra.

También te puede gustar

Portada de Bebés y más

Ver todos los comentarios en https://www.bebesymas.com

VER 0 Comentario