11 beneficios para el bebé de jugar frente a un espejo

11 beneficios para el bebé de jugar frente a un espejo
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A la hora de decorar una habitación infantil, cada vez son más los padres que deciden colocar en la pared un espejo a ras de suelo para que el bebé pueda verse reflejado mientras juega. De hecho, en la pedagogía Montessori el espejo es uno de los componentes fundamentales para crear un ambiente positivo y estimulante para el desarrollo del niño.

¿Qué beneficios tiene para el bebé jugar frente a un espejo y ver en él su imagen reflejada?

Por qué es bueno para tu bebé jugar frente a un espejo

bebé juega frente al espejo

Jugar frente a un espejo o ver su imagen reflejada en él es tremendamente beneficioso para el desarrollo del bebé, tanto a nivel motor como emocional. Aunque al principio el bebé no identificará que el reflejo que ve es él/ella mismo, poco a poco irá tomando conciencia e interesándose por lo que ocurre a su alrededor a través de la imagen que le ofrece el espejo.

Estos son los beneficios que tiene para el bebé jugar frente a un espejo, dependiendo de su edad:

  • En sus primeros meses de vida, cuando colocamos al bebé boca abajo frente al espejo estamos estimulando su desarrollo motor y la musculatura de su cuello y espalda, ya que intentará levantar la cabecita y girarla a ambos lados para ver los reflejos que muestra el espejo.

  • A medida que el bebé va creciendo, jugar frente a un espejo le estimulará su curiosidad, pues aunque al principio no entiende que es él/ella a persona que está en el espejo, ver a "alguien" al otro lado que se mueve, hace gestos y que parece interactuar le resultará tremendamente curioso y divertido.

  • Al hilo de lo anterior, ver su reflejo suele provocar un efecto de calma en la mayoría de los bebés, que inmediatamente dejan de llorar atraídos por lo que ven.

  • Durante los primeros meses el bebé no es consciente de que es una persona independiente de su madre; algo que empieza a cambiar en torno al séptimo u octavo mes. En esta etapa, jugar frente a un espejo ayuda al bebé a entender su propia individualidad, al verse como un ser independiente a su madre.

  • Esto a su vez le llevará a tener conocimiento de sí mismo y de su propio esquema corporal, observando las diferentes partes de su cuerpo y lo que es capaz de hacer con ellas.

  • El espejo también le ayuda a tener una visión global del entorno en el que se mueve, pues simplemente con levantar la vista al frente podrá observar lo que está ocurriendo en cualquier parte de la habitación en la se encuentra y todo lo que le rodea.

  • Poco a poco el bebé empezará a entender en qué parte de la habitación suceden esos reflejos que ve en el espejo; es decir, si tienen lugar detrás de él, encima, a su lado derecho o al izquierdo. Así, cuando detecte algún movimiento reflejado en el espejo será capaz de girar la cabeza hacia la dirección de donde proceda, ayudando a desarrollar su sentido de la lateralidad y la orientación espacial.

  • Cuando un bebé juega frente a un espejo tiende a hacer más movimientos, a acercarse y alejarse o adoptar diferentes posturas, pues le gusta observar cómo va cambiando su reflejo. Es decir, podría decirse que jugar frente al espejo incentiva el movimiento y contribuye de forma positiva al desarrollo motor del bebé.

  • Si anclamos una barra de madera a la pared situándola frente al espejo, el bebé instintivamente buscará agarrarse a ella e intentar ponerse en pie cuando esté preparado. Esto favorecerá su desarrollo muscular y le estimulará a dar sus primeros pasos.

  • Entre los 12 y los 18 meses, jugar frente al espejo ayuda al reconocimiento de las propias emociones y favorece los gestos faciales para expresar distintos estados de ánimo. Además, la interacción verbal con su propio reflejo le ayuda a estimular el lenguaje.

Cuándo colocar al bebé frente a un espejo y qué tener en cuenta

Podemos colocar al bebé frente al espejo desde sus primeros meses de vida, aunque al principio no prestará atención ni verá más que los reflejos de la luz sobre el cristal. Recordemos, además, que no es hasta los cuatro-seis meses del bebé cuando se desarrolla su visión del color, y cuando es capaz de ver objetos a una mayor distancia.

A partir de los siete meses el bebé ya empieza a tener una mayor percepción de la profundidad y a mostrar interés por lo que le rodea. Es entonces cuando el reflejo que muestra el espejo empieza a despertar su interés.

La interacción con el espejo irá aumentando conforme el bebé crece, llegando a convertirse en una excelente fuente de entretenimiento entre los diez y los 18 meses.

A la hora de jugar con el bebé frente a un espejo puedes hacerlo de diferentes formas. Te compartimos algunas propuestas:

  • Cuando tumbes a tu bebé en el suelo boca arriba en sus primero meses, puedes sujetar un espejo para que se vea. Algunos gimnasios o mantas de actividades incorporan pequeños espejitos en el arco de juegos como un elemento más de distracción y estimulación.

  • En la habitación del bebé coloca un espejo de seguridad (irrompible) en horizontal a ras de suelo, bien atornillado a la pared, y frente a él sitúa unas colchonetas para que el bebé pueda estar. Así, mientras juega, está sentado o tumbado boca abajo podrá ver su imagen reflejada en el espejo.

  • También puedes dedicar un ratito cada día a jugar frente al espejo con tu bebé. Por ejemplo, señala las distintas partes del cuerpo a través del espejo para que tu bebé vaya aprendiendo sus conceptos y el sentido de la lateralidad, ayúdale a entender que los que están en el espejo sois vosotros mismos, estimula sus gestos e interacciones con el espejo, jugad al cucú-tras ante al espejo... Estos divertidos juegos diarios tendrá grandes beneficios para él.

Fotos | iStock

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