Comprende mejor a tus hijos a través de la crianza empática: siete claves para aplicarla

Se habla mucho de la empatía como herramienta poderosa para acompañar mejor a nuestros hijos, pero, ¿realmente la sabemos aplicar en la crianza? Hablamos de la crianza empática, un enfoque que nos permite comprenderlos mejor, además de respetar sus emociones.

Este estilo de crianza se centra en la comprensión profunda y respetuosa de las emociones, necesidades y experiencias de los niños. Para poder empezar a aplicarla, os proponemos siete ideas clave.

Crianza empática: qué es y por qué es positiva

La crianza empática es un enfoque de la crianza basado en el cultivo de la empatía y la comprensión hacia los niños. Implica ser consciente de sus necesidades emocionales y mentales y responder a ellas de una manera que fomente su bienestar emocional.

En la crianza empática, los padres y cuidadores buscan conectar emocionalmente con sus hijos, tratando de comprender sus sentimientos, pensamientos y perspectivas. Esto conlleva estar presente de manera genuina, escuchar activamente, validar las emociones de los niños y mostrar compasión en momentos de dificultad. Pero a nivel práctico, ¿cómo podemos aplicar este estilo de crianza?

Siete claves para aplicar la crianza empática

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Os proponemos siete claves que, no solo os ayudarán a fortalecer el vínculo con vuestros hijos, sino que también contribuirán a su desarrollo social y emocional, brindándoles las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y empatía. A través de este enfoque, comprenderemos mejor a nuestros hijos y se sentirán más validados, lo que favorecerá su autoestima:

1. Escucha de verdad

Una primera idea clave, fundamental para entender a los niños, es prestarles una atención genuina cuando hablen. De esta forma, trata de escuchar sin juzgar y demostrar interés en sus pensamientos y emociones. Esto les hará sentirse valorados y comprendidos.

Hablamos de la escucha activa, aquella habilidad que nos ayuda a detectar y comprender qué necesitan nuestros hijos cuando se están abriendo a nosotros, explicándonos lo que les preocupa.

2. Valida sus emociones

Valida las emociones de tus hijos, incluso si no entiendes completamente por qué se sienten así, o cuando no compartas su opinión. Recuerda que su emoción siempre es válida, y transmíteles ese mensaje. Ayúdales a expresar sus sentimientos y enséñales que todas las emociones son válidas.

Entender que sus emociones, igual que las nuestras, cumplen su función, es otra forma de empatizar y, por lo tanto, de comprenderles mejor (también, y sobre todo, ante emociones desagradables o incómodas).

3. Promueve la conexión emocional

Otra forma de cultivar una crianza empática, que pone en el centro el poder entender (más y mejor) a nuestros hijos, es a través del vínculo. Por ello, establece un vínculo emocional sólido con tus hijos.

Muestra empatía y compasión en momentos de alegría y dificultad. Tu apoyo emocional y tu empatía fortalecerán su seguridad y confianza en ti, y por ende, esa conexión única que tenéis (y que conviene cuidar).

4. Comunicar bien para entender mejor

Crea un ambiente donde tus hijos se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y preocupaciones. Anima las conversaciones honestas y no temas abordar temas difíciles (esto evitará que se convierten en temas tabú). Fomentar una comunicación abierta y honesta es otra forma de empatizar con nuestros hijos, y es el canal que permitirá que se abran emocionalmente.

5. Respeta la individualidad de tu hijo

Otra forma de aplicar la crianza empática es reconociendo y respetando las diferencias individuales de los niños, es decir, aceptándolos tal y como son. Se trata de comprender que tienen sus propias personalidades, intereses y formas de percibir el mundo, y que eso está bien. Entender esto, a su vez, nos ayuda a entender que su forma de entender, gestionar o interpretar las cosas no tiene por qué ser la misma que la nuestra (y eso es empatía).

6. Establece límites desde la empatía

La crianza empática no significa hacer lo que los hijos quieran siempre; de hecho, los límites forman parte de este estilo de crianza, porque también son necesarios y positivos para ellos.

En este sentido, se trata de establecer límites y normas de manera clara y consistente, pero poniéndonos en su lugar a la hora de hacerlo; es decir, explicárselos teniendo en cuenta su edad y la información que ya tienen, escoger límites flexibles (y explicar la función de cada límite), escoger un momento en el que estén tranquilos y receptivos para darles esta información, preguntarles si lo han entendido todo... en definitiva, empatizar a la hora de poner estos límites.

7. Enseñanza de habilidades

Finalmente, educar a través de la crianza empática significa ayudar a tus hijos a desarrollar habilidades para manejar sus emociones, resolver conflictos y relacionarse de manera saludable. Por ello, enséñales estrategias de comunicación efectiva y resolución de problemas (por ejemplo, siendo su modelo, utilizando recursos como películas, libros o juegos, haciendo juntos lluvia de ideas, etc.).

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