A la madre que deja a su hijo en el cole con un nudo en la garganta: tranquila, en unos días todo estará bien

La vuelta al cole no es igual para todos los niños, pues los hay que disfrutan del momento y de reencontrarse con compañeros y profesores, mientras que para otros son días complicados que requieren de tiempo, comprensión y acompañamiento.

A las madres nos sucede lo mismo y no todas saltamos de alegría ante el regreso a las aulas. Es más, las hay que lo pasan realmente mal y dejan a sus hijo en el cole con un nudo en la garganta y la emoción contenida.

Si es tu caso, de madre a madre me gustaría dedicarte estas palabras...

A ti, madre, que observas en la distancia a tu hijo con el corazón encogido y las lágrimas corriendo por tus mejillas. Te entiendo. Sé lo que estás pasando y no tienes de qué avergonzarte, a pesar de que trates de ocultarte entre la multitud de padres, aparentemente sonrientes y despreocupados, que se agolpan a las puertas del colegio.

No te conozco, pero puedo sentir perfectamente ese pellizco que notas en tu corazón, esa mezcla de sentimientos y esa nostalgia que te invade al comprobar lo rápido que está creciendo tu hijo.

Quizá sea la primera vez que tu peque comienza el cole.

Lo sé. Cuesta mucho separarse y soltar las riendas. Cuesta no salir corriendo en su dirección, tomarle en brazos y secar sus lágrimas con tus besos. Cuesta creer a sus profesores cuando te dicen que al entrar en el aula se le pasa el berrinche. Y cuesta volver a casa o a la oficina como si nada pasara, cuando en realidad sientes que te has dejado el corazón en la puerta del colegio.

Quizá no sea la primera vez que tu hijo comienza el colegio, pero haya cambiado de centro, sea tímido y le resulte complicado hacer amigos, o tenga algún problema o dificultad que empañe un regreso feliz a las aulas.

Lo sé. Cuesta mucho mostrarle una actitud fuerte, segura y confiada cuando por dentro te sientes ansiosa y dubitativa. Cuesta animarle cuando tú misma te sientes desanimada y llevas noches sin dormir pensando en cómo transcurrirá el curso, si logrará hacer amigos y sobre todo, si estará bien.

Quizá tu hijo ya sea mayor. Tan mayor que haya comenzado un nuevo ciclo educativo. Atrás ha quedado ya su infancia y sus estudios en Primaria, y ahora dais la bienvenida a una nueva etapa en su vida, la adolescencia y los estudios de Secundaria.

Lo sé. Cuesta mucho colocarse detrás y dejar que vuele solo. Cuesta confiar en su autonomía, su juicio y su capacidad de decisión. Y cuesta aceptar que aquel niñito que no quería separarse de tus piernas en su primer día de guardería, hoy te pide que no le acompañes al colegio o instituto.

Sé que estos primeros días de clase serán difíciles para ti y que estás deseando que pase esta congoja que sientes. Tranquila, pasará, pero mientras tanto permítete sentir sin prejuicios ni tabúes, aunque creas que estás yendo a contracorriente.

Te aseguro que dentro de unos días te habrás acomodado a esta nueva rutina de clases, tutorías y deberes, conocerás al dedillo el nombre de todos los amigos de tu hijo y de sus profesores,  y estarás deseando que te cuente cómo le ha ido y qué anécdotas divertidas le han pasado.

¡Ah! Y antes de que te quieras dar cuenta tu hijo entrará al colegio sin mirar atrás y sin despedirse de ti. Cuando ese momento llegue, siéntete feliz y satisfecha, pues es la señal indiscutible de que todo está yendo bien.



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