El síndrome del bebé sacudido: por qué cuando pierdes los nervios es mejor que el bebé llore solo

El síndrome del bebé sacudido: por qué cuando pierdes los nervios es mejor que el bebé llore solo
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Los niños lloran. Parece que es obvio, pero hay muchos padres que no lo tienen muy en cuenta y se llevan una sorpresa si les toca uno de esos bebés que además de comer, dormir y manchar el pañal, lloran pidiendo brazos para no estar solos.

Los niños lloran, y el llanto del bebé tiene la facultad de molestarnos, y mucho. Hay estudios, de hecho, que muestran que el llanto es el ruido más insoportable que hay, y la razón es muy clara: los bebés tienen necesidades básicas, el llanto es su manera de pedirnos que les atendamos y si no lo hacemos lo intensifican para que, al molestarnos, reaccionemos.

Sin embargo, ese llanto, que a veces parece que se nos mete por los tímpanos, repetido durante mucho rato, ese que sucede a veces incluso cuando los tenemos en brazos y que no hace más que acumular cansancio y agotamiento en los papás, puede derivar en una pérdida de paciencia, un pronto, un enfado, una explosión en forma de "¡Basta ya!" que ponga al bebé en riesgo de sufrir el síndrome del bebé sacudido si los padres lo agitan desquiciados porque no pueden más.

Que es el síndrome del bebé sacudido

Se le conoce también como síndrome del bebé zarandeado y contempla todas las consecuencias que puede sufrir un bebé después de ser sacudido por su padre o por su madre. Pueden ser desde una leve conmoción cerebral a lesiones en la cabeza y cuello que acaben por producir afectaciones para toda la vida o incluso la muerte al bebé. De hecho, este síndrome es la causa principal de muerte en los casos por traumatismo craneoencefálico por maltrato, y se calcula que en Estados Unidos se dan entre 1.200 y 1.400 casos de niños con lesiones o muerte por este motivo.

Cuando es más prevalente es en el primer año y la edad media son los nueve meses de vida del bebé. Mientras es sacudido, no teniendo fuerza suficiente para sostener su cabeza, el cerebro del bebé se mueve hacia adelante y atrás dentro del cráneo pudiendo producir lesiones oculares, daño cerebral, daño en la médula espinal, retraso del desarrollo y un largo etcétera derivado de todas las posibles lesiones en un cerebro aún inmaduro.

Jamás zarandees a tu bebé

Los padres, o los cuidadores que lo hacen, no tienen intención de hacer daño al bebé (normalmente). Es una consecuencia de la frustración de ver que el bebé sigue llorando y que ha agotado toda la paciencia, y el cansancio y el agobio del momento hace el resto: una explosión de fuerza y gritos muy peligrosa. Tan peligrosa que en tan solo 5 segundos de sacudidas pueden producirse afectaciones de por vida.

Por eso se indica siempre a los padres que jamás deben sacudir a su bebé y que tengan siempre en cuenta cuáles son las posibles consecuencias de hacerlo. Para ello, se recomienda que hagan lo posible y lo imposible para tratar de recuperar la calma, y que se deje al bebé llorar solo en un lugar seguro mientras se busca ayuda.

A este respecto y como prevención, el gobierno de EE.UU., a través de su página de salud Medline, recomienda lo siguiente:

  • Nunca sacuda a un bebé o niño, ni al jugar ni por enojo. Incluso sacudirlo suavemente puede llegar a convertirse en una sacudida violenta, cuando se está enfadado.
  • No cargue a su bebé durante una discusión.
  • Si usted comienza a molestarse o enfadarse con su bebé, coloque al bebé en la cuna y salga del cuarto. Trate de calmarse. Llame a alguien para que le ayude.
  • Llame a un amigo o a un familiar para que venga y se quede con el niño si usted se siente fuera de control.
  • Hable con su pediatra para evaluar si el llanto del bebé tiene una razón médica.
  • Busque la ayuda de un terapeuta y asista a clases sobre la crianza de los hijos.
  • No ignore las señales si sospecha que un niño es víctima de maltrato en su hogar o en el hogar de alguien conocido.

En definitiva, lo importante es evitarlo. Así que para ello hay que saber que zarandearlo puede ser muy peligroso y en caso de sentir que estamos a punto de perder el control, dejar al bebé solo en la cuna. Si podemos encontrar a alguien que lo atienda, mejor. Si no es posible, es mejor no cogerlo y tratar de calmarnos antes de hacerlo.

Foto | iStock
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