Problemas de visión en el embarazo: cuáles son los principales cambios que sufre la vista y qué síntomas deben alertarnos

Durante el embarazo experimentamos un gran número de cambios que no solo afectan al plano físico, sino también al emocional y a los sentidos, como el olfato o la vista.

Las hormonas del embarazo y la retención de líquidos son las responsables de que nuestra visión se vea afectada, así como el aumento del volumen sanguíneo. Aunque generalmente estos cambios son leves y temporales, es recomendable saber detectarlos para cuidar nuestra salud visual durante esta etapa.

A continuación te detallamos cuáles son los principales problemas de visión que se presentan durante el embarazo, así como las señales y situaciones que deben ponerte en alerta.

Sequedad ocular

La calidad y cantidad de la lágrima puede variar de manera sustancial durante el embarazo (y también durante la lactancia) por efecto de las hormonas.

Síntomas: Entre los síntomas de ojo seco está la sensación de tener un cuerpo extraño,  quemazón, picor, lagrimeo excesivo, ojos doloridos o fatigados, pesadez en los párpados...

Estos problemas de sequedad ocular son más evidentes en las mujeres que usan lentes de contacto. Para ellas, lo más recomendable es que alternen las lentillas (utilizando las lágrimas artificiales adecuadas) con las gafas, o que directamente dejen de utilizar lentillas durante estos meses si se sienten especialmente incómodas con ellas.

¿Qué hacer?: Lo más recomendable es acudir a un oftalmólogo, quien podría aconsejar el uso de unas gotas compatibles con el embarazo para aliviar los síntomas.

Igualmente, hay ciertos alimentos especialmente buenos para combatir la sequedad ocular, como las nueves, el salmón o las semillas de lino, pues tienen alto contenido en ácidos grasos omega-3.

Edema ocular o párpados hinchados

El aumento de volumen sanguíneo y los cambios en sus propiedades hacen que se acumule líquido en los tejidos. Por ello son habituales la hinchazón de tobillos y pies, aunque también pueden verse afectados las manos y el rostro. En este contexto puede surgir el edema ocular, que puede provocar visión borrosa leve.

Aumento o cambios en la graduación

Otro de los efectos oculares más frecuentes durante el embarazo es una leve pérdida de visión por el aumento o cambio de la graduación en aquellas mujeres que ya sufrían defectos de visión previos al embarazo.

En la mayoría de los casos se trata de cambios transitorios que remiten tras el parto o la lactancia, aunque también podrían mantenerse de forma definitiva tras estos periodos.

Estos cambios se producen como consecuencia de la retención de líquidos, que hace que la córnea acumule también líquido y varíe su curvatura; hecho que puede conllevar cambios en la graduación habitual.

Los principales cambios que suelen experimentarse son:

  • Aumento de la miopía, sobre todo a partir de la semana 32
  • Las embarazadas hipermétropes tienden a experimentar dificultades para leer, o incluso para la visión lejana si desarrollan el síndrome de insuficiencia de acomodación transitoria.

¿Qué hacer?: Cualquier cambio en la visión debe ser revisado por el especialista.

Igualmente, si tienes miopía, quieres tener hijos y estás pensando en operarte, los oftalmólogos recomiendan esperar a después del embarazo y la lactancia, pues durante estos periodos no es recomendable practicar este tipo de cirugía.

Precauciones especiales con la vista durante  el embarazo

Embarazadas con diabetes

Las mujeres embarazadas con diabetes merecen una mención especial, pues esta enfermedad puede acarrear otros problemas visuales so agravar los ya existentes. Es por ello que se deben tomar medidas para prevenirlos o detectar a tiempo.

Si la mujer ya tenía diabetes antes de quedarse embarazada, durante el embarazo tiene un mayor riesgo de sufrir una enfermedad llamada retinopatía diabética.

Se estima que hasta un 30% de diabéticas previas desarrollan esta condición durante el embarazo.  La retinopatía afecta a los pequeños vasos de la retina -que es la capa que recubre la parte posterior del ojo y que percibe la luz-, pudiendo ser una amenaza para la vista si la enfermedad avanza.

¿Qué hacer?: Además de llevar un estilo de vida saludable y cuidar la alimentación, es fundamental que la mujer realice visitas periódicas a su especialista para llevar un control adecuado.

En este sentido, la Asociación Española de Optometristas considera que la progresión de la retinopatía diabética sería evitable en un 90% con un tratamiento precoz.

Embarazadas con hipertensión

Igualmente, aquellas mujeres con tensión alta previa al embarazo también deben llevar un control más riguroso de su salud visual, pues tienen más riesgo de desarrollar una condición llamada retinopatía hipertensiva.

Esta enfermedad ocasiona daños en los vasos retinianos que se manifiesta con síntomas como la visión doble o debilitada, dolores de cabeza frecuentes o visión borrosa.

¿Qué hacer?: Al igual que en el caso de las mujeres con diabetes, si sufres hipertensión y estás embarazada debes realizar controles periódicos y ante cualquier cambio en la visión consultar con el especialista.

Visión borrosa

Como hemos visto, la visión borrosa puede estar asociada a problemas oculares leves, como párpados inflamados, ojos secos o un ligero aumento de la miopía.

Pero en otros casos, la visión borrosa en la mujer embarazada podría ser manifestación de alguna enfermedad como la preeclampsia o la diabetes gestacional, de ahí la importancia de estar alertas ante cualquier síntoma y si son continuados o se acompañan de otras molestias como dolores de cabeza frecuentes, vómitos, vértigo o dolor agudo bajo las costillas, acudir de inmediato al médico.

Fotos | Foto de portada DepositPhotos, Fotos interiores Pexels

Vía | Colegio de ópticos-optometristas de Castilla y León, Asociación Española de Optometristas

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