Siete cosas positivas que tiene para los niños vivir en la ciudad

Hoy celebramos el Día Mundial de las Ciudades, una fecha establecida por la ONU para impulsar el desarrollo de ciudades sostenibles y resilentes, que no sólo tengan en cuenta las necesidades de todos sus habitantes, sino que sean lugares en donde se proteja y mejore la vida de las personas.

En España hay 120 Ciudades Amigas de la Infancia, que han obtenido este distintivo tras convertirse en entornos amables y seguros para los más pequeños, fomentando su participación en la vida urbana y defendiendo sus derechos. ¡Y es que vivir en ciudades así puede tener grandes ventajas para los niños!

Amplia oferta educativa

En general, las ciudades tienen una mayor oferta educativa que los pueblos. Esto facilita a los padres la tarea a la hora de elegir colegio para sus hijos, y ofrece a los niños mayores oportunidades cuando quieren cursar una extraescolar o actividad educativa fuera del horario escolar.

En la ciudad, los niños no están limitados a una oferta educativa determinada, y lo más probable es que encuentren lo que buscan en un corto radio de distancia. ¿Estudiar chino? ¿Aprender a tocar el arpa? ¿Hacer un taller de cocina en familia? Nada es imposible, y solo es cuestión de buscar el centro donde se imparte la actividad más cercano a tu casa.

Desarrollo de las habilidades sociales

En las ciudades, el número de habitantes es mucho más grande que en los núcleos rurales, por lo que los niños tendrán más probabilidades de entablar amistad con otros niños fuera de su entorno escolar.

Conocer gente nueva continuamente ayuda a los niños a mejorar sus habilidades sociales, fomentar su autoestima, desarrollar la empatía, compartir sus experiencias de vida, y escuchar y respetar las de los demás.

Multiculturalidad y diversidad

Pero además, en las ciudades encontramos todo tipo de personas; de diferentes razas, costumbres, gustos, hábitos de vida... Esto hace que los niños crezcan rodeados de multiculturalidad y diversidad, enriqueciendo sus experiencias de vida y aumentando las posibilidades de conocer niños de cualquier punto del mundo.

También hay más probabilidades de conocer familias diferentes al modelo tradicional, así como estudiar en una escuela donde reine la multiculturalidad y los niños aprendan a convivir, respetar y saber más acerca de las costumbres de los demás.

Más oferta cultural y de ocio

Las ciudades están repletas de museos, bibliotecas, teatros, cines, salas de espectáculos, atracciones para los más pequeños... Los planes en la gran ciudad nunca se acaban, y los hay para todo tipo de gustos y edades, haciendo que la oferta de ocio para las familias sea realmente enriquecedora.

Esto no solo se agradece los fines de semana, cuando los padres buscamos planes diferentes para hacer con los niños, sino que es una garantía de diversión también en la época estival y en Navidad, donde las fiestas parece que adquieren un tinte más mágico en las grandes ciudades.

Más servicios

Al igual que la oferta de ocio, educativa y cultural es más grande en las ciudades, también lo es la oferta de cualquier otro servicio, como tiendas, transporte y restauración. Y es que cualquier cosa que se busque en una ciudad se encuentra fácilmente, y sin duda esto es una gran ventaja para la vida diaria.

Rapidez a la hora de llegar a cualquier sitio

Las ciudades cuentan con una amplia red de transporte público que te permite llegar a cualquier punto del mapa urbano en poco tiempo. Y esto es un aspecto muy positivo para cualquier familia, pues al invertir menos tiempo en trayectos, se gana más tiempo para estar juntos.

Pero si las ciudades están adaptadas para caminar por sus calles de forma segura, quizá no sea necesario moverse en transporte público y los niños puedan hacerlo en monopatines, patinetes y, ¿por qué no?, también en bicicleta.

Zonas verdes y espacios peatonales

Cuando pensamos en la ciudad, rara vez se nos viene a la cabeza la idea de encontrar en ella espacios verdes, grandes parques infantiles y amplias zonas peatonales, algo que se liga con más frecuencia a los ambientes rurales.

Pero cuando las ciudades están diseñadas pensando en los niños y adaptadas a sus necesidades, la vida en ellas es realmente enriquecedora: calles en las que jugar sin peligro, espacios en los que experimentar, descubrir y relacionarse, pulmones verdes para disfrutar de la naturaleza, caminos peatonales para ir andandando a cualquier sitio, e incluso parques adaptados a las necesidades de todos los niños.

¡Y es que así da gusto vivir en la ciudad!

Fotos | iStock

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