Sol, piscina y mosquitos: las tres grandes pruebas para la piel de tu bebé este verano

Sol, piscina y mosquitos: las tres grandes pruebas para la piel de tu bebé este verano
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El verano nos obliga a proteger más que nunca la piel de nuestros hijos. Durante sus primeros años de vida, la piel de los bebés y niños pequeños es extremadamente sensible al sudor, las irritaciones, las quemaduras solares y las reacciones alérgicas. De hecho, se estima que al menos un 15% de niños sufre dermatitis atópica durante sus primeros años de vida.

Por eso, en este post te ofrecemos las pautas de prevención más adecuadas frente a las agresiones del sol, las alergias al cloro, las reacciones al sudor, al césped, la arena, etc. También te enseñamos cómo prevenir las picaduras de mosquitos. En especial, la de mosquito tigre.

¡Pupa! El sol quema

Para proteger su piel de la sobreexposición al sol en la época más cálida del año, es fundamental aplicarles una protección solar alta (SPF 50) y no solo cuando vayamos a la playa o a la piscina, sino cada vez que salgamos a la calle. Es importante que el filtro solar sea resistente al agua, al cloro, a la arena, al roce de los textiles y al sudor.

También es conveniente que esté testado dermatológicamente en pieles sensibles, para prevenir irritaciones o reacciones alérgicas, que sea sin alcohol y contenga la menor cantidad de componentes químicos posible.

Los fotoprotectores se han de aplicar unos 30 minutos antes de salir de casa, renovándose cada dos horas aproximadamente.

Al margen de evitar las horas críticas (del 12 del mediodía a la 17 de la tarde), es importante ir pertrechados con sombreros, gorras y gafas de sol. Y aplicar cremas calmantes adecuadas a su edad y tipo de piel tras una jornada de sol.

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Bzzzz... Insectos a babor: ¿cómo prevenir las picaduras?

Quien tiene hijos sabe lo mucho que se sufre viendo a nuestros pequeños rascarse durante la noche y ver su piel con multitud de ronchas... La piel de los niños es mucho más sensible que la nuestra a las picaduras de los insectos.

Por lo general, sus efectos, aunque molestos, suelen ser leves y locales. Sin embargo, en otras ocasiones estas picaduras pueden revestir cierta gravedad si el niño presenta una reacción alérgica. Por eso es muy importante prevenir y proteger a los niños de las picaduras.

En verano, las picaduras más frecuentes son las causadas por los mosquitos, siendo algunos tipos especialmente comunes y molestos en nuestro entorno, como es el caso del mosquito tigre, capaz de transmitir de más de 22 enfermedades.

Para evitar sus picaduras, podemos proteger nuestra casa colocando barreras físicas como mosquiteras y no dejando macetas o elementos con agua estancada en las ventanas y terrazas. Los mosquitos son atraídos por las temperaturas cálidas, por lo que el aire acondicionado también es un buen aliado. Además, de esta forma evitamos tener puertas y ventanas abiertas.

Asimismo, en los hogares con niños son indispensables los aparatos antimosquitos, como el difusor eléctrico inteligente Bloom Home Control, el primer insecticida inteligente que funciona completamente solo y nos permite luchar contra los mosquitos controlando todas sus funciones desde nuestro teléfono móvil.

Bloom Home Control

Bloom Home Control dispone de un pronóstico de mosquitos que ajusta por sí mismo sus niveles de eficacia. Su programación personalizada a través de su app nos permite encender y apagar a distancia el difusor, y también ajustar su configuración para que en cada estancia actúe de forma independiente. Incluso nos recuerda cuándo debemos sustituir el recambio y nos ofrece opción de compra desde nuestro smartphone antes de que se termine.

En el exterior podemos protegerles de las picaduras de los mosquitos poniéndoles ropa fina de manga larga, utilizando mosquiteras adaptadas a sus sillas de paseo y aplicándoles repelentes en la piel de las zonas expuestas.

Por otra parte, si el niño es alérgico a las picaduras de avispas y abejas, en verano tenemos que extremar las precauciones evitando atraerlas con comida en zonas campestres y teniendo mucho cuidado de alertar a tiempo sobre su presencia en las piscinas. Vestir con colores poco llamativos y evitar los perfumes y las cremas con olor también son remedios eficaces.

Las alergias no dan tregua ni en vacaciones

El calor y los elementos asociados al verano multiplican el abanico de posibles reacciones alérgicas en la piel de los más pequeños. Una de las más comunes es el sarpullido por sudor o sudamina, que suelen desarrollarse con más frecuencia en la espalda, el tórax, el cuello, la zona del pañal o en los pliegues de las ingles.

No es grave, pero resulta angustioso ver a los más pequeños sufrir por causa del picor. Para prevenirlo en bebés debemos evitar abrigarles en exceso, comprobar si tienen calor tocándoles en el cuello y la nuca, y vestirles con ropa ligera de algodón que no les quede muy ajustada.

Las reacciones alérgicas al cloro de las piscinas, por la agresividad de sus componentes, es otro factor de riesgo. La piel seca, con picazón, enrojecida y/o escamada son sus síntomas más frecuentes.

Impedir que los niños disfruten del agua en verano puede resultar tarea imposible... En lugar de ello, podemos revisar constantemente los niveles de cloro de la piscina, limitar el tiempo de exposición de los niños, eliminar los restos de cloro con una ducha, evitar que traguen agua y proteger sus ojos con gafas de agua para evitar conjuntivitis.

La irritación en la piel que produce la dermatitis atópica también puede empeorar durante el verano si los niños que la padecen abusan del baño en la piscina, tanto por el cloro como por el efecto del baño prolongado. Los baños de agua salada y en el mar les mejorarán y aliviarán la piel.

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¿Quién no ha hecho castillos de arena cuando era pequeño? Pero la arena de la playa también suele causar muchas reacciones en las pieles más jóvenes y sensibles. No siempre somos conscientes de que en la arena hay bacterias y virus y que debemos lavarnos siempre después de jugar o entrar en contacto con ella.

Por otra parte, la reacción alérgica al césped es causada por su polen. Es una de las alergias más frecuentes al ambiente y se intensifica en primavera y verano, pudiendo ocasionar en los niños una dermatitis de contacto. Para prevenirla, podemos evitar que los niños caminen descalzos y enseñarles a sentarse siempre encima de una toalla.

Como hemos visto, con un poco de cuidado y la ayuda de soluciones ad hoc, nuestro hijos pasarán un gran verano, y nosotros junto a ellos.

Imágenes iStock | NataliaDeriabina / MarKord / Bicho_raro.

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