Ocho claves básicas para una lactancia materna feliz y exitosa

Sabemos que no hay mejor alimento para el bebé que la leche materna. Entre sus beneficios podemos mencionar que es gratis, está siempre preparada y a la temperatura ideal, aporta inmunidad ante enfermedades y disminuye el riesgo de alergias, además de fomentar el vínculo de apego entre la madre y el bebé.

Por sus numerosas ventajas es importante extender la lactancia materna el mayor tiempo posible, al menos de forma exclusiva durante los primeros seis meses. Hay algunos consejos que podemos tener en cuenta para conseguir una lactancia materna feliz y exitosa.

1. La primera hora de vida es fundamental

El establecimiento de la lactancia materna debe darse cuanto antes, si es posible debe ponerse el niño al pecho inmediatamente después de nacer. El instinto del bebé es tan fuerte en ese momento que es capaz de reptar hacia el pecho materno guiado por el olor y succionar por sí solo, fenómeno conocido como Breast Crawl.

La lactancia precoz, iniciada en la primera hora de vida (en algunos casos se habla de las primeras dos horas), es clave para una lactancia exitosa. En las horas posteriores al parto se produce una impronta muy fuerte entre la madre y el bebé, un período sensitivo que favorece el vínculo afectivo y la instauración de la lactancia materna.

Por ello es muy importante la no separación de la madre y el bebé después del parto, para facilitar el contacto precoz entre ambos, una necesidad biológica que no debería impedirse, tampoco después de una cesárea, salvo en casos de patología graves, que son los menos.

2. Dar el pecho a demanda

El bebé no debe tener horarios para alimentarse. Aunque haya tomado el pecho hace poco, puede haberse quedado con hambre o necesitar consuelo en el pecho. El estómago del bebé no es como un vaso que se llena y debe esperarse tres horas para que se vacíe y volver a ofrecerle.

Es increíble la capacidad de autorregulación que tiene el bebé que mama. Lógicamente, no podemos saber la cantidad de leche que toma el bebé del pecho, además la consistencia de la leche de cada toma, e incluso la de cada pecho y cada lóbulo mamario, es diferente.

Cuando necesita, pide, por tanto la clave para una buena alimentación es ofrecerle el pecho a demanda, es decir siempre que lo pida. Y si no lo pide, (hay recién nacidos muy adormilados) hay que ofrecerlo con frecuencia dejando al bebé cerca del pecho. También durante la noche, es por eso que el colecho es una práctica recomendada porque el bebé puede tomar el pecho cuando lo necesite, incluso si está durmiendo.

Por otro lado, hay una ley de oro en la lactancia materna: el reflejo de succión. Al succionar el bebé el pezón, se produce un estímulo que envía al cerebro la orden de producir prolactina, hormona encargada de la producción de leche. Es como una bomba. Por tanto, al ofrecerle el pecho a demanda mejora la producción de leche.

Es importante además respetar el ritmo de la toma del bebé, olvidaros del reloj. La consistencia de la leche no es la misma al principio que la final de la toma, por tanto debe ser él mismo quien decida cuándo dejar de tomar. Lo hará cuando esté saciado.

3. Evitar el uso del chupete al principio

Se recomienda no usar chupetes o tetinas durante las primeras semanas,  por lo menos hasta que haya quedado establecida la lactancia materna.

La succión de la tetina es diferente a la succión del pezón pudiendo llegar a confundir al bebé.

4. Una buena postura y agarre

Una buena postura facilita un agarre correcto del bebé al pecho, un aspecto fundamental para que reciba la cantidad de leche que necesita y evitar problemas en la madre como la aparición de grietas.

Para que haya un buen agarre durante la succión, la boca del bebé debe cubrir gran parte de la areola mamaria y el pezón debe estar completamente dentro de la boca del bebé, sobre el paladar blando, en la parte posterior de la boca.

Hay varias posturas para amamantar, entre las que debéis buscar la más cómoda para ambos, siendo la clásica la más generalizada, sujetar al bebé con el antebrazo (si lo prefieres puedes utilizar un cojín de lactancia). Poco a poco, con la práctica iréis descubriendo nuevas posturas de amamantamiento.

Muchas madres se preguntan por qué mi hijo no se engancha bien al pecho y la postura suele la causa la mayoría de las veces, afortunadamente algo que puede corregirse.

5. Un ambiente favorable

El amamantamiento es un acto muy íntimo, de unión entre la madre y el bebé. Es importante que ambos se encuentren a gusto, relajados y en sintonía, lejos de ruidos molestos y distracciones.

Si es necesario apártate con el bebé hacia un lugar más tranquilo y con menos luz.

6. Cuánto tiempo amamantar

Eso lo decides tú y tu bebé. No hay un tiempo estipulado. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y después complementarla con alimentación sólida hasta los dos años o más.

La leche materna posee un efecto protector contra infecciones gastrointestinales, así como contra otro tipo de infecciones y enfermedades como catarros, bronquiolitis, neumonías, otitis, meningitis, infecciones de orina, alergias, asma, obesidad infantil, enterocolitis necrotizante e incluso del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Después de los primeros meses, la producción de leche se va autorregulando. Ya no sentirás los pechos rebosantes, ni gotearán como al comienzo, pero eso no significa que ya no tengas leche.

Hay niños que son amamantados durante toda su infancia, incluso hasta los cinco, seis o más. La lactancia prolongada no tiene contraindicaciones, más allá de las dificultades sociales que plantea, contra las que se puede lidiar si la madre y el niño así lo desean.

7. Mucha paciencia

Todavía no eres una experta, especialmente si se trata de tu primer bebé, pero ambos aprenderán.

La paciencia es, creo, uno de los pilares fundamentales de una lactancia exitosa. No te rindas ante un fracaso. Cualquier inconveniente puede sobrellevarse con actitud positiva y amor.

8. Pide ayuda si la necesitas

Cuando se presentan problemas con la lactancia, puede ser desesperante para la madre y para el bebé. Los problemas que pueden presentarse como los pezones planos o invertidos, las grietas del pezón, dolor al amamantar, la ingurgitación o congestión mamaria, la mastitis, son posibles de superar con la información y la ayuda adecuada.

Busca grupos de apoyo a la lactancia materna cerca de tu zona.

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