Estas son las siete características de los niños con buenas habilidades sociales

Las habilidades sociales nos permiten relacionarnos de forma sana con las personas y hacer amigos; darnos a conocer, ser educados, expresar opiniones y necesidades, escuchar a los demás, adaptarnos al contexto... Y por ello, y debido a que vivimos en un mundo social, son tan importantes desde la infancia, en todos los ámbitos de la vida.

En el caso de la infancia, ¿cómo sabemos que nuestros hijos se desarrollan bien a nivel social, que son habilidosos? En este artículo hablamos de siete características y comportamientos que tienen los niños con buenas habilidades sociales.

Qué son las habilidades sociales y por qué son importantes

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Las habilidades sociales engloban el conjunto de capacidades y comportamientos que permiten a las personas interactuar, comunicarse y relacionarse de manera efectiva y satisfactoria con los demás en diversas situaciones sociales.

Estas habilidades incluyen la empatía, la comunicación verbal y no verbal, la resolución de conflictos, la escucha activa, la cooperación, la asertividad y el autocontrol emocional, entre otras.

Son importantes porque permiten cultivar relaciones personales cercanas y duraderas, es decir, establecer vínculos, algo esencial para nuestra felicidad, alcanzar bienestar académico y profesional (nos permiten colaborar con otros, resolver problemas en equipo, etc.), resolver conflictos y, en definitiva, adaptarnos a un mundo social y cambiante.

Siete características de los niños con buenas habilidades sociales

Los niños con buenas habilidades sociales suelen exhibir varias características que les permiten relacionarse de manera positiva con los demás. Aquí te presentamos siete de estas características:

1. Son empáticos

Los niños con buenas habilidades sociales, que a su vez tienen que ver con las habilidades de gestión emocional, tienen la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, siendo empáticos, y de comprender sus sentimientos y necesidades.

Así, son niños sensibles a las emociones de los demás y muestran interés genuino por sus amigos y compañeros, queriendo realmente saber qué les preocupa, qué les gusta, cuáles son sus intereses, etc. Esto les ayuda enormemente a abrirse a los grupos, hacer amigos, etc.

2. Saben escuchar

Estos niños también saben escuchar muy bien, ya que la escucha activa es otra habilidad social (y emocional). Esto quiere decir que escuchan a los demás de verdad, es decir, con atención e interés, haciendo preguntas a su interlocutor, etc.

Escuchar es beneficioso en tanto que permite construir relaciones sólidas y cercanas, y además, es una forma de aprender de las personas. Cuando escuchamos, podemos conectar con el otro, saber qué quiere, qué le ocurre, qué le interesa...

3. Son claros a la hora de comunicarse

Las habilidades sociales también tienen que ver con las habilidades comunicativas; por ello, los niños habilidosos socialmente son claros a la hora de expresar sus opiniones, sentimientos y emociones. Es decir, no son ambiguos en sus expresiones y saben sintetizar bien la información (no se van por las ramas) y decir lo que piensan con claridad. Esto evita malentendidos.

4. Les interesa resolver conflictos más que "tener la razón"

Otra habilidad relacionada con las habilidades sociales es la resolución de problemas o conflictos. Así, son niños que saben cómo negociar y llegar a compromisos y acuerdos, evitando la confrontación y promoviendo la cooperación.

Esto no quiere decir que nunca discutan con otros niños o se peleen, pero sí que son capaces de escuchar, ser flexibles y tolerantes, abrir la mente, relativizar y sobre todo, no querer siempre tener la razón siendo orgullosos (por encima de esto está llegar a un acuerdo o resolver el conflicto, hacer las paces, etc.).

5. Cooperan y trabajan en equipo

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A nivel social, estos niños son capaces de trabajar en equipo y cooperar con otros, por ejemplo en el ámbito deportivo (en un partido de básquet), en el escolar (en los trabajos grupales), etc. Aunque también sepan jugar solos, disfrutan de actividades grupales y son capaces de contribuir de manera positiva a proyectos colectivos para lograr un objetivo común.

6. Respetan el turno de palabra (la comunicación es equilibrada)

Relacionada con la habilidad de escuchar, son también niños que saben respetar los turnos de palabra. Es decir, no interrumpen, y se esperan a que la otra persona haya acabado de hablar (mientras la escuchan) para hablar ellos.

En este sentido, no tienen la impulsividad de cortarles (aunque eso pueda pasar algunas veces, por supuesto), porque tienen en cuenta que la comunicación debe ser equilibrada (no hablar todo el tiempo uno acaparando la atención constantemente).

7. Piden disculpas cuando es necesario

Finalmente, otra característica de estos niños es que tienen la capacidad de reconocer sus errores cuando se equivocan y pedir disculpas con honestidad cuando han herido a alguien o no se han comportado adecuadamente.

Esta capacidad de disculpa es muy beneficiosa a nivel social y emocional, porque les permite reparar el daño cometido y por lo tanto, reparar también la relación (cuidando así la relación de amistad, familiar, con compañeros de clase, etc.).

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