¿Qué sentiré? Las molestias más frecuentes en el primer trimestre de embarazo

Ni bien te enteras que estás esperando un bebé, o tal vez antes de saberlo, aparecen las molestias típicas del primer trimestre de embarazo. Las primeras semanas son las más intensas en cuanto a molestias se refiere, ya que al inicio del embarazo se produce una gran alteración hormonal. A partir del cuarto mes el cuerpo de la mujer se va adaptando a la nueva situación y la mayoría de las molestias desaparecen, o al menos remiten.

Cada etapa del embarazo es maravillosa, pero en menor o mayor medida todas las embarazadas padecen las molestias características provocadas por los cambios que ocurren en su organismo. En este post nos centraremos en las molestias del primer trimestre y en los posteriores nos dedicaremos a las molestias más frecuentes en el segundo trimestre y las molestias más frecuentes en el tercer trimestre.

Hinchazón y sensibilidad en los pechos

La molestia más notoria del primer trimestre, y en algunas mujeres el primer síntoma de embarazo, es la hinchazón y sensibilidad en los pechos.

Desde los primeros días, los senos empiezan a prepararse para la lactancia. Los elevados niveles de progesterona y estrógenos hacen que crezcan y se vuelvan más sensibles, tanto que en ocasiones duelen al más mínimo roce de la ropa.

Puede que por el agrandamiento de los pechos sea necesario ajustar la talla del sujetador, a una o dos tallas más. Son preferibles los de tela de algodón, sin costuras ni aros que puedan incomodar.

Pasado el primer trimestre esa hipersensibilidad suele remitir, aunque puede que no siempre, mientras que durante el segundo y tercer trimestre los pechos siguen creciendo y acumulando grasa.

Náuseas

Otra de las molestias más habituales en las primeras semanas de embarazo son las náuseas. Algunas mujeres no las sienten, pero otras lo llevan realmente mal, llegando incluso a vomitar varias veces al día.

No se sabe a ciencia cierta por qué se sienten náuseas, hasta se ha hablado de que podrían ser psicológicas, pero la teoría más extendida es que se deben a la elevación rápida de los niveles de la hormona gonadotropina corionica humana segregada por la placenta.

Suelen ir acompañadas por intolerancia y aversión a ciertos alimentos, así como repulsión a algunos olores que aumentan la sensación de malestar.

Pueden aparecer en cualquier momento del día, aunque son más habituales las náuseas matutinas después de un largo ayuno. En algunas mujeres persisten durante todo el embarazo, sin embargo suelen desaparecer o al menos remitir hacia comienzos del segundo trimestre.

Se recomienda hacer comidas pequeñas y frecuentes, preferir los carbohidratos y evitar las comidas copiosas y los alimentos demasiado grasos, las frituras, así como el café y el tabaco.

Muchas mujeres recurren a los remedios naturales como la infusión de jengibre, aunque no a todas les resultan eficaces

De cualquier manera, las náuseas no afectan en absoluto al bebé, salvo que los vómitos sean muy intensos y la madre pierda demasiado peso o corra riesgo de deshidratación, como se da en la hiperémesis gravídica.

Cansancio y sueño

El cansancio generalizado y las ganas de dormir a todas horas es otra de las molestias más típicas de las primeras semanas. El cuerpo de la mujer está viviendo un gran cambio, tanto físico como emocional. Aumenta el volumen sanguíneo, el corazón y los órganos involucrados trabajan más de lo habitual, además se forma la placenta y los principales órganos del bebé, por lo que es normal que haya un mayor consumo de energía.

La mujer se siente cansada y somnolienta, y si a esto le sumamos el malestar por los vómitos y el estrés emocional, es lógico que el cuerpo pida descanso. Y ahora más que nunca, por tu salud y la de tu bebé debes atender sus necesidades.

La mejor solución para el cansancio y el sueño en el embarazo es descansar siempre que se pueda. Cualquier ratito es bueno para dar una cabezadita, la siesta, después de almuerzo, antes de cenar e irse a dormir más temprano de lo habitual. La dieta sana y el ejercicio moderado también contribuyen a elevar el nivel de energía.

Indigestión

Aunque es una molestia más habitual hacia el final del embarazo, cuando el tamaño de la tripa comprime los órganos digestivos, también puede aparecer en el primer trimestre debido a la acción de las hormonas que intervienen en la gestación.

Es normal tener la sensación de estómago revuelto y de que todo lo que comes te sienta mal. Debido al aumento de la progesterona que relaja los músculos intestinales también es habitual tener gases, los cuales hacia el final del primer trimestre pueden llegar a confundirse con los primeros movimientos del bebé.

Para mantener a raya este trastorno se recomienda masticar bien los alimentos, comer lentamente y por supuesto, llevar una dieta sana y evitar las comidas demasiado pesadas que solamente agravan la sensación de indigestión.

Salivación excesiva

Otra molestia que hace aparición en el comienzo del embarazo es la salivación excesiva o hipersalivación, tal vez una de las molestias menos conocidas del embarazo.

Está ocasionada por los cambios hormonales de las primeras semanas que provocan alteraciones en la boca. Está asociada con las náuseas, ya que tragar el exceso de saliva contribuye a esa sensación de malestar o puede que se produzca precisamente al sentir náuseas.

Para aliviarla hay algunos trucos como por ejemplo ingerir una rebanada de pan integral o galletas livianas y cepillarse los dientes. También son recomendables los refrescos de limón o beber un vaso de agua con una rodaja de limón.

Mareos

Es normal durante los primeros meses de embarazo sentir mareos. Suceden al producirse una bajada de tensión arterial, algo que puede suceder cuando el organismo de la mujer se está adaptando a la nueva situación.

Pueden aparecer en cualquier momento del día, pero es más probable tener un mareo después de comer o al levantarse bruscamente.

Si te sientes mareada, tienes que recostarte con las piernas en alto o sentada con la cabeza entre las rodillas para facilitar el retorno sanguíneo. Lleva siempre un caramelo en el bolso por si acaso, si sientes una bajada de tensión, un dulce ayudará a elevar el nivel de azúcar en sangre.

Dolor de cabeza

Los cambios hormonales que ocurren en el primer trimestre pueden provocar dolores de cabeza intensos. En algunas mujeres se intensifican las cefaleas habituales mientras que otras los sienten por primera vez en el embarazo.

El aumento del volumen de la circulación sanguínea y la disminución de la glucosa en la sangre contribuyen a que aparezca un dolor de cabeza muy intenso y característico que se concentra en ambos lados de la cabeza y en la nuca.

Para aliviarlo, puedes seguir algunos consejos como: hacer varias comidas al día para evitar la falta de azúcar, hacer ejercicio moderado para faciliar la circulación sanguínea, recostarse sobre el lado izquierdo, masajear las sienes, descansar y colocar compresas frías en la frente.

Si el dolor es muy intenso y persistente y no remite pasado el primer trimestre es conveniente consultarlo con el médico pues podría ser un síntoma de preeclampsia.

Congestión nasal

Hacia el segundo mes de embarazo, la mujer puede tener la sensación de estar resfriada sin estar acatarrada. Es la llamada rinitis del embarazo provocada por la dilatación de los vasos sanguíneos. Es posible que la propia congestión provoque hemorragias nasales.

Intenta evitar los ambientes muy secos, las sustancias irritantes como perfumes, el humo, bebe abundante líquido, hazte lavados nasales con suero fisiológico y procura no sonarte muy fuerte la nariz para evitar el sangrado.

Foto | © PhotoXpress.com, reproducida con autorización.

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