La falta de educación matemática entre los adolescentes podría afectar de forma negativa a su desarrollo cerebral

"¿Y yo para que quiero estudiar matemáticas si no voy a hacer una carrera de ciencias?", se preguntan muchos adolescentes que tienen claro que su trayectoria universitaria no irá encaminada hacia esa vía.

Dejando a un lado el hecho de que la educación matemática es imprescindible para la vida, una reciente investigación publicada en Neuroscience News ha determinado que no tener educación matemática más allá de los 16 años podría afectar de forma negativa al desarrollo cerebral de los adolescentes.

El estudio, en el que han participado 133 estudiantes de Reino Unido de entre 14 y 16 años, ha sido liderado por el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, y ha arrojado interesantes conclusiones.

El desarrollo cerebral se ve afectado ante la falta de educación matemática

A diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, en Reino Unido los estudiantes pueden decidir interrumpir su educación matemática cuando tienen 16 años, lo que ha llevado a los investigadores de Oxford a comprobar cómo afecta este hecho a su desarrollo cerebral y cognitivo.

La investigación ha encontrado que aquellos adolescentes que dejan de estudiar matemáticas tienen desventaja en su desarrollo cerebral con respecto a los que sí continúan formándose en esta materia, pues presentan una menor cantidad de una sustancia química crucial para la plasticidad cerebral: el ácido gamma-aminobutírico.

Esta sustancia cerebral interviene en muchas funciones cognitivas importantes como el razonamiento, la resolución de problemas, el aprendizaje o la memoria.

De este modo, y basándose en el estudio de de esta sustancia cerebral, los investigadores no encontraron diferencias entre los alumnos cuando todos estudian matemáticas. Sin embargo, sí pudieron distinguir claramente a aquellos alumnos que no estudiaban matemáticas de los que sí, por las diferencias que presentaban en su sustancia química cerebral.

"Tener educación matemática se asocia a una serie de beneficios, incluido el empleo, el nivel socioeconómico y la salud física y mental" - ha destacado Roi Cohen Kadosh, director del estudio y profesor de neurociencia cognitiva.

"La adolescencia es un período crucial en la vida que se asocia con importantes cambios cerebrales y cognitivos. Lamentablemente, dejar de estudiar matemáticas a esta edad parece generar una importante brecha entre aquellos estudiantes que abandonan esta educación en comparación con los que la continúan" .

"Aún no se sabe cómo se puede prevenir esta disparidad, ni sus implicaciones a largo plazo" - concluye Roi Cohen Kadosh.

Beneficios de las matemáticas

Las matemáticas están presentes en nuestra vida diaria y son fundamentales en cualquier etapa de la vida. Sus beneficios no solo se circunscriben al ámbito académico (sin una base base matemática no es posible avanzar o asimilar otras materias como la física, la estadística o la economía, por ejemplo), sino que aportan grandes aspectos positivos al desarrollo cerebral.

Así, estudiar matemáticas ayuda a desarrollar el pensamiento lógico y analítico, favorece la capacidad de investigar, razonar y conocer la verdad del mundo que nos rodea, ayuda a entender cómo funcionan las cosas y a comprender muchos de los cambios que se suceden a nuestro alrededor.

Sin embargo, y a pesar del papel crucial que tiene en nuestras vidas esta materia, las matemáticas son una de las asignaturas más odiadas y temidas por niños y adolescentes. No en vano, según el informe PISA 2018, los alumnos españoles no obtienen buenos resultados en ciencias y matemáticas, situándose por debajo de la media de los países participantes.

Son varios los motivos por los que los niños pueden tener problemas con las matemáticas y entre ellos destacaría la forma en la que habitualmente se enseñan. Esto hace que muchos alumnos acaben aprendiendo las matemáticas de memoria, sin llegar a entenderlas nunca.

Por eso, los expertos coinciden en que uno de los aspectos que se debería mejorar a la hora de enseñar matemáticas es hacerlo favoreciendo competencias como la capacidad de razonar, de discriminar datos y tener constancia, así como de contextualizar los problemas en escenarios que sean familiares a los niños.

Pero dado que no todos los adolescentes disfrutan estudiando matemáticas, el director del estudio mencionado cree importante que en estos casos se "investiguen posibles alternativas, como el entretenimiento de la lógica y el razonamiento" con el fin de ayudar a suplir esa posible desventaja cerebral de la que hablamos, pues este tipo de habilidades involucran la misma área del cerebro que las matemáticas.

Fotos | iStock

Vía | Neuroscience News

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