Cuando los niños alinean sus juguetes: ¿por qué lo hacen y qué puede significar?

¿Tu hijo alinea los juguetes al jugar? ¿Los clasifica por colores o formas? ¿Qué significado podría tener todo esto?

El psicólogo estadounidense Jerome Seymour Bruner, que hizo importantes contribuciones a la psicología cognitiva y a las teorías del aprendizaje dentro del campo de la psicología educativa, fue uno de los primeros en hablar de la capacidad de los niños para alinear objetos durante el juego.

Este tipo de juego del que hablamos suele surgir en torno a los dos o tres años, y normalmente se traduce en alinear objetos en una línea recta. Pero existen más variantes. ¿La principal razón de hacerlo? Poder identificar y discriminar esos objetos.

Pero, ¿qué más podría llevar a los niños a alinear los objetos cuando juegan? ¿Cuándo podría ser una posible señal de alarma de un trastorno del espectro del autismo (TEA)?

Cuando los niños alinean sus juguetes: ¿por qué lo hacen y qué puede significar?

Muchos niños y niñas pasan un período en el que alinean sus juguetes durante su tiempo de juego. Y en la mayoría de los casos es algo totalmente normal, como una etapa más de su desarrollo.

Sin embargo, aunque a priori no hay motivo por el que preocuparse, en otros casos (que conoceremos más adelante), esto podría ser síntoma de un trastorno del espectro del autismo (TEA).

En primer lugar, nos centraremos en aquellos casos donde esta fase del juego es totalmente normal, entendiendo las causas del fenómeno. ¿Por qué los niños alinean sus juguetes? Algunas posibles causas:

Como forma de exploración

Sabemos que los niños exploran y descubren el mundo a través del juego. Así, el hecho de que alineen los juguetes, podría ser simplemente una manifestación de esta necesidad de exploración; es una forma de "jugar a su manera", con sus criterios y sus pautas.

Además, a través de esas alineaciones pueden crear también historias, desarrollando así el juego simbólico. Por ejemplo, haciendo ver que las figuritas son alumnos haciendo la cola en el colegio.

Eso sí, el juego simbólico no siempre surge del hecho de alinear juguetes; en los niños con TEA, por ejemplo, este tipo de juego alineando juguetes nunca es simbólico, sino repetitivo y poco funcional.

Para categorizar o clasificar los objetos

En los primeros años de vida, los niños empiezan a desarrollar diferentes tipos de inteligencias, entre las que se encuentra la inteligencia lógico-matemática.

Por ello, es muy normal que, a través del juego, intenten clasificar y ordenar los juguetes "a su manera", según sus criterios. Por ejemplo, en función de los colores, de los tamaños...

Para discriminarlos

Y es que entre los dos y los tres años, los niños empiezan a discriminar los objetos por tamaño, peso o color. Y ese juego de alineación se debe al hecho de que están discriminando los objetos.

Alinear juguetes siguiendo su "lógica"

También puede ocurrir que tu hijo alinee sus juguetes sin una "lógica" aparente, es decir, sin seguir ningún criterio. Pues bien, en estos casos seguramente sí esté siguiendo una lógica, la suya propia.

Hemos de tener en cuenta que, a parte de que los niños pueden llegar a ser muy imaginativos y creativos jugando, "no hay nada escrito" en cuanto a la forma de cómo jugar.

Además, sus ideas pueden ser muy diferentes a las nuestras, de ahí que alineen los juguetes por preferencias, por ejemplo, o para ver cómo quedan situados en el suelo.

Alinear los juguetes como síntoma de autismo

Uno de los criterios diagnósticos del autismo, además de síntoma principal del autismo, recogido en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales) son los "patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades".

Estos patrones se manifiestan de diferentes formas, entre ellas, a través del juego.

El juego en el autismo

Así, un niño con autismo puede utilizar los objetos de forma repetitiva, a través de la alineación de los juguetes.

También, cambiándolos de lugar, observando detenidamente una parte concreta del juguete (por ejemplo, fijarse en una parte de un coche de juguete, y mirarla dándole vueltas al objeto, obviando las otras partes). Por otro lado, su juego no suele ser simbólico, como ya hemos visto, sino más bien repetitivo (y rígido).

En relación a ello, Elaime Maciques, especialista en trastornos del espectro autista, asegura que la mayoría de los niños con TEA no alcanzan un nivel de imitación que les permita establecer una relación de juego funcional; suelen poner objetos en filas, hacer girar ruedas de autos...

¿Cómo saber si es un comportamiento autista?

Pero para poder hablar de autismo, no es suficiente con que el niño alinee sus objetos al jugar, ya que, como hemos visto, esta acción es muy común en los niños sin TEA.

Así, deben aparecer el resto de síntomas propios del autismo, y a los patrones repetitivos se le añade el otro síntoma principal: "deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos".

Este síntoma se manifiesta, por ejemplo, en una reciprocidad socioemocional, acercamiento social anormal, fracaso en una conversación normal, disminución de intereses o emociones compartidas, anomalías del contacto visual (no mirar a los ojos), dificultades para comprender y usar los gestos, etc.

La importancia de una buena evaluación psicológica en el autismo

En definitiva, para poder hablar de autismo es necesaria una evaluación exhaustiva del comportamiento del niño, a través de los cuestionarios y test destinados a su diagnóstico (con los padres y el niño), de la observación y la entrevista clínica.

Todo ello, de la mano de profesionales especializados en TEA (neuropediatras, psicólogos clínicos y psicólogos del desarrollo, etc.).

Cuándo es normal este comportamiento y cuándo podría ser motivo de alarma

Como hemos visto, en la mayoría de los casos, que los niños alineen juguetes al jugar es bastante normal, y suele formar parte del desarrollo de su juego. En algunos casos, pero, este juego podría ser una señal de alerta de autismo. ¿En qué casos?

Cuando este tipo de juego se acompaña de los síntomas ya descritos para el autismo, y también, cuando el niño solo "puede" jugar a ello (se muestra rígido en este sentido).

Es decir, cuando es incapaz de jugar a otras cosas, se obsesiona con ello y el propio juego se interpone en su comportamiento normal.

También, cuando ofrece resistencia fuerte cuando se le molesta jugando; en estos casos, es mejor estar alerta y pedir cita con un profesional para que pueda realizarle una evaluación adecuada.

Pero si no es el caso, ¡no hay motivo de preocupación! Anímale a que siga jugando como le nazca y encuentra tiempo para acompañarlo también en los momentos de juego.

«Jugar, jugar y jugar, ¿a caso hay algo en la vida de los niños que pueda ser más importante e instructivo?»
-Astrid Lindgren-

Fotos | Portada (depositphotos), Imagen 1 (pexels), Imagen 2 (pexels)

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