Montessori para bebés: siete claves para ponerlo en práctica

El método Montessori fue creado a principios del siglo XX por la educadora, pedagoga y médico italiana, María Montessori. Cada vez son más las familias interesadas por este modelo educativo basado en la autonomía, el respeto a los ritmos del niño y a su capacidad innata para aprender y desarrollarse a través de su propia iniciativa.

Esta metodología puede aplicarse desde el nacimiento del bebé o primeros meses de vida, siendo para ello fundamental brindar un ambiente preparado y respetuoso que fomente el desarrollo natural del niño desde el principio.

Si estás interesado en saber más sobre el método Montessori para bebés, te explicamos qué debes tener en cuenta y cómo comenzar a ponerlo en práctica con tu peque.

Cómo aplicar la pedagogía Montessori para bebés

Como os explicamos hace tiempo en este artículo, el método de enseñanza Montessori es una filosofía muy positiva que acompaña con naturalidad el desarrollo del niño, respetándolo desde el principio como ser humano completo y promoviendo su crecimiento en todos los aspectos:  físico, emocional, intelectual y social.

Este método se puede aplicar desde el nacimiento hasta la adolescencia, ya que está diseñado para adaptarse al desarrollo y las necesidades de cada etapa de la infancia

Cuando hablamos de Montessori para bebés o aplicado a la infancia más temprana, el método ayuda a fomentar la exploración sensorial, el desarrollo motor del niño y el aprendizaje autónomo.

A continuación, te compartimos una serie de consejos que te ayudarán a poner en práctica la pedagogía Montessori en bebés.

Ambiente preparado

En la filosofía Montessori el entorno cobra un papel fundamental para el desarrollo y aprendizaje del niño. Por eso, para comenzar a aplicar esta metodología debemos crear un espacio seguro y adecuado para el bebé, donde pueda explorar libremente y moverse sin restricciones.

Estos son algunos consejos que puedes seguir para adecuar tu casa según el método Montessori:

  • Orden y simplicidad. Es fundamental que el entorno en el que el bebé se mueva y juegue esté despejado, organizado y decorado de forma sencilla, pues esto permitirá al bebé concentrarse mejor en sus actividades y desenvolverse de una forma más segura y autónoma.
  • Mobiliario Montessori. Mención especial merece el mobiliario de la casa, que debe estar diseñado para fomentar la autonomía del bebé desde temprana edad. La cama baja, la torre de aprendizaje, un cuarto de baño adaptado o armarios de ropa correctamente organizados son solo algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta en un hogar Montessori.
  • Materiales al alcance del bebé. Es importante colocar todos los juguetes y materiales sensoriales a la altura del bebé, para que pueda alcanzarlo sin peligro ni dificultad cada vez que quiera. Para ello, puedes emplear estanterías bajas o cestas donde los juguetes queden a la vista.
  • Móviles Montessori. Los móviles Montessori son especialmente diseñados para captar la atención del bebé y estimular su visión. Puedes colgarlos en la cuna o sobre el área de juego del bebé.
  • Espejo a baja altura.  Los espejos son muy beneficiosos para los bebés, pues les ayudan a desarrollar su sentido de identidad, estimulan sus sentidos y potencian curiosidad. Es por ello que un espejo grande colocado a baja altura o ras de suelo nunca debería faltar en un ambiente Montessori.

Fomentar la autonomía del bebé

Incluso desde una edad temprana, se puede fomentar la independencia y autonomía del bebé de múltiples formas.

Como mencionábamos en el punto anterior, una de estas formas sería utilizando material y mobiliario adaptado al desarrollo y necesidades del bebé. Pero también es importante permitirle participar en actividades diarias sencillas y de vida práctica adecuadas a su edad.

Ropa y calzado adecuados

La forma en la que vestimos y calzamos al bebé también es muy importante en la pedagogía Montessori. Debemos escoger ropa práctica y funcional que fomente su independencia, comodidad y libertad de movimiento, evitando atuendos ajustados, ropajes largos o cierres difíciles.

Además, cuando el clima es frío se considera más práctico vestir al bebé por capas en lugar de hacerlo con prendas gruesas, pues de esta forma podremos ajustar la cantidad de abrigo según las variaciones de temperatura, al tiempo que facilitamos el movimiento.

En cuanto al calzado, lo mejor es procurar que el niño camine descalzo (o con calcetines antideslizantes) siempre que sea seguro. Esto favorece el sentido del equilibrio y la coordinación, además de permitir al bebé sentir y experimentar diferentes texturas y temperaturas a través del contacto directo con el suelo.

Materiales sensoriales

Los materiales, accesorios y juguetes que se ofrecen a un bebé deben ser seleccionados cuidadosamente para fomentar su desarrollo y satisfacer sus necesidades sensoriales y motrices.

Los juguetes sencillos, de madera y sensoriales son una excelente opción. También podemos ofrecerle materiales manipulativos con diferentes texturas y formas, libros de tela o cartón, objetos cotidianos que sean seguros (cesto de los tesoros) y todo tipo de objetos sensoriales que estimulen sus sentidos.

Observación y respeto

Es fundamental observar al bebé mientras juega o interactúa con el entorno, pues de esta forma podremos comprender sus necesidades, intereses y habilidades, y brindar un ambiente de apoyo y oportunidades que respeten su ritmo de desarrollo.

Mientras el bebé juega, explora o experimenta, el adulto no debe intervenir, sino acompañar en silencio y de forma respetuosa. También puede dar opciones de juguetes para que el bebé elija libremente, y ofrecer materiales y actividades acordes a los intereses del bebé.

Comunicación y lenguaje

La comunicación respetuosa y significativa con el bebé es fundamental en la pedagogía Montessori, ya que promueve una conexión emocional fuerte y fomenta el desarrollo del lenguaje.

A través de una interacción afectuosa, el bebé sentirá confianza y seguridad para explorar y aprender en su entorno.

Para propiciar una comunicación positiva con el bebé debemos:

  • Hablarle con claridad y calma.
  • Dialogar con el bebé aunque no nos responda o pensemos que no nos entiende.
  • Describir al bebé las acciones que llevamos a cabo cuando interactuamos con él/ella (por ejemplo, "ahora te voy a cambiar el pañal").
  • Responder a sus sonidos, gestos y balbuceos.
  • Nombra con frecuencia de forma clara los objetos y acciones cotidianas (por ejemplo, las partes del cuerpo, los animales, los colores...).
  • Lee a tu bebé cuentos en voz alta, tanto en prosa como en verso.

Fomenta el vínculo afectivo

Establecer un vínculo afectivo sólido con el bebé es esencial en la pedagogía Montessori y en cualquier enfoque de crianza y educación. Al construir esta conexión emocional, estarás apoyando su desarrollo integral y permitiéndole crecer y aprender en un ambiente amoroso y seguro.

Foto de portada | Polina Tankilevitch en Pexels

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