Siete herramientas de la Disciplina Positiva para ayudar a los niños a solucionar conflictos de forma autónoma y respetuosa

A los padres no nos gusta que nuestros hijos se peleen con otros niños, discutan o se metan en "problemas". Y es que generalmente, solemos ver los conflictos como algo negativo que es mejor evitar.

Pero los conflictos cotidianos no tienen por qué ser malos. Al contrario, si los niños saben cómo gestionar bien la situación pueden aprender importantes habilidades, como la asertividad, el razonamiento, la autonomía o la toma de decisiones.

La Disciplina Positiva cuenta con valiosas herramientas para enseñar a los niños a gestionar conflictos de forma autónoma, responsable y respetuosa. Te explicamos cómo ponerlas en práctica.

Por qué es importante enseñar a los niños a solucionar los conflictos por sí mismos

Con el único afán de evitar a los niños un mal rato, muchos padres caen en el error de solucionar por ellos los problemas que se presentan. Así, suele ser habitual pedir a otros padres los deberes del cole porque se le ha olvidado apuntarlo; intervenir en una pelea infantil sin dar la posibilidad a las partes implicadas de solucionar el conflicto; decir al niño cómo debe actuar ante una determinada situación...

Pero tomar las riendas de la vida de nuestros hijos, salvarles de sus errores y  decirles lo que deben hacer no es la mejor forma de educar.

Los niños necesitan experimentar, equivocarse, tomar malas decisiones y meterse en conflictos, pues solo así serán capaces de aprender de ello y entender las consecuencias de sus actos.

Pero esto no significa que debamos abandonar a nuestros hijos a su suerte. Los niños no nacen sabiendo ni "vienen de serie" con las herramientas emocionales necesarias para saber gestionar un conflicto. Necesitan de nuestra ayuda para aprender de una manera respetuosa y positiva.

En este sentido, la Disciplina Positiva cuenta con herramientas que podrían ayudarnos, como las que a continuación os compartimos.

1) El error, base del aprendizaje

Los padres no siempre sabemos cómo actuar de forma positiva ante un error cometido por nuestros hijos, lo que nos puede llevar a recurrir al castigo y a otros métodos poco educativos con el único afán de que 'aprendan'.

Pero si lo analizamos bien nos daremos cuenta de que el error es la única forma que tienen los niños de entender las consecuencias de sus actos y aprender de ellas. No en vano, en la Disciplina Positiva el error es considerado como una maravillosa oportunidad de aprendizaje y adquisición de nuevas habilidades para la vida.

Si quieres saber cómo hacer del error una fuente de aprendizaje para el niño te recomendamos la lectura de este artículo.

2 y 3) Preguntas de curiosidad y enfoque en soluciones

Las preguntas de curiosidad son una excelente herramienta para todo. Nos ayudan a entender mejor a nuestros hijos, a saber más cosas sobre ellos sin someterlos a un interrogatorio forzado, a conocer sus interés, sus gustos, sus habilidades...

A la hora de resolver un conflicto, las preguntas de curiosidad son la mejor manera de invitarles a pensar en lo sucedido, pero también a enfocarse en soluciones, otra de las herramientas estrella de la Disciplina Positiva.

El enfoque en soluciones fomenta en los niños la resolución de conflictos y la toma de decisiones de forma autónoma, además de enseñares de cara a un futuro cómo actuar en caso de verse en una situación similar. Poco a poco, a medida que vaya creciendo será capaz de hacer este ejercicio de forma autónoma y buscar las soluciones a los problemas por sí mismos.

  • Ejemplo

Si tu hijo siempre se olvida de meter en su mochila el almuerzo del cole, en lugar de hacerlo por él invítale a reflexionar: "¿qué crees que te ayudaría a recordar que tienes que coger la merienda antes de ir al cole?" (poner una alarma en el reloj, pedir a Alexa que nos avise, dejar la merienda preparada la noche anterior, poner una nota recordatoria en la puerta de la entrada...)

Si quieres saber más sobre cómo ayudan las preguntas de curiosidad y qué tener en cuenta a la hora de plantearlas puedes leer este artículo, y si quieres saber cómo enseñar a tu hijo a enfocarse en soluciones te lo contamos aquí.

4) Tiempo fuera positivo

El tiempo fuera positivo es otra de las herramientas de la Disciplina Positiva que podemos enseñar a nuestros hijos para la resolución respetuosa de los conflictos.

Se trata de un tiempo de desconexión voluntario que se toma el niño ante un conflicto o una situación que le desborda, con el objetivo de volver a recuperar el estado de calma. Una vez alcanzado ese estado, será más fácil que el niño reflexione sobre lo ocurrido y se involucre en la búsqueda de soluciones.

En este artículo te contábamos cómo aplicar el tiempo fuera positivo y qué aprenden los niños con ello.

5) Opciones limitadas

¿Tu hijo se niega a recoger los juguetes cuando le dices que el juego ha terminado? ¿Es de los que llora a pleno pulmón porque no quiere irse del parque? ¿Las mañanas son un infierno porque no quiere vestirse? ¿Protesta siempre por lo que hay de comer?

Nuestro día a día está lleno de pequeños conflictos como estos que poco a poco van desganándonos y haciéndonos perder la paciencia. Para evitar llegar a ese punto, al tiempo que fomentamos la autonomía del niño,  toma de decisiones y sentido de la responsabilidad, tenemos la herramientas de las opciones limitadas.

  • Ejemplo

"Esta noche hay huevo para cenar. ¿Prefieres huevos revueltos o en tortilla?"; "Debes vestirte para ir al cole, elige si quieres ponerte el pantalón rojo o el azul"; "En cinco minutos nos vamos a casa. ¿Prefieres tirarte una vez más por el tobogán o dar una vuelta al parque en bicicleta?"...

Te contamos cómo implementar la técnica de opciones limitadas en vuestro día a día en este artículo.

6) Juntas de familia

Las juntas o reuniones de familia son una de las muchas herramientas con las que cuenta la Disciplina Positiva para ayudarnos en la educación de nuestros hijos, afianzar nuestros vínculos y conseguir la armonía y el bienestar familiar que todos deseamos.

Este tipo de reuniones nos permiten resolver los problemas o conflictos de manera democrática, generando ideas entre todos los miembros de la familia y buscando soluciones conjuntas.

En este artículo os hablamos con detalle de las Juntas de Familia y de cómo pueden ayudarnos a resolver problemas familiares y lograr la cooperación de nuestros hijos.

7) Conexión antes que corrección

Aunque quizá no siempre seamos conscientes de ello, lo cierto es que nos pasamos la vida corrigiendo a nuestros hijos, remarcando sus errores y recordándoles todo aquello que no pueden hacer. Pero poniendo el foco en la corrección continua nos olvidamos de lo realmente importante: el poder de la conexión.

Cuando conectamos emocionalmente con nuestros hijos somos capaces de ver más allá de una conducta y, por tanto, de atender debidamente sus necesidades. Y cuando un niño siente que es escuchado y tenido en cuenta su comportamiento mejora y se evitan muchos de los conflictos cotidianos que tanto nos irritan.

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