¿Qué quieren las madres? (III)

Y sigo, sigo preguntándome qué quieren las madres y si hay realmente fórmulas para que la sociedad responda a lo que ellas quieren, adaptándose a ellas y a los niños.

Si la sociedad respondiera a los deseos de las madres y extendiera esta encuesta a los padres, estoy convencida que no solamente las mujeres, también muchos hombres preferirían trabajar a tiempo parcial, disponiendo de tiempo y energías para estar con las personas a las que aman, cuidando a sus hijos, acompañando su día a día, educándolos ellos principalmente, no sólo, como sucede ahora en muchos hogares, llegando reventados a las ocho para bañar y dar cenas, leer un cuento y poco más durante la semana.

A partir de ahora, y sin perder de vista los resultados de la encuesta del Movimiento Mundial de Madres, me adentro ya en lo que yo creo que podría ser un modelo válido y justo de sociedad, que respondiera a la igualdad de oportunidades sin discriminar a las madres ni obligarlas a renunciar a estar con sus hijos.

Me encantaría conocer vuestras opiniones y si este modelo sería en el que consideráis que podríais criar a vuestro hijos con más libertad y felicidad.

Os propongo un nuevo modelo social

Puede parecer una utopía pero yo lo veo más bien como el objetivo, la solución, el paradigma: un nuevo modelo social que responda a lo que quieren las madres. No un modelo que enaltezca como ejemplo a una madre que deja a su hijo recién nacido para seguir con su carrera sino un modelo de libertad y conciliación real.

Soñemos: padres y madres que trabajaran sin renunciar a pasar más tiempo con sus familias, ese es el nuevo modelo. Más descansados, más felices. Rindiendo a tope en las horas de trabajo, viviendo cerca del puesto laboral o haciendo teletrabajo. Repartiendo los puestos de trabajo, la riqueza, el empleo. Conciliando de verdad, no vendiendo conciliación cuando es todo lo contrario lo que se propone.

Siendo más productivos y más sanos, menos estresados, más alegres. Compartiendo responsabilidades y tiempo de labores en el hogar, aunque no hagan exactamente las mismas cosas cuando hay un recién nacido y pudiendo adaptarse a cada etapa de sus hijos. Logrando que los niños se sientan menos solos.

Pero la realidad es otra, la de que España no confia en la conciliación y sus beneficios aunque organismos internacionales como UNICEF reclamen más medidas de conciliación reales y efectivas.

A pesar de ello, es bien sabido que la productividad no aumenta con las horas de trabajo, más bien disminuye. También es bien sabido que un trabajador satisfecho, con tiempo y sin tener que verse desgarrado entre la obligación o el miedo de perder su trabajo y el estar con su familia o cuidar a su hijito enfermo, rinde más y se siente más comprometido con su labor profesional y su empresa, porque se siente valorado en todos sus aspectos.

Nuestros hijos sabrían de este modo que sus papás están a su lado. Que podrán quedarse en casa si están malitos. Que siempre habrá alguien disponible. Que podrán pasar muchas horas con sus padres, aunque vayan un rato a la escuela o a la guardería, y que las tardes serán un tiempo largo, en el que aprender, jugar, pasear y descubrir el mundo con las personas que más los aman.

Niños seguros y sanos. Personas más felices, más ricas en todo, no solamente en lo material, más ricas en vida y en humanidad, en recuerdos compartidos en sus familias y acompañados por ellas en su descubrimiento del mundo.

La verdadera riqueza es biológica

Pues la riqueza, la verdadera riqueza, es biológica. Hoy estaba leyendo a mi hijo un libro, “Danza de espejos”, de Lois McMaster Bujold, y uno de los personajes dice precisamente eso, creyéndose moribundo, a su hijo recién encontrado: “La verdadera riqueza es biológica”.

La verdadera riqueza es el tiempo compartido, el amor trabajado, la comunicación: nuestros hijos, nuestras familias, el futuro que construimos. ¿Es que esa riqueza no debería ser el objetivo de la sociedad?

Si sumamos el 26% de las madres que preferirían quedarse en casa con sus hijos y el 63% que prefiere un puesto a tiempo parcial, nos queda que un 89% de las madres querrían poder pasar más tiempo con sus hijos y ser sus principales cuidadoras a lo largo del día. ¿Es tan raro, tan absurdo, tan retrógrado, tan poco feminista querer pasar el tiempo haciendo de madres de nuestros hijos y no solo dos o tres horitas al día?

Una sociedad que responda a lo que las madres quieren

Una sociedad que respondiera a lo que las madres quieren no se si sería “feminista” al uso, prefiero mejor, hablar de una sociedad justa, libre e igualitaria, sería una sociedad en la que las madres y los niños también fueran escuchados, atendidos, reconocidos y cuidados.

¿Es eso lo que quieren las madres? Veremos en los temas siguientes que quieren y como podría funcionar este modelo social.

En Bebés y más | ¿Qué quieren las madres? (I) , Escolarizar a los recién nacidos, Cuando los padres no entienden el término conciliación laboral y familiar, El 75% de las mujeres sufren problemas laborales a raíz de su maternidad, Los 10 mandamientos para la conciliación laboral-familiar, Suspenso en conciliación familiar-laboral y sus consecuencias

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