Nueve señales de que podrías sufrir el síndrome de burnout o agotamiento parental

"Me siento agotada", "no tengo energía", "me resulta imposible trabajar en casa con los niños", "no puedo más", "necesito desconectar". ¿Te sientes identificada con alguna de estas frases? Si es así, puede que estés experimentando el síndrome de burnout o agotamiento parental.

Y es que, en el mundo actual en el que vivimos, en el que se nos exige llegar a todo, pero no nos dan la facilidad para ello, es muy difícil ser madres (y padres) sin sentir que estamos desbordados.

Así, se complica también el hecho de disfrutar del proceso de maternidad o paternidad como nos merecemos, y surge el riesgo de desarrollar este síndrome que mencionamos.

Te contamos en qué consiste el agotamiento parental, caracterizado por una sensación de fatiga constante y estrés y de dificultades para conciliar la vida familiar y la personal, y te damos algunas ideas para identificarlo a través de nueve síntomas o señales de alerta.

Síndrome de burnout: ¿qué es?

El síndrome de burnout, traducido literalmente como "síndrome del trabajador quemado", es un síndrome ligado al estrés producido por el desgaste en el trabajo. Engloba tres síntomas básicos:

  • La ejecución de tareas sin dirección o sentido, constantes y repetitivas (esto genera un sentimiento de no poder rendir al máximo y de desperdiciar la energía).
  • Aburrimiento, apatía y desgana.
  • Falta de compromiso con el trabajo, desinterés.

Agotamiento parental: el cansancio, las responsabilidades y las dificultades para conciliar

Sin embargo, aunque hasta hace poco este síndrome se asociaba únicamente al ámbito laboral, desde hace un tiempo que se ha extendido al ámbito de la conciliación familiar y al de la maternidad y crianza.

Así, cuando el síndrome va ligado a la maternidad (o paternidad), y a las dificultades para conciliar el proceso de crianza y el trabajo, aparece un agotamiento intenso debido al proceso de maternar y criar, y más en el sistema actual que tanto dificulta una conciliación real.

Y todo esto se suma a una sensación de fatiga y estrés crónicos, debidos a la alta carga de responsabilidad que implica atender el hogar, criar, trabajar fuera o dentro de casa, buscar también tiempo para la pareja y los amigos, etc.

En este síndrome (que no es un diagnóstico oficial), aparecen síntomas físicos (agotamiento), cognitivos (dificultades para concentrarse) y conductuales (aislamiento), que van unidos a otros como el distanciamiento con los hijos o la pérdida del placer en la crianza.

Nueve señales de que podrías sufrir el síndrome de burnout o agotamiento parental

Hablamos de nueve señales que indican que podrías estar sufriendo el síndrome de burnout o agotamiento parental. ¿Con cuáles te identificas?

1. Agotamiento físico y mental generalizado

El síntoma más notorio del agotamiento parental es un agotamiento físico y mental generalizado, una gran sensación de fatiga y de que "no llegas a todo". Así, a nivel físico cuesta afrontar el día a día, pero a nivel mental también: cuesta concentrarse, tomar decisiones....

2. Disminución de la productividad laboral

También hay una disminución de tu productividad en el trabajo; así, aunque hagas las mismas horas que habitualmente, rindes menos (o si haces menos horas, éstas son también menos productivas que antes de la maternidad).

3. Desmotivación y apatía

Surge también una desmotivación a la hora de trabajar, de maternar, criar o hacer otras tareas del día a día (también las que antes nos producían placer), junto a la apatía (estado de falta de motivación o de interés).

4. Indiferencia hacia la crianza o sensación de que ésta "te supera"

Puede aparecer también un sentimiento de indiferencia hacia el proceso de crianza, debido a toda esa fatiga mental y física. O bien, una sensación de que la crianza nos supera, de que no podemos con ella (lo que dificulta, por supuesto, que la disfrutemos).

5. Irritabilidad

Surge también irritabilidad, debido a todo este cansancio. Así, podemos estar más susceptibles, y que cosas que antes nos daban igual, ahora nos afecten más de lo habitual.

Esto se hace especialmente notorio si además tenemos otros hijos a los que cuidar, y lidiar con asuntos propios de la crianza como rabietas, y más despertares nocturnos (que además influyen en el descanso y nos vuelve aún más irritables), etc..

6. Dificultades para concentrarte

Entre los principales síntomas cognitivos del agotamiento parental están las dificultades para concentrarse (ya sea en la crianza, en el trabajo...).

Ya se sabe, una mente cansada es una mente con dificultades para procesar la información y para focalizarse en determinados estímulos (atención selectiva o concentración).

7. Labilidad emocional

Aparece también labilidad emocional, que es la tendencia a cambiar de forma rápida y abrupta de estado emocional (emociones) o de estado de ánimo.

8. Sentimiento de culpa o vergüenza

El sentimiento de culpa o vergüenza también es otro síntoma del agotamiento parental; ya sea culpa por "no llegar a todo", vergüenza por sentirse mal padre o mala madre (o mala trabajadora), por no cumplir con las expectativas de la crianza, etc.

9. Alteraciones del sueño

Aparecen también alteraciones del sueño, principalmente tres:

  • Insomnio: dificultades para conciliar el sueño, para mantenerlo (despertares frecuentes) o despertar precoz sin posibilidad de poder volver a dormirse.
  • Sensación de no descansar bien o de no descansar suficiente.
  • Despertares nocturnos.

Qué hacer si sufro agotamiento parental

¿Crees que cumples la mayoría de estas señales? Si crees que podrías estar experimentando el síndrome de burnout o agotamiento parental, es importante que puedas compartir lo que te ocurre con tus seres queridos y que valores la posibilidad de pedir ayuda profesional si la situación te supera.

Además, un psicólogo puede ayudarte a identificar mejor estos síntomas, así como enseñarte estrategias de afrontamiento más adaptativas en caso de que las tuyas no estén siendo funcionales para ti.

Por otro lado, más allá de pedir ayuda especializada, es importante que:

  • Valores la posibilidad de delegar aquellas tareas que puedas delegar.
  • Busques momentos para ti, para descansar y desconectar.
  • Te apoyes en tus seres queridos; comparte cómo te sientes y pide ayuda logística a tu familia si sientes que no puedes con todo.
  • Valides tus emociones (es normal que te sientas así con todo el estrés que estás sufriendo); sé compasiva contigo misma.
  • Te permitas también disfrutar de los buenos momentos de la maternidad y la crianza, una época que también puede ser maravillosa.
  • Y en caso de tener pareja, intentad haced equipo; comunicar cómo os sentís y cómo podéis acompañarlos mutuamente.

Fotos | Portada (freepik)

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