La primera vez de tu hijo en un campamento fuera de casa: mis consejos de madre para afrontar la experiencia de forma positiva

Cuando llegan las vacaciones escolares, los campamentos de verano se convierten en la opción preferida por las familias para poder conciliar, al tiempo que los niños se divierten.

Entre la amplia oferta de campamentos que existe destacan los campamentos con pernocta. Ya sea en nuestra propia comunidad autónoma, fuera de ella o incluso en otro país, esta opción de ocio suelen suscitar muchas dudas entre los padres, y es normal afrontar el momento con cierta preocupación.

Mi hijo acaba de regresar de un campamento situado a 600 km de casa. Allí ha pasado una semana inolvidable con sus amigos y ha vivido experiencias muy divertidas, pero para mí, que era la primera vez que vivía esta situación, han sido unos días un tanto "revueltos" emocionalmente.

Si este verano también va a ser la primera vez de tu hijo en un campamento fuera de casa, me gustaría compartirte mi experiencia y los consejos que me han ayudado a no preocuparme de más.

Es normal sentirte preocupada

El momento ha llegado. Tu hijo pasará fuera una semana, dos, tres... un mes. ¡Y es la primera vez que te enfrentas a ello! Seguro que como madre, sientes un maremoto de emociones en tu interior; por un lado el orgullo de verle crecer y dar pasos tan importantes para su autonomía e independencia, pero por otro, el miedo lógico de saber si estará bien.

Para empezar, te diré que es completamente normal que sientas cierta preocupación ante la idea de separarte de tu hijo durante varios días, sobre todo cuando va a estar al cuidado de personas que no conoces.

Es natural que como madre nos preocupemos por el bienestar y seguridad de nuestro hijo, y nos asalten todo tipo de dudas y miedos la primera vez que vivimos esta experiencia.

Dejar ir a nuestros hijos y permitirles experimentar nuevas situaciones puede suponer todo un reto, pero es aún más desafiante para las madres que como yo, damos muchas vueltas a las cosas y nos preocupamos de más en demasiadas ocasiones.

Compartir estos sentimientos con otras personas no siempre es bien recibido. A menudo, la gente resta importancia a tus preocupaciones con el argumento de que los niños se lo pasan muy bien, y aunque no nos cabe ninguna duda de que será así, generalmente esta razón no es suficiente para tranquilizarnos.

Por eso, mi primer consejo es que te apoyes en otras madres que entiendan tus temores y recelos, con el único objetivo de sentirte acompañada, escuchada y de compartir opiniones que a buen seguro te harán mucho bien.

"Mi hijo se ha ido de campamento: ¿cómo sobrellevarlo?"

Céntrate en lo positivo de la experiencia. Los campamentos de verano cuentan con un sinfín de actividades divertidas, educativas y de aventura que los niños disfrutan enormemente. Tu hijo se lo va a pasar fenomenal, va a hacer grandes amigos y vivirá una experiencia inolvidable.

Por eso, cuando te asalte algún miedo, piensa en lo mucho que está disfrutando tu peque y en lo mucho que también disfrutarás tú cuando a su regreso te cuente las anécdotas vividas.

Los campamentos son sitios seguros. Recuerda que el campamento está diseñado para proporcionar una experiencia positiva a los niños. Confía en que el personal estará capacitado y comprometido con el bienestar de los participantes.

Relativiza tus preocupaciones. Cuando nuestros hijos no están bajo nuestro cuidado o el de personas que conocemos bien, es normal que nos asalten todo tipo de miedos y nuestra mente imagine situaciones de los más terribles. Pero si nos paramos a analizarlo, nos daremos cuenta de que la práctica totalidad de nuestros miedos carecen de fundamento.

Deja el móvil a un lado. Tanto si tu hijo se ha llevado su propio móvil, como si el monitor te ha dado el número de teléfono del campamento, es realmente tentador llamar o escribir con cierta frecuencia para saber cómo van las cosas o qué actividad está haciendo el niño en ese momento. Pero es mejor no hacerlo, no solo porque si no recibes respuesta probablemente tus nervios aumenten, sino porque tratar de controlarlo todo, incluso en la distancia, no es saludable para ti ni para tu hijo.

No obstante, te recomiendo que antes de que tu hijo se vaya al campamento acordéis la forma de comunicaros de manera regular siempre que sea posible, pero sin presiones, obligaciones ni agobios.

Ocúpate de ti misma. Dedica tiempo a cuidar de ti misma y a mantener tu bienestar emocional. Haz actividades que te relajen y distraigan, como practicar ejercicio, leer, pasar tiempo con amigos o hacer yoga.

En definitiva, es normal preocuparse como madre, pero también es importante permitir que tu hijo experimente nuevas situaciones y crezca. Estarás ahí para recibirlo cuando regrese del campamento con nuevas experiencias y recuerdos felices.

Foto de portada | Freepik

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