Siete datos que demuestran que nuestro hijo viajará más seguro a contramarcha

Siete datos que demuestran que nuestro hijo viajará más seguro a contramarcha
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El uso de los sistemas de retención infantil (SRI) no solo es obligatorio y fundamental para la seguridad de nuestros hijos. Existen, además, toda una serie de recomendaciones para facilitar su utilización con las máximas garantías. La instalación de las mismas a contrarmarcha (ACM), es sin duda, la más encarecida.

Es lógico que, ante toda la información que rodea a las sillitas infantiles, padres y madres podamos sentirnos algo sobrepasados. El gran número de modelos, junto a las constantes actualizaciones normativas, nos complican el proceso de elección e instalación. En ese sentido, conviene saber que no todas las sillitas infantiles protegen igual y, en lo que se refiere al sentido de su colocación, está demostrado que aquellas que permiten la instalación a contramarcha son siempre más seguras.

Es una máxima que no es obligatoria, pero que comparten fabricantes de automóviles y de sillas, autoridades como la DGT, colectivos por la seguridad vial, expertos en la materia e investigadores. Los esfuerzos para concienciarnos de estos profesionales son tales que hasta ha terminado por crearse un fenómeno en redes sociales bajo el hashtag #acontramarcha.

La idea es despejar falsos mitos por los que algunas veces las madres y padres nos dejamos llevar y mostrar qué evidencias científicas existen. Podemos destacar siete puntos que demuestran que la colocación a contramarcha es la más segura hasta los 4 años y más allá.

1) Reducen el riesgo de fallecimiento o lesión grave en un 90%

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Esta es la evidencia que encabeza todas las investigaciones y trabajos en la materia. Por ejemplo, el estudio de la compañía de seguros sueca Folksam apunta que el riesgo de que el niño fallezca o sufra graves lesiones es cinco veces mayor en una silla de cara a la marcha (AFM) que en una ACM.

Las investigaciones llevan años confirmando con datos estos porcentajes. Así, en 2011 la Fundación MAPFRE ya ofrecía un estudio en el que se hacía eco de trabajos previos y de referencia. Como el manual noruego de medidas de seguridad vial, que indica que “hasta los 4 años de edad los asientos infantiles que miran hacia detrás son más seguros que los que miran hacia delante. Mientras que los primeros previenen el 80% de las lesiones, los que miran hacia delante evitan el 50% de ellas”.

El equivalente de la DGT en Suecia (la Swedish National Road Administration) presentaba cifras similares en 1991. Por entonces ya se estimó que mientras los cojines y asientos elevadores previenen entre el 30% y el 60% de las lesiones infantiles graves o mortales, los asientos a contramarcha evitan entre el 80% y el 90% de dichas lesiones.

2) En caso de impacto, el peso del cuerpo no se reparte por igual en una silla que en otra

Estas evidencias científicas se basan en décadas de pruebas. Según las mismas, en caso de producirse un impacto frontal, la absorción de fuerza que el pequeño realiza en una silla a contramarcha se distribuye mejor.

El impacto se dirige directamente al respaldo de la silla y el resto se reparte entre la cabeza, el cuello y la parte superior del cuerpo. Por contra, muchas sillas AFM no facilitan ese reparto del impacto, haciendo que el bebé o niño sufra el golpe en una parte del cuerpo concreta, lo que supone un peligro mayor para su salud. Las zonas más sensibles son cabeza, cuello, abdomen y, en menor medida, las extremidades.

3) Mayor protección del cuello

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De entre todas las zonas que sufren en caso de colisión, el cuello es uno de los puntos más sensibles. El diario El Mundo recogía en 2015 las declaraciones de la Dra. en Ciencias Físicas y Profesora de la Universidad Complutense, Ana Urbieta.

Viajando en el sentido de la marcha, tanto en una colisión frontal como en una por alcance, la inercia del movimiento empuja a los ocupantes del vehículo hacia delante. El arnés o el escudo de las sillas AFM, retiene el cuerpo, pero no la cabeza del niño, así que el tirón se lo lleva su cuello. Y ese cuello no está preparado para soportar esa fuerza, y se parte la columna. La única forma de impedir ese tirón, es impidiendo el movimiento de la cabeza hacia delante utilizando con un SRI en el sentido opuesto a la marcha.

4) Porque el cuerpo de un niño no es como el de un adulto

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Y es que, en el caso de la protección de una sillita, no se puede caer en el error de asumir que el cuerpo de un niño reacciona ante un impacto igual que el nuestro. En la cabeza de un niño, y más en la de un bebé, se concentra casi un cuarto de su peso (en los adultos apenas llega al 6%). Esto lo cambia todo en caso de impacto.

No se puede caer en el error de asumir que el cuerpo de un niño reacciona ante un impacto igual que el nuestro

Además, hay que sumar que la columna vertebral del niño no está osificada. Se sustenta, no sobre una estructura de hueso sólida, sino sobre tres porciones de hueso enlazadas por cartílago. La protección de la médula espinal queda, por tanto, al descubierto. Su musculatura, aparte, no está preparada para la recepción de un impacto al mismo nivel que podemos estar nosotros. La diferencia es que lo que para un adulto es un latigazo cervical, para un niño puede suponer graves lesiones o incluso la muerte.

5) Las sillas ACM también son más seguras en caso de impacto trasero

Este mismo año conocimos los resultados del estudio del Centro Médico Wexner de la Universidad de Ohio junto al Centro de Estudios de Prevención de Lesiones Infantiles del Children's Hospital de Filadelfia. Uno de los puntos de más interés de este era determinar la seguridad de las sillas ACM en caso de impacto trasero, ya que en ese caso el niño está mirando en la dirección del impacto.

El estudio demuestra que el sistema acontramarcha sigue siendo más seguro en estos casos, al permitir un reparto más uniforme de la energía en el impacto. En su informe también tuvieron en cuenta la respuesta y la eficacia, tanto del arco como de la pata antivuelco.

6) Cuanto más pequeños, más recomendable

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Dado que, como decimos, nada se parece el cuerpo de un bebé o un niño al de un adulto, la recomendación es que los sistemas a contramarcha se utilicen, al menos, hasta los cuatro años. Eso no quiere decir que pasada esa edad podamos jubilarlos o que los sistemas ACM pierdan efectividad.

Todo lo contrario, la osificación de la columna no se consolida hasta llegada la adolescencia. De ahí que el verdadero sentido de la recomendación sea que mantengamos el mayor tiempo posible a nuestros hijos acontramarcha.

7) Porque Suecia lleva décadas demostrándolo

Aunque pueda parecer que el movimiento a contramarcha es un fenómeno reciente, lo cierto es que es un sistema de muchas décadas. Fue en Suecia, en los años 60, cuando comenzaron a introducirse este tipo de sillas infantiles.

Los propios organismos suecos, como la Swedish National Road Administration que ya hemos mencionado y su laboratorio dependiente (el VTI) llevan muchos años defendiendo la utilización a contramarcha de los sistemas de retención infantil. No en vano, gracias a estas políticas, tienen la tasa de mortalidad infantil más baja de todo el planeta.

Britax Römer: los niños a contramarcha el máximo tiempo

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Suecia, junto a algunos fabricantes de sillas infantiles, tienen un compromiso con los sistemas de retención infantil más seguros. Ellos llevan años dando respuesta a una de esas preguntas que más nos repetimos.

¿Cómo hacemos para llevar a los niños a contramarcha el máximo tiempo posible? Y es que, cuando nuestros hijos crecen nos vemos obligados, antes o después, a renovar las sillas para que se adapten a las exigencias legales que marca su altura. Esto puede llevar a que el niño pase de viajar a favor del sentido de la marcha con un nuevo sistema, con el detrimento que supone para su seguridad.

Por eso, a la hora de elegir silla, un factor clave para la seguridad es considerar modelos que permitan la utilización a contramarcha el mayor intervalo de tiempo. Existen fabricantes como Britax Römer que, conscientes de esta cuestión, ofrecen una gama específica de sillas diseñadas para cumplir con esta función.

A contramarcha con las sillas Dualfix i-Size y Swingfix i-Size

Britax Römer cuenta con varios modelos que permiten viajar ACM hasta los 4 años o incluso más, entre los que destacan las sillas Dualfix i-Size y Swingfix i-Size. Ambas son aptas desde los 40 cm hasta los 105 cm de altura, permitiendo cubrir la franja del niño que va desde su nacimiento hasta aproximadamente los 4 años

Lo que para un adulto es un latigazo cervical, para un niño puede suponer graves lesiones o incluso la muerte

De hecho, la línea Swingfix i-Size ha sido fabricada, precisamente, para viajar exclusivamente a contramarcha. La labor de esta compañía para la protección de los más pequeños le ha valido el sello Plus Test. Este es el control de seguridad más exigente del mundo para las sillas infantiles. Solo algunas consiguen superar el nivel de exigencia de sus pruebas en Suecia.

Además, la Swingfix i-Size es la silla que en su franja de edad mayor puntuación ha obtenido en los tests más importantes del sector (como los que realizan el club alemán del automóvil ADAC y la organización de consumidores alemana Stiftung Warentest), destacando especialmente en el apartado de seguridad.

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Por su parte, la silla Dualfix i-Size tiene la misma respuesta en seguridad que el anterior modelo, pero como añadido permite girar la posición 360º. Esto puede ser una solución si comprobamos que, en las etapas más avanzadas, nuestro hijo rechaza la colocación ACM y queremos tener la posibilidad de cambiar esa orientación sin necesidad de comprar otro modelo. Además, es muy práctico para colocar y abrochar al niño en los coches de tres puertas.

Ambas sillas comparten una serie de ventajas claras con respecto a otros modelos:

  • Están homologadas bajo la nueva normativa UNR129 o i-Size.
  • Cuentan con el sistema ISOFIX y pata de apoyo.
  • Su arnés trae 5 puntos anclaje.
  • Rotan 90⁰ hacia ambos lados para colocar al niño en la silla y abrocharlo con mayor facilidad desde la puerta del coche.
  • Tienen hasta 6 posiciones de reclinado, tanto ACM como AFM.
  • La barra antivuelco es ajustable en 8 grados, lo que permite al niño más espacio para sus piernas yendo ACM.
  • Traen un reposacabezas en forma de V. Más cómodo y seguro en caso de impacto lateral.
  • Su sistema ISOFIX se completa con Pivot Link, una tecnología que minimiza al máximo el movimiento hacia delante del niño en caso de impacto frontal.
  • Además, cuentan con SICT Inside, un sistema colocado en el interior de la carcasa con la función de absorber la energía en caso de impacto lateral.
  • Otro aliciente son sus suaves almohadillas de neopreno y su funda, que es muy fácil de extraer.
  • Presentan dos versiones M, que prescinden del reductor para recién nacidos y son aptas desde los 61 hasta los 105 cm, por lo que son la opción perfecta para después del portabebés.

Sillas infantiles, si son a contramarcha, siempre mejor

Dada las facilidades para su colocación a contramarcha, los modelos mencionados de Britax Römer hacen más sencilla la elección de la silla. Como relataban desde el organismos Car Seat For The Littles:

Las sillas orientadas hacia atrás no son una elección que deba hacerse según el estilo de vida o la opinión de los padres, sino que es una decisión basada en hechos científicos.

Con esto claro, resulta un verdadero alivio encontrar sillas como las que ofrece Britax Römer. El fabricante, no solo diseñó sus sillas partiendo de que la colocación a contramarcha es fundamental, sino que la integra de forma natural en sus modelos, añadiendo un extra de comodidad para nosotros y para los más pequeños.

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