En la sociedad actual, todos estamos expuestos al consumo, los niños incluidos. La publicidad y el entorno estimulan a buscar regalos y posesiones. En ocasiones especiales, como la Navidad, los cumpleaños o ceremonias como bautizos o comuniones, el consumo ha adquirido un protagonismo exacerbado que marca la experiencia y desarrollo de los peques hasta el punto que no es banal esa frase de “es que ya lo tienen todo”.
En ese contexto, ¿cómo educar en valores que contrarresten esa necesidad de poseer? Los pequeños gestos y el manido, pero cierto, “predicar con el ejemplo” son clave. En una ocasión tan importante para los niños y niñas como su primera comunión, ¿por qué no optar por un obsequio solidario como Regalo Azul de UNICEF?
Es una alternativa perfecta a los clásicos recordatorios de comunión, aquellos que los invitados guardan en un cajón durante años hasta que un día, haciendo limpieza, terminan en la basura. ¿En qué consiste Regalo Azul? Se trata de una tarjeta que cumple una doble función. Para quien la recibe, es un simpático detalle, pero su valor va más allá: cada tarjeta guarda un regalo para los niños más vulnerables, desde mantas hasta material educativo.
Así funciona Regalo Azul de UNICEF
La mecánica de Regalo Azul es sencilla: desde la web del proyecto se selecciona qué se quiere hacer llegar a los pequeños más necesitados (pastillas potabilizadoras de agua, kits de juegos, de vacunas o de nutrición…).
Después, se personaliza una tarjeta —puede elegirse entre un amplio abanico de diseños, con opciones para todos los gustos y estilos— con una imagen, que puede ser la propia foto de comunión del niño o niña, o un texto en el que se detallen los productos que se envían en nombre de los invitados.
Una vez realizada la compra de las tarjetas, estas se reciben en la dirección indicada, listas para ser entregadas como recordatorios. Y UNICEF, por su parte, envía el 100 % de los productos adquiridos a los pequeños que lo necesitan en los más diversos rincones del mundo.
Esta alternativa al regalo tradicional no hace especial al protagonista de la primera comunión por conseguir un smartphone de última generación que poca gente tiene ni por engrosar su cuenta de ahorro. Lo hace especial porque le muestra una generosidad mucho más satisfactoria: ser consciente de la desigualdad y aportar su granito de arena para evitarla.
El valor de la solidaridad en los niños
Educar en valores y enseñar a los niños la importancia de la solidaridad de forma global e integral es fundamental para su propio desarrollo, pues les enseñará a trabajar en equipo, adaptarse a nuevos entornos, evitar el individualismo, compartir y ampliar su visión del mundo.
¿Cuándo empezar a educar a los peques en valores como la solidaridad? Aunque criarlos desde su nacimiento en un entorno solidario y empático los ayudará, lo cierto es que es a partir de los dos años cuando tienen conciencia de la existencia de otras personas: es entonces cuando pueden empezar a ayudar y a implicarse en tareas colaborativas.
Además, una buena comunicación, conocer otras realidades y generar un entorno seguro en el que sientan en su propia piel la solidaridad favorecerá que entiendan el concepto y lo interioricen a lo largo de su infancia. Y eso será esencial para que un valor como este eche raíces en su carácter: si aprenden a ser solidarios desde la niñez e integran ese comportamiento, serán solidarios durante toda su vida.
La experiencia de ser solidarios
Pero es a través de su propia experiencia como los niños integran mejor los conceptos y valores. Siendo ellos mismos quienes los ponen en práctica. Es decir, ¿cómo aprenden sobre la solidaridad? Siendo solidarios.
El egoísmo es algo intrínseco a los niños más pequeños, lo que explica frases repetidas con frecuencia como “este juguete es mío”. Pero es ahí donde entra en juego la educación en valores, de la mano de los padres y madres y de los propios entornos educativos. Si bien no será hasta los seis años cuando los pequeños interioricen por completo conceptos como compartir o colaborar, todo el trabajo previo preparará el terreno para que sean niños y niñas más solidarios.
Solidaridad en los momentos especiales
Con todo esto y la necesidad de que vivan ellos mismos la importancia y satisfacción de la solidaridad, los momentos más especiales para los niños se configuran como ocasiones perfectas para que pongan en práctica esos valores. Si su primera comunión es un momento importante para ellos, ¿por qué no incluir en ese día un detalle solidario como Regalo Azul?
De la mano de UNICEF, los pequeños de la casa aprenderán cómo, para ser solidario, a veces basta con pequeños gestos. Y cómo esos pequeños gestos pueden significar mucho: desde vacunas que salvan vidas hasta materiales educativos que contribuyen a escribir un futuro mejor para niños y niñas de todo el mundo.
Además, Regalo Azul es un detalle polivalente, pues se puede optar por él en una comunión, pero también en un bautizo, un cumpleaños o cualquier otra ocasión especial para la vida de los niños o de las familias en su conjunto. La solidaridad, a cualquier edad y en cualquier situación, es un regalo con el que siempre se acierta.