Menopausia precoz o cuando la regla desaparece antes de los 40 años: causas, síntomas y tratamiento

La menopausia es la desaparición de la menstruación e indica el fin del periodo fértil de la mujer. En circunstancias normales, esta etapa llega entre los 48 y los 54 años (siendo la edad media los 51 años), pero en un 1% de los casos, la retirada de la regla se produce antes de los 40 años.

Es lo que se conoce como menopausia precoz o fallo ovárico prematuro, una condición que además de esterilidad, puede provocar la aparición de otros trastornos y enfermedades en la mujer. Te explicamos por qué se produce y cómo se trata.

Una de cada 100 mujeres sufre menopausia precoz o fallo ovárico prematuro antes de los 40 años

La llegada de la menopausia es un proceso natural que atravesamos las mujeres y que se caracteriza por el cese de la menstruación, debido a que los ovarios dejan de producir las hormonas estrógeno y progesterona. El fin de la actividad ovárica no llega de manera brusca, sino que va teniendo lugar poco a poco y de manera progresiva a partir de los 45-48 años, y hasta los 50-54 años.

Sin embargo, en una de cada 1.000 mujeres, la menopausia se produce antes de los 30 años, y en una de cada 100, antes de los 40 años. Es lo que se denomina menopausia precoz o fallo ovárico prematuro.

Sin embargo, los médicos prefieren referirse a este deterioro progresivo de la función ovárica con el término 'insuficiencia ovárica primaria', pues consideran que esta palabra les permite contemplar el espectro de la disfunción ovárica en su totalidad.

Los síntomas que caracterizan a la menopausia precoz o fallo ovárico prematuro se deben a la falta de estrógenos, y son los mismos que presentan las mujeres con menopausia natural:

  • El primer síntoma suele ser la irregularidad de la menstruación y cambios en los patrones de sangrado, aunque para hablar de fallo ovárico prematuro la regla debe desaparecer durante al menos cuatro meses.
  • Sofocos y sudoración nocturna.
  • Alteraciones del sueño.
  • Problemas para concentrarse y/o pequeñas pérdidas de memoria.
  • Cambios de humor y periodos de depresión.
  • Disminución del deseo sexual y/o dolores a la hora de mantener relaciones.
  • Otros síntomas, como dolores de cabeza, sequedad de la piel, sequedad vaginal, incontinencia urinaria...

¿Por qué se produce la menopausia precoz?

Aunque en la mayoría de las ocasiones las causas de la menopausia precoz son desconocidas, en otros casos, el fallo ovárico prematuro se produce por:

  • Herencia genética: el riesgo de presenta fallo ovárico prematuro aumenta si hay antecedentes familiares directos.

  • Algunos tratamientos para combatir otras enfermedades, como la radioterapia y la quimioterapia, pueden producir una destrucción de la reserva ovárica que en algunos casos puede ser reversible. La menopausia precoz derivada de este motivo se produce en un 3,5-4,5 % de las mujeres antes de los 40 años.

  • La extirpación total o parcial de los ovarios provoca fallo ovárico prematuro.

  • Ciertas enfermedades autoinmunes (enfermedades del tiroides, enfermedades de la glándula suprarrenal, enfermedad de Crohn, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide...), así como enfermedades asociadas a defectos congénitos de los cromosomas o los genes (Síndrome de Turner, Síndrome X frágil...) también se asocian a un fallo ovárico prematuro

  • Algunos agentes tóxicos como un consumo excesivo tabaco, uso de pesticidas, disolventes...

El diagnóstico se hará mediante la historia clínica de la paciente, una exploración física y ginecológica, un análisis de sangre para medir los niveles de las hormonas estradiol y folículoestimulante, y en algunos casos también podría ser necesario un estudio de los cromosomas (cariotipo).

En qué afecta a la mujer el fallo ovárico prematuro

Al producirse el fallo ovárico en plena edad fértil de la mujer, el principal problema que acarrea es la imposibilidad de tener hijos con óvulos propios, pues los tratamientos de estimulación de la ovulación no funcionan en estos casos.

Así pues, la fecundación in vitro con óvulos de donante parece ser la única alternativa para lograr un embarazo, si bien se están realizando importantes avances científicos en este campo. No en vano, hace un año os compartíamos la noticia de una técnica pionera puesta en marcha en el Hospital Clinic de Barcelona, que había permitido a una mujer con menopausia precoz ser madre con óvulos propios. Recientemente, también os contamos el caso de una mujer de 32 años con menopausia, que se había quedado embarazada de gemelos usando sus propios óvulos.

No obstante, cuando el fallo ovárico es espontáneo y no hay alteraciones en el cariotipo, el embarazo natural puede llegar a producirse entre un 5-10% de los casos, si el ovario todavía presenta cierto grado de actividad de forma intermitente.

En el caso de mujeres que deben someterse a tratamientos agresivos que pueden afectar su reserva ovárica, también existe la opción de congelar los óvulos antes de comenzar el tratamiento, con el fin de poder ser madres más adelante.

Otros de los riesgos asociados a la menopausia precoz son:

  • Osteoporosis, ya que los huesos se vuelven más frágiles.
  • Un bajo nivel de estrógenos aumenta el riesgo cardiovascular en una mujer joven.
  • Depresión, pues este diagnóstico puede suponer un duro golpe emocional, especialmente en el caso de mujeres que deseaban ser madres
  • Asociadas al fallo ovárico pueden parecer alteraciones en otras glándulas como la tiroides y la suprarrenal, por lo que es necesario acudir a revisiones periódicas con el especialista

Cómo se trata el fallo ovárico prematuro

Una vez diagnosticado el fallo ovárico prematuro o menopausia precoz, la mujer debe recibir un tratamiento multidisciplinar que permita abordar los problemas derivados del déficit hormonal y las consecuencias psíquicas y emocionales que acarrea.

La terapia hormonal sustitutiva suele ser el tratamiento habitual y más recomendable, tanto para evitar los síntomas asociados a la menopausia precoz, como los problemas derivados que puedan aparecer en el futuro. El médico indicará el tratamiento más adecuado y la duración del mismo, en función de las características de la paciente y su edad.

Paralelamente, y tal y como mencionábamos más arriba, es necesario que la mujer se realice un chequeo periódico de salud, así como contar con apoyo psicológico de un profesional.

Por otro lado, también es importante cuidar la alimentación y mantener unos hábitos de vida saludables, mediante una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D, ejercicio físico, y evitando en consumo de tabaco y alcohol. En el caso de que haya relaciones sexuales dolorosas, se puede recurrir a productos específicos que ayuden a mejorar la lubricación vaginal.

Fotos | iStock

Vía | Sociedad Española de Fertilidad

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